10 febrero 201708:23
En Kabuga (Ruanda) más del 85% de la población se dedica a la agricultura, por lo que su alimentación y medios de subsistencia dependen de ella. Hasta hace algo más de una década, los campesinos de Kabuga practicaban una agricultura de montaña con muy escasos rendimientos. La ONG Behar Bidasoa, que centra buena parte de su actividad en este polo de desarrollo ruandés, se propuso trabajar para conseguir la soberanía alimentaria de la zona. Para ello, había que priorizar la producción local y cubrir las necesidades alimenticias de la población no sólo en cantidad, sino también en calidad.
En el año 2005, la ONG bidasotarra puso en marcha un proyecto de desarrollo agrícola que, hoy en día, se ha convertido en una referencia para Ruanda y los países del entorno. «Ha sido un proceso muy lento, de muchos años, pero estamos contentos de ver cómo va saliendo adelante», dice el presidente de Behar Bidasoa, Agustín Ugarte. «Antes, los campesinos y campesinas de Kabuga no podían cubrir sus necesidades diarias de alimentación y ahora, con el asesoramiento de ingenieros agrónomos y la utilización de plantas mejoradas y nuevas técnicas han mejorado mucho la producción».
Un total de 105 personas, la mayoría mujeres, componen la cooperativa encargada de llevar adelante el proyecto, que tiene por lema 'Juntos para producir más y mejor'. «Además de cubrir las necesidades alimenticias, el proyecto trata de dignificar la vida de las mujeres y de sus familias», añade Ugarte. «Se trabaja la parcela familiar y la comunitaria y tienen formación, por parte de los ingenieros agrónomos».
Plantas mejoradas
En poco más de una década, de cultivar mandioca casi en exclusiva, los campesinos y campesinas de Kabuga han pasado a producir banana, piña, aguacate, mango y maracuyá, además de mandioca muy mejorada. «No tiene nada que ver la planta de antes con la de ahora».
El proyecto cuenta también con la cría de ganado bovino, del que se obtiene el abono para las tierras. «Pero hay que seguir trabajando mucho para mantenerlo y mejorarlo», añade el presidente de Behar Bidasoa. «Para nosotros es un proyecto prioritario y este mismo año lo vamos a reforzar con subvenciones que nos han concedido los Ayuntamientos de Andoain y de Hondarribia, así con una cantidad procedente de una donante particular».
La buena marcha del proyecto agrícola ha hecho que otras organizaciones se hayan interesado por él. La misionera Milagros Sanz, que trabaja en Kabuga, envió recientemente una carta a Behar Bidasoa «en la que nos cuenta cómo recibieron la visita del sacerdote congoleño Leonardo Bahiti, colaborador de la Fundación Mamoré de Donostia en uno de los proyectos que lleva a cabo en Kivu (Congo), para ver de primera mano el proyecto. «Nosotros estamos contentos de poder llevarlo adelante y de ayudar a otros en todo lo que podamos», concluye Agustín Ugarte.