Irun ciudad de acogida, con este titular nos sorprendió nuestro alcalde Jose Antonio Santano hace unos meses cuando ni siquiera el presidente del Gobierno Español se había pronunciado sobre este tema para poder dar asilo a las personas migrantes encerradas en el Aquarius.
Y es verdad, que es un drama lo que estamos viviendo durante estas últimas semanas en nuestra ciudad. Decenas y decenas de personas recalan aquí para con suerte poder seguir su viaje hacia el norte en busca de esa vida digna que tanto ansían.
Durante estas semanas, hemos vivido un escenario de improvisación. Al principio, el ayuntamiento de Irun se negó a poner en marcha ningún dispositivo de atención a las personas migrantes en tránsito, sobre todo, porque nos comentaban no tener competencias reales en el asunto. “Es un problema que escapa de nuestras manos y ya estamos destinando un dinero para que estas personas puedan ser atendidas en Donostia” nos comentaban. Al cabo de unos días, la tozuda realidad cayó por su propio peso, y ante la masiva afluencia de personas migrantes hubo que poner en marcha un primer dispositivo con 20 camas, que pasaron a ser 24 y posteriormente 28, delegando la gestión en la Cruz Roja, a la cual le mandamos nuestro más sincero agradecimiento. Más tarde se ha habilitado el gimnasio del colegio de Leka Enea, pero éste tiene que desmontarse el próximo 1 de septiembre.
Pero no debemos olvidar, que todas estas medidas se van poniendo en marcha tras las reuniones de la mesa interinstitucional, una mesa compuesta por Gobierno Vasco, Diputación Foral, ayuntamientos de Donostia e Irun y Cruz Roja. En este foro, se decide cómo se va a actuar a nivel territorial, y para ello es necesario tener en cuenta a todas las instituciones que lo componen.
Estos últimos días, hemos presenciado una disputa entre el alcalde de Irun y el Gobierno Vasco sobre cuáles deben de ser las funciones de cada institución, cuáles son las competencias reales de cada una, en resumen, quién tiene que hacer qué.
Han tenido que pasar casi dos meses para que Jose Antonio Santano haya salido a hablar sobre la cruda realidad que estamos viviendo, y lo único que se le ocurre es enzarzarse en declaraciones vacías de contenido que, en vez de proponer soluciones al problema, no hacen sino enturbiar aún más las relaciones y dificultar las vías de salida.
Tenemos otros ejemplos de alcaldes como el de Bilbao, que aunque no nos resulte un ejemplo a seguir, ha comparecido casi a diario haciendo un ejercicio de transparencia informativa ante la ciudadanía, a la vez que compaginaba esta labor con el concurso anual de tortilla de patata de la Aste Nagusia.
Y con todo esto, estamos llegando al mes de Septiembre, y desconocemos cuáles van a ser los pasos a seguir. Lo único que podemos prever es que este fenómeno no va a parar el 1 de septiembre. Los migrantes van a seguir viniendo, y de nuevo nos encontraremos ante un previsible escenario improvisado.
Mientras tanto, todos los días en nuestras calles, vemos deambular y pasar la noche a la intemperie a muchas personas que por una razón u otra no son admitidas en los dispositivos actuales.
Unos dispositivos que ofrecen unos servicios, que en multitud de ocasiones, no llegan a cubrir las mínimas necesidades de estas personas en tránsito. Unas veces por los horarios, otras por el límite de número de comidas y pernoctaciones permitidas... y todo ello con el ejército y la policía francesa haciendo un ímprobo esfuerzo, amparándose en la legalidad, para que ningún migrante en tránsito, pueda hacer exactamente eso, transitar. Ya lo ha recordado SOS Racismo “las devoluciones en caliente” forman parte de los acuerdos bilaterales en materia de extranjería entre España y Francia.
Y aquí es donde aparece el verdadero Irun Solidario que menciona el alcalde, no triunfalista ni tan institucional. Toda una marea humana de solidaridad ciudadana, que es la que realmente está haciendo que el problema no haya tomado otro cariz más grave. Una vez más, las personas de Irun y sus agentes sociales, están haciendo una ardua labor, para cubrir esas necesidades que las diferentes instituciones no satisfacen.
En resumen, la historia se repite, las instituciones, ya sea porque no pueden o porque no quieren, no son capaces de abordar el problema con las suficientes garantías, y es la gente de a pie la que con su buena voluntad y esfuerzo están cubriendo todas estas lagunas.
Desde Irungo EHBildu queremos agradecer esta altruista labor a todos estos agentes sociales y a todas estas personas que forman esta red ciudadana de solidaridad y acogida por la labor realizada, a la vez que nos ponemos a su disposición para lo que haga falta.