«Que no se nos olvide el valor de la investigación»

La Semana contra el Cáncer, organizada por la Junta del Bidasoa de la AECC, con el objetivo de captar nuevos socios en Irun y Hondarribia, celebró el martes en el Museo Oiasso la primera de las tres mesas redondas incluidas en su programa de actividades. Si la importancia de la investigación científica ya era una cuestión indiscutible antes de ser refrendada por los efectos de la Covid-19, actos como el celebrado el martes por la AECC sirven para acercar al público esta evidencia de manera meridiana. En este caso, además, con un plus estimulante: el valor del talento local.

Dos investigadores iruneses: Sergio Arana, del CEIT y Ander Sáenz, de Biodonostia, junto con el coordinador de transplantes de Osakidetza en Gipuzkoa, Lander Atutxa, protagonizaron la mesa redonda, que moderó el periodista irundarra Mikel Huarte.

Sergio Arana, ingeniero en Automática y Electrónica Industrial, con más 90 publicacones en revistas científicas, lidera, en el Centro Tecnológico CEIT de San Sebastián, un grupo de investigación de microdispositivos enfocado a la salud. «Ese mundo pequeñito es muy propicio para trabajar con células sanas y no sanas», explicaba el ingeniero en su intervención.

Los microdispositivos que el grupo liderado por Sergio Arana es capaz de poner en marcha, ayudan a analizar cómo se produce el cáncer, cómo se expande, los procesos de metástasis y la respuesta de las células cancerígenas a diferentes fármacos.

Arana empezó en el mundo de la bioingeniería «al terminar la carrera. Poco a poco, he ido trabajando cada vez más en este mundo y, a día de hoy, la mitad de nuestra actividad se centra en el cáncer» dijo. «Hacer cosas que repercuten en beneficio de los pacientes es muy reconfortante. Trabajar con máquinas está bien, pero con personas, es mejor».

El investigador irunés aportó varios ejemplos del tipo de proyectos que realiza su equipo y, aunque no es algo fácil de entender (y tampoco de explicar) para los profanos, Arana consiguió exponerlo de manera gráfica y sencilla. «Dándole al tarro, salen cosas chulas», dijo.

Un ejemplo: «En una cena-networking estaba hablando con un investigador de la UPV que hace pelos magnéticos para brújulas de móvil», contó Sergio. «Quería aplicar eso a la Medicina. Yo había leído que las células cancerígenas responden muy bien a un tratamiento de hipertermia. Diseñamos una plataforma microfluídica en la que ponemos hilos magnéticos por encima, metemos las células y por inducción magnética, sin necesidad de conexión a ningún cable, las calentamos. Las células sanas no mueren y de las cancerígenas sólo quedan un 15%. Los tratamientos de quimio o radio son intrusivos, mientras que éste está muy focalizado y puede atacar sólo a las células malas».

Este proyecto está «implementado a nivel de laboratorio. El efecto está comprobado y se está desarrollando en parches para cáncer de piel. Estamos trabajando con los oncólogos para ver de qué manera podemos introducir esto con una cánula y situar los microhilos donde está el tumor para hacer que remita».

Tras la exposición de Sergio Arana, intervino Ander Sáenz, un joven investigador irunés, que trabaja en Biodonostia y está realizando el doctorado. A sus 27 años, cuenta ya con ocho publicaciones y algún premio. «De la investigación se puede vivir, pero requiere mucho trabajo, mucho sacrificio. Tienes que estar formándote y aprendiendo siempre, continuamente y buscando financiación para los proyectos», dijo. «Yo estoy ahora con una beca de predoctorado y luego estaré con otra de postdoctorado, pero cuando consigues algo bueno, la alegría es muy grande».

Sergio Arana intervino para criticar «los recortes que llevamos sufriendo desde hace años», en una dedicación que requiere de tiempo y financiación para dar frutos. «Espero que el cambio de tendencia que hemos visto hacia la investigación, a raíz del coronavirus, no sea algo puntual, que no se olvide el valor que tiene».

Ander Sáenz trabaja en un equipo que tiene dos líneas de investigación: envejecimiento y oncología. Dentro de la primera, su dedicación específica son los tumores cerebrales de adulto. «Los únicos tratamientos existentes son la cirugía, la radio y quimio. La cirugía funciona bien, pero el problema es la recurrencia. Estamos investigando por qué se recae. Se ha descrito que existen unas células madre tumorales que son capaces de resistir la quimio, que están como durmientes y que son las responsables de la recurrencia del tumor. Nos interesan esas células. qué genes extpresan, caracterizarlas, intentar utilizarlas como diana terapéutica», explica.

Diferentes empresas trabajan con fármacos específicos para estas células. «Ahora están en fase de encapsulación de fármaos en nanopartículas, porque el cerebro es una zona de difícil acceso. El objetivo es que el fármaco llegue a esas células y en eso estamos. Es un proceso de muchos años, que requiere muchas validaciones. Es ficícil pero seguiremos», asegura Ander.

Lander Atutxa cerró las intervenciones ofreciendo información al público asistente y a futuros donantes sobre las donaciones de médula. El coordinador de transplantes de Osakidetza, comentó que a raiz de que el BAT sacara a la luz el caso de Bikendi Aizpiolea, el joven atleta que necesita un transplante, «recibimos alrededor de 1.000 llamadas».

El programa de la Semana contra el Cáncer continuará mañana y el domingo con las actividades previstas. Se ha aplazado el concierto organizado para hoy en Bidassoa Basque Brewery, tras las últimas normas de seguridad adoptadas con respecto a la Covid-19, pero se mantienen las jornadas de solidaridad. Se celebrarán mañana sábado en Irun y el domingo, en Hondarribia, con voluntarios de la AECC que recorrerán las calles con sus huchas verdes.