La asociación Argoiak abordó el pasado miércoles, en su charla semanal, un tema «ambicioso y complejo», según afirmó el ponente de la sesión, Joxerra Trebiño. 'Generar esperanza en el contexto actual de crisis', título de la charla, no resulta sencillo «con la que está cayendo». Trebiño, que fue arcipreste de Irun y Hondarribia y delegado episcopal de Cáritas, abogó por impulsar «una esperanza realista, con los pies en el suelo»; pero que al mismo tiempo «se enganche al anhelo y la utopía, que no se resigne a la fatalidad. Hay que creer en la capacidad del ser humano para hacer frente a la adversidad».
Las personas deben ser, según subrayó Trebiño, «prioritarias», ya que «son ellas las que sufren los embates y consecuencias de la crisis. Hay que poner corazón en la mirada», para así, «acercarnos a la realidad de las personas que sufren una pobreza multidimensional». En este sentido, el ponente recordó que la escasez de bienes materiales es una de las caras de la pobreza, pero hay más: «la soledad, la exclusión social, la marginación...».
Es por ello que Trebiño animó a los asistentes a la charla a acercarse a quienes más padecen las consecuencias de la crisis «desde el respeto, viviendo una especie de complicidad con esas personas. Si nuestro acercamiento es verdaderamente humano, nos llevará a un planteamiento de indignación y toma de conciencia ética». El ponente recordó que entregar nuestro afecto a quienes padecen las consecuencias de la soledad mejorará su autoestima, lo que abre el camino a la esperanza de avanzar hacia una vida mejor.
Joxerra Trebiño aseguró que la indignación es necesaria «para no permanecer pasivos. Es necesario unir fuerzas para transformar la sociedad», un objetivo para el que son indispensables «la implicación y el compromiso».
'Transformación' fue otro de los términos clave en la ponencia de Trebiño. «Los problemas sociales que padecemos no son fruto del azar. Tenemos que indignarnos, reivindicar y exigir a las instituciones que se configuren de otra forma. Debemos intentar que el modelo social y económico no esté tan determinado por el lucro y el beneficio, sino que tenga un rostro humano. Tenemos que estremecernos e indignarnos ante el mal evitable, como la corrupción».
El factor humano como clave
Pero esto «no se va a conseguir por arte de magia. Se requiere que toda la sociedad nos impliquemos en el asunto, dando ejemplo de solidaridad afectiva y efectiva. Cada uno, en nuestro espacio y ambiente más cercanos, debemos tratar de concienciar a los demás y de trabajar en red para llevar a cabo esta labor de transformación social». Una transformación para la que sobran «las excusas, la resignación fatalista y la queja sin arriesgar nada».
Joxerra Trebiño mostró asimismo su convencimiento de que «el mundo no se ha deshumanizado tanto. Creo que en la capacidad de salir adelante, con el factor humano como clave». El ponente destacó, por ejemplo, que en Gipuzkoa está funcionando bien «el sistema de protección doméstica»; es decir, los padres que están ayudando a hijos y nietos a sobrellevar situaciones de carencia. Sin embargo, subrayó la «actitud de la compasión bien entendida»; y recordó la diferencia entre dar pescado a un hombre hambriento o darle una caña y enseñarle a pescar. «La ayuda asistencial es necesaria, sí; pero en clave de promoción humana».
Joxerra Trebiño finalizó su ponencia citando a Charles Péguy, afirmando que la esperanza «debe ser la niña pequeña que nos despierte cada mañana».
