Irun pide «la máxima celeridad posible» para que arranque la Residencia de Arbes

La Diputación Foral de Gipuzkoa anunció el 13 de febrero de 2019 la licitación de la Residencia de Arbes. Se calculaba entonces que en octubre de ese mismo año, el proyecto estaría adjudicado. El plazo estimado de duración de las obras era de dos años, por lo que en otoño de 2021 la nueva residencia podría abrir sus puertas. Tras años de espera, Irun iba a disponer de una instalación pionera, con 130 plazas para personas mayores en situación de dependencia, 54 apartamentos tutelados y 26 para personas con discapacidad, además de un centro de día. Sin embargo, diferentes razones llevaron al ente foral a acumular retrasos y el proyecto sigue, a día de hoy, pendiente de adjudicación.

Las últimas noticias oficiales que ha recibido el Consistorio irunés «datan de los primeros días de noviembre, cuando la diputada de Políticas Sociales Maite Peña, informó al Ayuntamiento y a los miembros de la Comisión de Personas Mayores sobre la decisión de su departamento de paralizar el expediente de contratación de los trabajos de la nueva residencia, porque un informe les había advertido de que en los pliegos no se contemplaba la nueva situación provocada por la Covid-19», señalan desde el Ayuntamiento. «Maite Peña informó de que ya se estaba trabajando en adecuar el informe de necesidades y viabilidad económica para hacerlo compatible con la actual situación y que eso podría suponer un retraso de tres o cuatro meses».

Tres meses después de aquella comunicación, el delegado de Servicios Sociales del Ayuntamiento, David Nuño, ha mostrado su preocupación «por que no hemos tenido ninguna noticia de la Diputación sobre la renovación de los pliegos, su tramitación o los cambios que puedan querer introducir en el proyecto. Y no sólo eso, sino que esta semana hemos sabido por la prensa que la Diputación se está replanteando el proyecto».

David Nuño hacía referencia a la consideración, por parte de Diputación, de que el contrato licitado se halla «lejos de responder» a las necesidades existentes tras la pandemia.

La institucion foral ve necesaria «la revisión del modelo arquitectónico de Arbes en cuanto al diseño y organizacion de superficies con la consiguiente adecuación de su coste total».

La llegada del coronavirus ha obligado a sectorizar los geriátricos, con grupos de usuarios cerrados y rotación mínima de las trabajadoras y ha obligado a replantear el modelo de los nuevos recursos, entre ellos el del centro de servicios sociales irunés.

David Nuño recordaba ayer que la futura residencia de Arbes «es fruto de la firma de un convenio entre la Diputación y el Ayuntamiento de Irun, que cede la parcela y financiará los apartamentos tutelados, que son de su competencia, por lo tanto cualquier cambio que afecte a las características y al dimensionamiento del centro debería ser tratado con el Ayuntamiento». Además de solicitar información, el delegado irunés de Servicios Sociales pide «la máxima celeridad posible para que arranque por fin esta esperada infraestructura».