Noticia publicada en Diario Vasco,el viernes día 11 de Marzo de 2022.

Las previsiones se están cumpliendo y cada día llegan a Hendaya decenas de personas desplazadas por la invasión rusa de Ucrania, casi todas mujeres. Su destino se encuentra en algún punto de la península ibérica, normalmente en casas de amigos y familiares, desde Santander a Sevilla, pasando por Valencia o Lisboa.

Este viernes, han sido 36 las personas que han continuado ese viaje desde Irun, ocho de un grupo que pernoctó en unas instalaciones habilitadas por el ayuntamiento hendaiarra y otras 28, entre las que había dos menores, que llegaron a mediodía en el TGV proveniente de París. En ambos casos, el consistorio del municipio labortano se ha encargado del traslado hasta la estación del Adif en Irun.

Allí, Renfe les gestiona billetes gratuitos para que puedan alcanzar su destino. «No está siendo fácil», admiten responsables de la operadora. «Cada uno tiene su situación particular. Pero el problema principal es que trabajamos sin previsión, prácticamente». A pesar de eso, los numerosos recursos dispuestos tanto por Renfe como por el Adif están sirviendo, con la ayuda de una traductora aportada por Cruz Roja, para que cada uno de los desplazados salga de la estación irundarra con su billete y un itinerario definido de transbordos hasta su parada última.

Algunos de los desplazados hablan inglés; algunos, muy pocos, algo de español, pero la mayoría sólo ucraniano. Para cuando llegan a Irun llevan ya en torno a una semana de viaje. «Los primeros días fueron muy difíciles. Ahora ya parece que está cerca», decía en castellano una joven que viaja a Lisboa. «Lo que quiero de verdad es volver a mi país». Es un anhelo compartido, aunque para muchos, el objetivo inmediato tiene que ver con terminar esta odisea. «Salí de casa hace siete días y no me he podido ni duchar. Esta pierna me duele mucho», explicaba un hombre ya de cierta edad que también sabía algo de español.

Personal del Adif que colabora en la recepción de los desplazados apuntaba que «están agotados». Además de ese factor y la dificultad para hacerse entender, está lo complicado que les resulta comprender itinerarios con destinos intermedios como Miranda de Ebro o Valladolid, nombres que no significan nada para ellos y les provocan cierto nerviosismo. Con enorme sensibilidad, el personal, con la imprescindible ayuda de la traductora, gestiona los casos uno a uno.

Está previsto que durante el fin de semana sigan llegando más personas en esta situación, aunque no hay forma de saber cuántas ni cuándo. En Renfe estiman que las que lleguen hasta primera hora de la tarde podrán salir en el día, pero a partir de ese momento tendrán que hacer noche, ya sea a un lado o al otro de la frontera, antes de poder reemprender su viaje.