Inkesta

Merezi al dute herritarrek bere hiriko aurrekontuan parte hartzea
 
«Sueño con ir al teatro y ver a una de mis alumnas sobre el escenario» PDF fitxategia Inprimatu E-posta
Administrator-k idatzia   
Igandea, 2020(e)ko abendua(r)en 13-(e)an 12:59etan
Euskaratzeko lanean ari gara.

Noticia publicada en Diario Vasco,el domingo día 13 de Diciembre de 2020.

 

Bajo la piel de su figura menuda, la de una niña de 11 años que pronto cumplirá 12, poco a poco va esculpiendo, giro a giro, clavando sus puntas y trabajando duro, la mente de una chica cabal que sabe lo que quiere. Bailar. Nada más y todo eso. O solo eso. Andrea quiere volar como un cisne, caminar sobre sus puntas y moverse con la delicadeza de una pieza clásica. A su lado, enseñándole a alzar el vuelo, aconsejando cada paso y mostrando nuevos movimientos, está Amaia. Su profesora en Dantza Eskola conoce lo que significa vaciar tu cuerpo de energía para crear esa poesía invisible que solo saben hacer las bailarinas de ballet. Esos cisnes elegantes, pero fuertes; delicados, pero tenaces. El ballet es algo más que un tutú rosa y un moño bien recogido. Es trabajo, dedicación, más trabajo, esfuerzo y otro poco más de trabajo. Solo así las puntas y el vuelo te pueden llevar desde Dantza Eskola de Hondarribia a la Royal Ballet School de Londres como a Andrea. Esta es la historia de un giro, un vuelo, una acrobacia y un movimiento posible. El de Andrea bajo la atenta mirada de Amaia.

–Andrea, la Royal Ballet School son palabras mayores...

–Sí, estoy muy contenta. Quiero que se solucione todo, que ya no haya coronavirus y poder viajar a Londres ya.

–Estarás deseando que llegue la primavera, ¿verdad?

–Tengo muchas ganas, sí. Me iría mañana mismo. (Risas)

–Mañana tienes clase. Amaia, ¿así ya hay quien se concentre?

–Es difícil, sí. Estamos todas muy emocionadas. Su familia también está entusiasmada y no me extraña. Es una gran oportunidad, pero yo no paro de decirle que va a ser duro también.

 

«Es una gran oportunidad, sin duda, pero yo no paro de decirle que también será duro»AMAIA

 

–Lo sabes por experiencia...

–Yo, como Andrea, empecé con 4 o 5 años a ballet. Fui a probar, sin saber muy bien lo que era y me enganché. Eso sí, recuerdo el primer día de clase y a mi profesora diciendo que el ballet era disciplina. Y ahora me doy cuenta de que tenía razón. Éste es un mundo que te obliga a madurar. El contador, por decirlo de alguna manera, a los 16 se pone en marcha y hay que asumir que el camino tiene mucho de vocacional, pero también mucho de trabajo. Yo me fui con 14 años de casa y el ballet me ha enseñado mucho, a organizarme y a tener las cosas muy claras.

–Andrea, con solo 11 años ya te has dado cuenta de lo mucho que hay que trabajar aquí...

–Sí, pero me gusta mucho. Empecé porque mi hermana hacía ballet. El primer año estuve a gusto, pero luego apareció Amaia y me empezó a gustar cada vez más. A mí bailar me pone contenta. Si estoy triste o enfadada, todo se arregla bailando. Me hace feliz.

–Amaia es un pilar importante por lo que veo. Ahora que no nos escucha, ¿cómo es como profesora?

–(Risas) Amaia siempre nos trata súper bien. Es maja, como las profesoras del cole, pero también es como una amiga. Es como si fuera de mi familia porque me da muy buenos consejos.

–Amaia, supongo que Andrea como alumna será de las de sobresaliente.

–Tengo muy buenas alumnas, no me puedo quejar. Y muchas veces pienso que mis profesoras tenían razón: cuando te llega una alumna con algo especial, se nota enseguida. Hay algo en sus posturas, sus formas de trabajo... No sé, algo que me empuja a enseñar más y más. Ella también me pide más, así que, sin saturarla, vamos poco a poco metiendo más cosas.

–Como un viaje a Londres...

–Antes hemos hecho otras cosas. Hemos ido de cursillo a Donostia, Barcelona o a Biarritz, por ejemplo. Allí se junta gente de las mejores escuelas del mundo. Hay personas de Estados Unidos y profesores de la Ópera de París, por ejemplo. Este tipo de cosas son las que hacen avanzar y darte cuenta de la cantidad de trabajo y esfuerzo que requiere.

 

«Si estoy triste o enfadada siempre lo arreglo bailando porque es lo que me pone contenta»ANDREA

 

–¿Cómo han sido esas experiencias, Andrea?

–Increíbles. He aprendido muchísimo, pero en esos cursillos he estado con gente muy buena. Llegaba allí y me sentía muy pequeña y me daban ganas de aprender más y mejorar.

–¿Cómo llega la oportunidad de la Royal Ballet School, Amaia?

–Yo siempre estoy al tanto de los cursos que hay alrededor para mis alumnas. Pocas veces todas las señales se alinean como con Andrea. Está trabajando muy bien y encima estudia en el colegio inglés, por lo que con el idioma no va a tener problemas. Vi que se abría el plazo de solicitud y se lo planteé a su familia. Sabía que ella me iba a decir que sí sin pensarlo, así que también se lo dije a sus padres, que aceptaron encantados.

–Creo haber leído que hay dos opciones...

–Sí, puede ser una plaza para un curso completo o para un cursillo por estación. De momento, hemos enviado el formulario para el cursillo y viendo sus aptitudes, su carga de trabajo y potencial físico la han aceptado. Ahora, si todo va bien, trabajaremos para dar un paso más. Todavía siento los sudores fríos del día que recibimos la respuesta. Todos los profesores soñamos con ir a un teatro y ver a una alumna sobre el escenario. Es emocionante.

–Emoción la que sentirá sobre el escenario también Andrea, ¿qué te gustaría bailar?

–Me gusta todo, yo estaría bailando todo el día, pero me encanta 'El lago de los cisnes'. Creo que es el ballet que más me gusta.

 
Foro Ciudadano Irunes - Irungo Hiritar Foroa, Powered by Joomla!; Joomla templates by SG web hosting