2 octubre 201508:27
La Corporación municipal del pasado mandato aprobó una reserva presupuestaria de 1,2 millones de euros cuyo destino sería la compra de las instalaciones del Club de Tenis Txyngudi, en la subida al monte San Marcial. Tras las elecciones, con los nuevos grupos municipales, «hemos mantenido dos Juntas de Portavoces y a la vista del consenso que existía, ayer (por el miércoles) hicimos efectiva la compra, finalmente por 1.154.639 eruos», anunció el alcalde, José Antonio Santano.
La parcela, de más de 20.000 metros cuadrados, y las instalaciones que contiene (piscina con zona verde, edificio de servicios, pistas cubiertas y descubiertas de tenis y pistas de padel) forman ya parte del patrimonio municipal, «son propiedad de la ciudad». Conviene aclarar cuanto antes que eso no significa que puedan empezar a utilizarse. De hecho, «no podemos dar una fecha de cuándo se abrirán», admitía Santano. El motivo principal es que el equipamiento necesita ciertas mejoras. «Ya hemos elaborado un estudio para identificar los problemas y queremos encargar un proyecto cuyos objetivos aún no están plenamente definidos, queremos cerrarlo con los grupos políticos». En cualquier caso, el alcalde espera que el proyecto pueda empezar a redactarse este año.
Consenso condicionado
Santano se atrevió a hablar de consenso para la compra de las intalaciones del Club de Tenis Txingudy porque «salvo un grupo, que no se posicionó, el resto se ha mostrado a favor en la Junta de Portavoces», aunque admitió que es un «consenso supeditado» a una serie de cuestiones sobre las que ya se está trabajando. Una es la ya apuntada reforma que afectaría a la zona de piscina y césped, al edificio de servicios y, en alguna medida, a las pistas de tenis. Otra tiene que ver con la gestión de lo que será un nuevo equipamiento deportivo municipal. «Quizá, la opción más posible sea habilitar su uso con la tarjeta de los polideportivos, pero hay que mirar si para hacer uso de ellas habría que pagar más y cuánto». Mucho más claro es el tercer punto, referido a la necesidad de que el recinto se conecte a la red del transporte público, cosa que ocurrirá «en cuanto se vuelvan a abrir, extendiendo la línea del microbús que actualmente ya llega hasta el cementerio», afirmó el primer edil.
Como con la ejecución de la compra las instalaciones quedan cerradas hasta que se completen las obras previstas y se reabran como nuevo equipamiento municipal, otro fleco pendiente es qué hacer con los alumnos de la escuela de tenis del Club Txingudy. «A futuro, estableceremos la forma en la que las usarán, como los clubes de fútbol usan los campos municipales, los de natación las piscinas de los polideportivos, etcétera. Mientras tanto, trabajamos en una solución temporal para que puedan entrenar en dos pistas de un colegio de la ciudad».
Aunque no está exenta de complicaciones, Santano valoraba esta adquisición del consistorio de «oportunidad estratégica que había que aprovechar. Creo que así lo ha entendido también la mayoría de la Corporación». Recordó que por la situación económica del club, las instalaciones «corrían el riesgo de cerrarse, quedar en desuso y estropearse por la falta de mantenimiento. Por otra parte, el Ayuntamiento no dispone en su oferta deportiva de lo que estas instalaciones aportan: piscina al aire libre y pistas de tenis y padel. Tampoco vemos que sea posible encontrar 20.000 metros cuadrados en los que poder desarrollarlas algún día. Era una oportunidad que no se podía desaprovechar».