«Me han dicho que duele bastante». «No duele, es más como una molestia desagradable, pero dura tan poco que casi ni te enteras». «Pero ¿a ti ya te han hecho antes?» «No, no. Lo que he oído». Con ésa y otras incertidumbres, no sin cierta inquietud, esperaban decenas de irundarras, minutos antes de las tres de la tarde, la apertura de puertas de Ficoba. En su pabellón 1 ha instalado Osakidetza el centro de test PCR para que desde ayer y, en principio, hasta mañana, quienes pasaron por el bar Gaztelumendi entre el lunes y el viernes de la semana pasada confirmen si se han contagiado o no. Se estima que se harán más de 2.000 test.

«¿La fila va por orden de llegada o por hora de la cita?» «¿Nos ponemos en grupo o de uno en uno?» El personal de Osakidetza, amable y comprensivo con los más nerviosos, fue respondiendo todas las preguntas al tiempo que pedía a todo el mundo que mantuviera la distancia social y que preparara el DNI. «No lo he traído. ¿Vale la tarjeta de Osakide-tza?» «¿El carnet de conducir?» «Yo tengo una foto en el móvil...»

A partir de las tres campanadas, la rueda empezó a girar bien engrasada. Se nota que ya hay experiencia en la organización de estos test masivos. Ordenar el paso por las zonas de pruebas de cientos de personas no es poca cosa, pero a eso hay que sumar la variada casuística que siempre aflora en estas situaciones: mayores que necesitan acompañamiento, personas con dificultades de movilidad, niños o los inevitables imprevistos como que no aparezca el volante de uno de los pacientes. La buena disposición general de la ciudadanía también ayudó a que los profesionales pudieran hacer su labor de forma muy eficiente.

A la salida, los ya 'testados' daban cuenta de la experiencia a los que seguían en una cola a la que se iban sumando cada vez más caras conocidas. «¿Tú también?» «Sí, estuve el viernes por la tarde, media hora y en la terraza; ni entré al bar, pero ya ves». «Pues yo estuve el viernes a las nueve de la noche. Si llego un par de horas más tarde lo pillo cerrando y me libro porque el sábado es cuando ya no abrieron por el posible positivo». Los resultados les llegarán a todos entre 24 y 48 horas después de la prueba y hasta entonces, todo el mundo debe confinarse. Al tratarse de contactos indirectos, quienes den negativo podrán volver a la vida normal, mientras que si a alguien le sale positivo, se deberá aislar durante diez días más y comenzará el rastreo de sus contactos en los días previos a la prueba.