El Pleno de Política General de las Juntas Generales, celebrado la pasada semana, dejó detalles directamente ligados a la comarca del Bidasoa y a la ciudad de Irun. Ayer, la juntera socialista irundarra, Maite Cruzado, dio cuenta de dos de las mociones presentadas por su grupo, «aprobadas por una mayoría» y que se presentaron dentro del contexto de «la gran deuda histórica que la institución foral tiene con Irun y la comarca en dos de sus principales competencias: los recursos para la atención de mayores dependientes y las infraestructuras viarias»

Cruzado advirtió de que en los últimos meses se está dando un repunte en la petición de plazas residenciales que han pasado «de 45 en abril a 57 en junio y 66 en septiembre». Aunque reivindicó que no supone una renuncia a la residencia de Arbes, «que debía estar hecha porque existe una solución, un suelo y un proyecto», la juntera señaló que se optó por una petición «sensata: 500.000 euros para concertar plazas en residencias de la comarca, que tienen espacio para atender a más mayores». Aunque se aprobó la moción, el grupo juntero de Bildu, que sostiene al Gobierno foral, votó en contra. «Sí apoyó una genérica en la misma línea para reducir las listas de espera en Gipuzkoa. Pero», advertía Cruzado, «aquí debía haber una residencia que tenía que ser una realidad. Además, el Ayuntamiento viene sosteniendo el coste real de la residencia de Ama Xantalen desde 2001 aunque sea una competencia foral».

El portavoz socialista en el Ayuntamiento, Miguel Ángel Páez, señaló que la reducción en la demanda de plazas «que fue la excusa para no hacer Arbes, no tenía que ver con la ausencia de necesidad, sino con la coyuntura de crisis, y en la Diputación lo sabían. La institución foral intenta disolver su responsabilidad entre las ayudas municipales y el voluntariado familiar. Me duele especialmente esta actitud viniendo de los que hablan de política social e ideología progresista, de quienes se dicen de izquierdas. ¿Que no hay presupuesto? Ahí es donde prima la política, a la hora de priorizar. Hay que tomar decisiones y en el caso de personas con problemas de salud y de movilidad, que lo pasan mal en casa y que necesitan una atención centralizada en unas instalaciones dignas, había que haberlas tomado hace tiempo».

La segunda moción socialista aprobada y relacionada con la ciudad fue sobre la Ronda Sur, la que el consistorio aprobó y trasladó a los grupos junteros solicitando 5 millones en 2015 y 10 en 2016 para ejecutar la primera fase de la nueva carretera.

«Los actuales responsables forales se comprometieron a dar una solución por el Sur al problema del tráfico, que viene, además, de los tráficos de paso, no de los propios», recordó Cruzado. Páez se extendió algo más en este punto valorando que «Bildu quiere marear la perdiz con este tema. No era la Ronda Sur la solución deseada por este Ayuntamiento. Salió como consecuencia de la cerrazón foral a eliminar para los irundarras el pago de peaje entre Behobia y Ventas, a lo que siempre ha respondido que no la Diputación». Por eso criticó que «ahora, cuando ya se ha gastado un dinero en hacer el proyecto y lo tiene terminado, sus portavoces en Irun empiezan a decir que hay una necesidad imperiosa de abrir un periodo de reflexión sobre las verdaderas necesidades viarias de la comarca... Es decir, en términos prácticos, nos vuelven a pedir que esperemos sentados, tranquilos, al siguiente paso para solucionar los problemas de tráfico que padece Irun». Recordó que «los impuestos de los bidasotarras pagaron también el segundo cinturón, por ejemplo; debe ser con el dinero de los guipuzcoanos que se solucione este problema histórico que viene, no de los tráficos propios, sino del tráfico de paso internacional».