El proyecto Fiare de banca ética continúa dando pasos y «ultimando su puesta a punto», explica Javier Gómez 'Beno', uno de los responsables de la oficina en Irun. Ésta se encuentra situada en la calle San Marcial, 18. «Ha sido un largo proceso, pero por fin vamos a poder operar con un banco al servicio de la ciudadanía, y construido por la ciudadanía». Si se cumplen las previsiones, eso sucederá el próximo 1 de septiembre.

Fiare se define como «un banco que no va a especular, que no tiene sus aspiraciones en la consecución de beneficios económicos, sino en convertirse en una herramienta para construir una sociedad más justa». 2013 fue un año «crucial» para el proyecto: «entonces firmamos el acuerdo con Banca Popolare Ética, con quienes formamos una cooperativa. Ha sido un camino largo, porque construir un banco partiendo de una base social, sin ningún grupo de accionariado, es un proceso lento».

La banca ética Fiare cuenta ya con algo más de medio centenar de socios en la comarca de Bidasoa, 400 en Gipuzkoa y alrededor de 5.000 en todo el estado. En cuanto a cifras económicas, Fiare dispone de un capital social de 4 millones y medio de euros, necesario para constituirse como banca; además de 40 millones de ahorro.

Según concretaba Gómez, «el proceso para ir operando no será igual de rápido que en otras entidades. En primer lugar, tendrán prioridad las personas y organizaciones socios de las entidades de apoyo a Fiare». Éstos «irán convirtiendo sus cuotas en participaciones de la cooperativa ya creada entre Fiare y Banca Popolare Ética y comenzarán a operar». A partir de entonces, «se podrán ir incorporando nuevas personas y organizaciones como clientes o como socios y clientes».

En estos momentos, desde Fiare se plantean ofertar tres tipos de depósito a sus clientes. «Aún no es definitivo», advertía Javier Gómez, «porque todavía estamos trabajando en los productos que se ofrecerán». Lo que está claro es que sus clientes podrán acceder «a todos los servicios de una banca tradicional: cuentas corrientes, de ahorro, préstamos, domiciliación de recibos, realizar transferencias, etcétera».

Fiare, en definitiva, «es un banco a todos los efectos, regulado por las autoridades nacionales y afectado por el fondo de garantía de depósitos». La diferencia reside «en el comportamiento. A la banca tradicional le interesa el cliente desde un punto de vista de consumo, pero Fiare es una banca sin ánimo de lucro. Es decir, si el banco gana dinero los socios no vamos recibir dividendos, solo si hacemos depósitos. Lo que vamos a tener es un dividendo social, porque el gran objetivo de este banco es apoyar y contribuir al desarrollo de proyectos que tengan que ver con la creación de empleo, el cuidado del medio ambiente, la cooperación norte-sur...», enumeraba Javier Gómez. «Nuestros objetivos están en esa línea, en la construcción de un mundo mejor; y no en maximizar los beneficios. Además, al ser una cooperativa, el propio socio puede trabajar en la gestión de su banco».

Este trabajo se realiza a través de distintos grupos, que se configuran por cada 200 socios y que «son una parte activa en la toma de decisiones; por ejemplo, en la concesión de créditos a proyectos». El grupo de Gipuzkoa, en concreto, se reunirá en asamblea el próximo 22 de febrero.

Actualmente, se está trabajando para poner en marcha el sistema informático «que nos va a permitir trabajar como una banca on-line o sacar dinero en un cajero. Es un proceso que tardará unos seis meses en ponerse en marcha», concretaba Javier Gómez. De este modo, podrá estar operativo el 1 de septiembre «en castellano, euskera, catalán y gallego».