La llegada de la primavera y el buen tiempo invitan a retomar los planes al aire libre. Excursiones al monte, barbacoas en el campo o meriendas junto al bosque son algunas de las propuestas que más apetecen en esta época del año. Irun cuenta con un privilegiado entorno natural que posibilita disfrutar de este tipo de planes.

Concretamente, en el ámbito rural de Irun existen ocho espacios recreativos. Seis de ellos están dentro del Parque Natural de Aiako Harria y los dos restantes en Ibarla y San Marcial. A estas áreas se las dota de mesas y, además, en cinco de ellas hay barbacoas fijas. El área de Desarrollo Sostenible del Ayuntamiento ha constatado que, en estos dos últimos años de pandemia, la afluencia de gente a estos espacios «se incrementó exponencialmente en los períodos en los que estaban vigentes las restricciones de movimientos y el cierre de establecimientos de hostelería». Los espacios al aire libre han funcionado como una suerte de refugio seguro para los encuentros en estos años de pandemia, y en una alternativa para el tiempo libre. Si bien no se cuenta con cifras concretas, «el aumento de usuarios ha sido evidente».

Un uso más intenso puede ir aparejado a un incremento en las infracciones cometidas en estos lugares. Quienes, por ejemplo, siguen dejando basura tirada tras una comida en el monte quizá no dejen de hacerlo por mucha campaña de concienciación que se realice, pero deben saber existe una normativa sancionadora que contempla importantes multas para este tipo de acciones. En lo que se refiere a espacios dentro del Parque Natural de Aiako Harria, la normativa que se aplica se sustenta en la Ley de Conservación del Patrimonio Natural de Euskadi y en la Norma Foral de Montes de Gipuzkoa. Es la Diputación quien aplica ambas normativas, según las cuales infracciones como enceder fuego en lugares no autorizados, arrojar basura o circular con vehículos en zonas restringidas conllevan sanciones que van desde los 200 hasta los 3.000 euros de multa.

Por otra parte, tanto en el Parque Natural como fuera de él se aplica la Ordenanza municipal sobre Comportamiento Cívico y Reguladora del uso, ocupación y limpieza de la vía pública. En este caso, las sanciones previstas por la normativa oscilan entre los 60 y los 3.000 euros de multa, en función de la gravedad de la infracción.

En resumen, las actitudes incívicas en el entorno natural pueden salir muy caras. Evitarlo y cuidar del medio ambiente es sencillo: «que cada uno, cuando va a un lugar que no es suyo sino de todos, se comporte de una manera cívica», afirma el delegado de Desarrollo Sostenible, Borja Olazabal. El Ayuntamiento recibe quejas respecto a la basura que queda sin recoger tras barbacoas o acampadas, y si bien el delegado reconoce que «las instituciones tenemos la responsabilida de mantener el entorno en buen estado», en estos casos la solución más directa es «que cada cual recoja la basura que ha generado, la guarde en una bolsa y la lleve a los contenedores. Son gestos muy sencillos que hemos aprendido a hacer en la ciudad: ahora es difícil ver a alguien que, en la calle, tire un papel al suelo, pero sí que es verdad que en otros lugares se siguen haciendo ese tipo de cosas, quizá porque allí parece que 'nos ven' menos».

En épocas en las que el entorno rural recibe más afluencia de gente, la Mancomunidad de Servicios de Txingudi realiza semanalmente dos limpiezas y retiradas de residuos en las áreas recreativas, mientras que el resto del año sólo se hace una. Asimismo, desde el Ayuntamiento se ejecutan labores de mantenimiento de los elementos de mobiliario urbano que hay en estas zonas.

El entorno rural de Irun es una buena opción para pasar el día, y también la noche: la acampada libre está autorizada en la zona de Soroeta, aunque es necesario solicitar un permiso para ello a través del SAC. Los requisitos son que cada solicitud no se pueden superar las diez personas, tres tiendas de campaña y tres días y dos noches de estancia. No obstante, si se quiere pedir un permiso para más de diez personas se pueden cursar dos solicitudes diferentes. En cualquiera caso no se puede superar el aforo máximo de 40 personas diarias en la zona de acampada.

El Ayuntamiento ha constatado un «fuerte incremento» en el número de solicitudes para acampar: en 2021 se tramitaron un total de 127, que se tradujeron en 1.128 pernoctas (cada una implica el uso de una persona por un día de acampada). Esta cifra supone un 60% más de pernoctas que en el año 2019.

Las zonas rurales de Irun ofrecen, en definitiva, múltiples opciones de disfrute: «vivimos en una ciudad muy buen rodeada por el entorno natural. Ahora que llega el buen tiempo, subir a San Marcial o a Aiako Harria es siempre un plan sensacional. El entorno natural que tenemos es Irun es una gozada, y está para cuidarlo y para disfrutarlo», afirma Borja Olazabal.