Noticia publicada en Diario Vasco,el jueves día 10 de Marzo de 2022.
Ibai muestra en su movil la imagen de la que probablemente será la protagonista del videojuego Barraka./ .DE LA HERA
Ainhoa es una niña que cada verano ayuda a su madre a vender churros en las fiestas de distintos pueblos. Un día entra a una barraca embrujada y cuando sale, observa que el mundo está totalmente cambiado... No, no es esta la trama de una película, ni la de un libro o un cómic. Es el punto de partida de Barraka, el videojuego que está desarrollando el irundarra Ibai Aizpurua Aracama gracias a la beca de creación que obtuvo el pasado diciembre en Durangoko Azoka.
–Ibai, ¿cómo fue tu introducción en el diseño de videojuegos?
–Es un mundo que siempre me ha gustado como jugador. Además, sabía hacer cosas de animación, porque me atraía y porque estudié Bellas Artes con especialidad de audiovisuales, así que en 2015 participé en mi primera Game Jam.
«Para los videojuegos me gustan las temáticas cercanas y que no estén explotadas»
–¿Una Game Jam?
–Son maratones de creación de videojuegos. Te dan un tema y tienes 48 horas para desarrollarlo.
–¿Desde cero?
–Sí. Fui con Iñaki Vázquez, que era mi programador, y en dos días hicimos nuestro primer videojuego. Fue un subidón, porque vimos que éramos capaces, aunque fuera algo pequeño.
–Después de aquel, ¿llegaron más?
–Exacto. Cada cierto tiempo, como reto, hacíamos pequeños juegos. De hecho Iñaki, Gonzalo Sardón y yo somos Zomorro Studio. Luego empecé a hacerlos por mi cuenta, a programarlos yo también, para ser autosuficiente.
–Hasta que un buen día decidiste solicitar la beca de creación.
–Después de seis años trabajando en la biblioteca Medialab de Tabakalera, como especialista en videojuegos, tenía claro que quería coger un año de excedencia para dedicarme a la creación. Cuando vi la beca, que no era exclusiva para videojuegos, sino para propuestas digitales, pensé en presentar Guillotine, otro videojuego del que tenía algo hecho. Pero finalmente no pude y aunque me daba un poco de vértigo inventar algo, me presenté con otra idea.
–Barraka... ¿Cómo surgió la idea?
–Improvisé un poco. Tenía algunas ideas de antes, porque quería hacer un juego de exploración y utilizar Stop Motion. Así que le di un poco de forma y lo entregué. Después tuve que defender el proyecto ante varias personas. Y finalmente obtuve la beca.
–Cuéntame más sobre Barraka.
–Todavía estoy haciendo pruebas y no puedo decir cien por cien qué va a ser. Pero es un juego para un solo jugador, en principio para PC y móviles, en el que se cuenta una pequeña historia. La protagonista es una niña que se llama Ainhoa, cuya madre es churrera y en verano van de fiesta en fiesta con su furgoneta, a las barracas. Al principio del juego, la protagonista entra en una atracción embrujada y al salir el mundo está cambiado, muy triste. Probablemente el objetivo será ayudar a los puestos y atracciones, así que algunas barracas serán pequeños mundos, como fases, y el escenario principal será la zona de las barracas.
–¿Por qué elegiste ambientarlo en ese entorno?
–Porque creo que los parques temáticos son muy típicos en los videojuegos, pero la idea de barracas no está muy explotada. Y creo que al crear un videojuego debes pensar en lo que no hay. Además, me pareció que era más cercano, que es lo que me gusta a mí.
–¿En qué punto de su desarrollo te encuentras?
–Hasta ahora he estado programando y haciendo pruebas. Ya tengo algunas ideas para el personaje. He creado un muñeco de plastilina y la cara se la he hecho con Photoshop, porque en eso consiste el Stop Motion, en hacer fotos y animarlas. Lo voy a crear todo yo, excepto la música, que correrá a cargo de Gonzalo Sardón.
«También estoy desarrollando Arroxa, un juego de acción que será rejugable»
–También has recibido el premio 'Egile' de la Diputación Foral de Gipuzkoa.
–Así es, para Arroxa. Es otro videojuego que desarrollé en solitario en la Game Jam más grande del mundo. Fue un reto que asumí para ver si era capaz de crear algo por mí mismo. Participaron 8.000 videojuegos y me quedé bastante contento con el resultado, porque logré el puesto 60 en la clasificación global y el 16 en el nivel artístico.
–¿Cómo es Arroxa?
–Es un juego de acción en el que controlas un bichito rosa con un ojo, que se va encontrando con otros personajes y se va haciendo una bola más grande. La gracia del videojuego es que la vida y la energía del personaje y la munición sea lo mismo. Por lo tanto, si disparas mucho tienes menos munición, pero luego puedes recuperarla. Era una premisa muy sencilla que quería probar.
–Además de en la temática, ¿en qué se diferencia de Barraka?
–Arroxa es un juego corto y rejugable, es decir, se podrán echar diferentes partidas. Quiero que sea algo como para jugar en el topo. Y Barraka es más largo, con diferentes fases. Además, quiero que sea para toda la familia.
–¿Cuándo los vas a presentar?
–Ahora estoy más centrado en Arroxa y me gustaría terminarlo pronto y subirlo a algunas plataformas. Respecto a Barraka, estará terminado para diciembre, para la próxima Azoka.
–¿Qué planes tienes para después?
–Me gustaría vivir de crear videojuegos, pero evidentemente no sé si será factible y si podré hacerlo más allá de este año. Porque en Euskal Herria no hay estudios grandes, incluso a nivel español hay muy pocos, tan solo un par que podrían considerarse grandes.