1 junio 201608:57
En 1955 el cantante Luis Mariano regaló una bandera con el escudo de Irun a los irundarras exiliados en México. 61 años después la enseña ha vuelto a la ciudad que la vio nacer de manos de uno de los descendientes de aquellos irundarras, Javier Mikelajauregui, quien muy emocionado le entregó ayer al director artístico de la Asociación Lírica Luis Mariano, Ángel Pazos. Precisamente este último destacó que esta bandera es «una muestra de la personalidad y las grandes virtudes de Luis Mariano fuera del escenario».
Pero la vuelta de esta bandera es una historia de casualidades. Todo empezó en junio de 2015 en Tailandia. El azar quiso que durante un viaje Coro Arzak y Vitoriano Atxaga, un matrimonio de Hondarribia, se encontraran con Mikelajauregui. Como suele ocurrir cuando se escucha a alguien hablar en castellano o euskera en el extranjero, los tres comenzaron a conversar. «Estuvimos hablando y nos preguntó si vivíamos cerca de Irun, porque tenía una bandera que había heredado de sus padres y quería devolverla a la ciudad», explica Atxaga. A su regreso a Hondarribia, el matrimonio se puso manos la obra y contactó con la asociación lírica.
Durante una de sus giras por México, los exiliados irundarras comentaron a Luis Mariano su deseo de contar con una bandera 'reglamentaria' para poder festejar los sanmarciales. Como buen compatriota, a su regreso, el cantante encargó a las monjas de la orden de las Carmelitas Descalzas que bordaran una bandera con el escudo de la ciudad en una de sus caras, y en la otra la frase 'A los iruneses de México su amigo Luis Mariano'. En su siguiente viaje al país, el irundarra les obsequió con esta insignia, que guardaron como oro en paño.
«Mi hermana me dijo que tenía que traerla a Irun. Es donde debe estar», cuenta Javier
Un deseo de su hermana
Mikelajauregui explicaba ayer que «tenía esta bandera desde tiempo atrás». De hecho, tal era la importancia de esta insignia para los irundarras exiliados que «en México era algo que fue pasando de mano en mano. Era una bandera que no era de nadie pero era de todos», hace hincapié. Tras la muerte de su madre, el símbolo de la ciudad acabó en poder de su hermana, que tenía claro cuál debía de ser el destino de la misma: «Me dijo que tenía que traerla a Irun y la he traído. Está donde debe estar», aseguraba ayer Mikelajauregui, visiblemente emocionado al ver cumplido el sueño de su hermana, que falleció a principios del mes de mayo.
Pero las casualidades no acaban con el encuentro en Tailandia. Este periódico publicó ayer una foto de los irundarras en México posando con la bandera en 1955. «Me reconocí, vi que iban a hacer un acto y he dicho 'tengo que ir'», aseguraba ayer María Luisa Rodríguez. Pero no fue la única. A Pilar Martín Cubero le ocurrió algo similar, aunque fue una amiga la que le dio el aviso: «Esta mañana me ha preguntado '¿Tú no estuviste en México?', enseñándome el periódico. Enseguida me he reconocido», aseguraba con una sonrisa.
Cuando se tomó la fotografía estas irundarras rondaban los 20 años, y ambas recordaban ayer con cariño aquel momento. «Fue después de una comida, en una reunión muy bonita y emotiva en la que estuvimos todos los iruneses», recordaba Pilar, y añadió que ese mismo día «escogieron a una cantinera», ya que pese a la lejanía con su tierra «todos los años celebrábamos los sanmarciales».