7 junio 201607:59
La Liga Asobal, que también ha finalizado este fin de semana, comenzó el año pasado el 5 de septiembre. Aunque las fechas no están confirmadas, quedan unos tres meses para que comience la competición en la máxima categoría. Es el tiempo que tiene el Bidasoa-Irun para, además de abonar el dinero necesario en forma de canon (40.000 euros la última vez que los irundarras subieron), confeccionar una plantilla de garantías y presentarse en las mejores condiciones posibles en la primera jornada para empezar a luchar por la permanencia.
El de ayer fue un día complicado en las oficinas de Artaleku, ya que el fin de semana había acabado siendo agotador. La tensión de los partidos, la fiesta, el amanecer de muchos en las calles irundarras... Sin lugar a duda, no fue un día para trabajar en clave amarilla.
Aun así, la directiva bidasotarra no se quiere dormir en los laureles y está previsto que hoy mismo se retomen las conversaciones de cara a diseñar el proyecto para la próxima campaña. Nadie en el Bidasoa quiere que pase lo de hace tres temporadas, cuando los de Irun solo aguantaron una campaña con los mejores, y se pretende conformar un equipo que dé la talla en la Liga Asobal.
El gran problema que han tenido en la secretaría técnica del club es que hasta el domingo, cuando se confirmó el ascenso, no se sabía en qué categoría iba a jugar el Bidasoa el próximo curso, lo que ha impedido realizar movimientos en lo que a fichajes o bajas de jugadores se refiere.
Lo más importante será retener a los grandes valores del equipo, esos jugadores que tantas novias tienen. Preocupa el caso de Jon Azkue, que había dejado claro a la directiva que quería jugar en la Asobal. El central oriotarra, aunque ya se había reunido con la directiva, había pospuesto su decisión hasta la disputa del play off.
Después de lo acontecido en la final a cuatro, todo hace indicar que Azkue liderará la primera línea amarilla la temporada que viene. El club espera que así sea, pero falta por conocer la decisión final del jugador de Orio.
Otro de los hombres destacados del Bidasoa-Irun es Kauldi Odriozola, que tiene contrato y, salvo sorpresa, seguirá en Irun. El club también quiere cerrar cuanto antes la continuidad de Zubiria, Crowley y Beltza. Por el momento, hay muchos frentes abiertos y el club deberá atajarlos sin prisa pero sin pausa.
Marcha de Dejanovic
Lo que sí parece más complicado es que el portero Pedja Dejanovic siga defendiendo la meta del conjunto irundarra. El bosnio, que se llevó el premio al mejor jugador de la final a cuatro por el ascenso, habría declinado la oferta inicial planteada por el club. El Bidasoa dejaría de contar con un jugador importante, pero la directiva ya tiene varios hombres que le podrían sustituir.
Y, lógicamente, el capítulo de rumores también se ha empezado a escribir. Por el momento son dos los nombres que más han sonado como posibles refuerzos del Bidasoa para la próxima temporada. Dos jugadores para reforzar la primera línea.
El zarauztarra Mikel Agirrezabalaga, que no seguirá en el Ademar, ha confirmado que su próximo destino será el Bidasoa o el Anaitasuna de Pamplona. Su llegada a Irun sería una garantía para el lateral izquierdo, en el que Bezbradica no seguirá y solo quedaría Cristian Martínez. También ha sonado el central Borja Lancina, que ha jugado en el filial del Barça y en el Aragón.