1 julio 201609:24
Hay dos momentos en la mañana sanmarcialera en los que las cantineras pueden relajarse para tomarse un refresco, retocarse el maquillaje o saltar como locas de alegría para descargar toda la tensión acumulada. Uno de ellos es el del breve receso en la plazoleta del Juncal, donde los encargados de la intendencia esperan preparados con sus botellines de agua y otros líquidos para hidratar a la tropa. El otro, el rompan filas del puente de Ama Shantalen, sobre el que los hacheros hacen el pasillo a las compañías y unidades del Alarde, dando por concluido el desfile matinal.
En ambos momentos, aprovechamos para charlar con las cantineras, recoger sus impresiones y esperar, algunas veces, a que dejen de llorar para poder pronunciar palabra. Con el Joló de fondo, en la plazoleta del Juncal, Hodei Sagarzazu, cantinera de la Tamborrada, se mostraba «encantada, disfrutando mucho del día. Esto es una gozada. En San Juan hemos pasado un poco de calor, pero una vez que empiezas a desfilar, ya se te olvida todo».
A unos metros, María Nsue, cantinera de Olaberria, decía estar «viviendo un sueño. Ha sido un mes y medio de nervios y preparativos, pero mi novio y mi familia política me han ayudado muchísimo. Estoy supercontenta, muy agradecida a mi compañía de Olaberria y muy emocionada».
Para Saioa Cuñado, cantinera de la compañía Ama Xantalen, ayer todo era «super». La esperamos al término del desfile de la mañana, después de que cruzara el puente de la ermita con lágrimas en los ojos. «Estoy supercontenta, superemocionada, se me ha pasado la mañana superrápido. Este es mi cuarto año, pero ha sido diferente. Salir de cantinera con mi pareja, mi padre, mi tío, mi hermana, mi madre al lado... Ha sido superbonito».
Especialmente difícil debió de resultar para Olatz Ugarte cruzar el puente de Ama Shantalen, con los hacheros armas en alto. La cantinera de Santiago, que perdió a su padre, miembro de la escuadra, recientemente, se mostró muy entera. El día fue «difícil, pero muy emocionante, sobre todo por la compañía de mi hermana y de mi amona, que este año se ha animado a salir».
Un recuerdo a las primeras
Irati Beorlegui, cantinera de Artillería, alababa a su montura, «que ha ido muy tranquilita y se ha portado muy bien». Irati ha desfilado dos años en Ama Xantalen y otros dos en Artillería, así que ya era una experta amazona. «Pero este año ha sido distinto, muy emocionante para mí, porque además he estado muy bien acompañada por mi ama, que fue capitana y en 2000 salió de cantinera y por mi tía, que salió en el 99. Fueron de las primeras y estoy muy orgullosa. Gracias a ellas y otras muchas, un montón de chicas disfrutan hoy de la fiesta».
Un grupo de soldados da saltos de alegría, en la bajada a la plazoleta del Juncal.
/ FOTOS ARIZMENDI