2 julio 201611:10
«Sólo hay vacas, ¡pero qué bellas son!», exclamaba ayer una mujer en la plaza Urdanibia. El lugar, tras ser uno de los epicentros de la gran fiesta de San Marcial, se convirtió a partir de las 8.00 en el centro de la nueva edición del Baserritar Eguna. Aunque las vacas fueron las protagonistas indiscutibles durante toda la mañana, una banda de trikitixas y panderetas se encargó de poner música a cada rincón de la plaza, llena de gente. El público no perdió detalle de la pugna entre los aizkolaris y harrijasotzailes, ni tampoco de los 'piques' entre los bertsolaris Aitor Mendiluze, Jesús Mari Irazu, Beñat Gaztelumendi y Anjel Mari Peñagarikano.
PREMIADOS
Gran campeona. Caserío Casa Nueva, de Karrantza (Bizkaia).
NOVILLAS DE MENOS DE UN AÑO. CASERÍO ONDAZARTE GAIN, IGELDO.
NOVILLAS DE 12 A 18 MESES. CASERÍO ARDEO, DE GATIKA (BIZKAIA).
Novillas de 18 a 30 meses. Caserío Ardeo.
Vacas lecheras de menos de tres años. Caserío Murrieta.
Vacas lecheras de tres a cuatro años. Caserío Murrieta.
Vacas lecheras de más de cuatro años. Caserío Casa Nueva.
Un total de 42 vacas participaron ayer en la XVII edición de Irungo Frisoi Txapelketa, una cita organizada por Gipuzkoako Frisoi Elkartea (GIFE) con el apoyo del Ayuntamiento de Irun y la Diputación Foral de Gipuzkoa. Las reses procedían de cuatro ganaderías y la única representación guipuzcoana corrió a cargo del caserío Ondazarte Gain de Igeldo, que luchó contra los vizcaínos Murrieta (Muskiz), Casa Nueva (Karrantza) y Ardeo (Gatika). Mientras los animales aguardaban su turno de 'peluquería', muchos niños los miraban como hechizados y alargaban la mano para acariciarles la cabeza o el lomo.
Cuando una de las vacas se acercó bruscamente hacia la valla, Ametz se echó para atrás tan rápido como rayo. «Le dan un poco de miedo», explicaba sin poder evitar una sonrisa su madre, Ixiar, que añadía que era una fobia que «le estamos intentando quitar». Quien no tenía miedo y se mostraba fascinado por todo lo que tuviera cuatro patas era Unai. «¿Me dejas la cámara para sacar fotos?», preguntaba a su padre Manuel, que le pedía que esperara. «Todo lo que tenga que ver con los animales de caserío le encanta», comentaba, y aseguraba que eran unos asiduos a esta cita en la que Unai «echa en falta que haya caballos y ovejas», comentaba Manuel.
Mientras el público disfrutaba de la mañana paseando entre los animales, comiendo pintxos o disfrutando de los bertsolaris, los trabajadores de cada ganadería iban contrarreloj para presentar lo más acicaladas posible a sus vacas. Todas ellas pasaban, sin excepción, por una sesión de peluquería en la que además de cepillarlas, les cortaban el pelo del lomo con un cortapelos eléctrico. «Se quiere que el animal sea muy recto, y si no lo es, con el pelo lo que consiguen es que te dé esa sensación», explicaba Miren Sagarzazu, miembro de GIFE. Un truco al que se sumaba el uso de laca para que cada pelo quedara en su sitio.
La mejor ubre
El certamen de belleza buscaba, entre otros, al animal con «la mejor ubre. Vivimos de producir leche y a la hora de calificar una vaca tiene mucha importancia la estructura de la ubre», comentaba Sagarzazu, y añadía que otro aspecto a tener en cuenta es «la capacidad, ya que cuanta más tenga, se supone que más puede comer y más leche puede producir».
El experimentado ojo de José Manuel Paz, de la ganadería cántabra La Marina de Retortillo de Comillas, fue quien decidió qué res era la mejor en cada categoría, teniendo en cuenta, entre otros, la separación entre las costillas, la potencia, la forma de andar o el balanceo. «No es fácil decidir cuál es la mejor, hay que tener muchos factores en cuenta», explicaba Paz. Así, el premio a la mejor vaca del campeonato fue para la ganadería Casa Nueva, de Karrantza, por sus «costillas más abiertas y su mejor calidad ósea». La campeona de reserva fue la del caserío Murrieta de Muskiz, una vaca que también se llevó el premio a la mejor ubre.
La anécdota de la mañana la protagonizó uno de los miembros de la ganadería Ardeo, que mientras llevaba las vacas a la pista era seguido por cámaras de televisión. ¿La razón? Participaba en el reality televisivo 'Granjero busca esposa'. Sus dos pretendientas no le perdieron de vista en ningún momento y, además, participaron en algunas de las tareas.