7 marzo 201708:12
La primera edición de las becas Ribera ya conocen a sus ganadores: los tándem formados por Alazne Corral y Gorka Álvarez y por Oier Gil e Iker Eizagirre son los impulsores de los dos proyectos seleccionados por el departamento de Cultura, que promueve esta iniciativa. La delegada del área, Juncal Eizaguirre, explicó ayer los detalles de las becas acompañada por los cuatro ganadores.
«Las becas Ribera nacieron el año pasado junto con el programa del mismo nombre», recordó Eizaguirre. La iniciativa tiene el objetivo de «poner en valor nuestro río Bidasoa a través del arte contemporáneo». La muga y la memoria histórica son otros de los conceptos que se abordan a través de este programa. En el marco del mismo, el área de Cultura puso en marcha unas becas para ahondar en estos temas. «Su formato es concreto y diferenciado: de tándem, donde una de las personas tiene un perfil artístico y la otra antropológico. Que sepamos, no existen unas becas de estas características», ni a nivel regional ni estatal. «En ese sentido somos pioneros», explicó la delegada de Cultura.
Con estas ayudas se pretende «invertir en el pensamiento crítico: entendemos que con este planteamiento vamos a conseguir propuestas diferentes, innovadoras y muy interesantes. Intuíamos que iban a estar lideradas por gente joven», como efectivamente ha sido. Juncal Eizaguirre adelantó que los resultados de los trabajos que se llevarán a cabo gracias a estas becas se podrán ver en la jornada Ribera 2017, prevista inicialmente para el próximo mes de septiembre. Cada una de las ayudas está dotada con un presupuesto de 9.000 euros.
Globalización y memoria
Los ganadores de las becas concretaron en qué consisten los proyectos que desarrollarán durante los próximos meses. Iker Eizagirre explicó en euskera que «nuestra investigación nace de la hipótesis de que hay una relación entre los movimientos que ponemos en marcha para el sostenimiento de nuestra vida (trabajo, educación, consumo...) y nuestra identidad». Junto a Oier Gil, analizarán el impacto que ha tenido la globalización en la ciudad, «en nuestra forma de entender Irun y la identidad irunesa dominante». Trabajarán realizando entrevistas a ciudadanos y estudiando expresiones artísticas presentes en Irun que sean representativas de la propia identidad del municipio. En base a las conclusiones que obtengan, realizarán una intervención artística final.
Alazne Corral y Gorka Álvarez, por su parte, han preparado una propuesta titulada '¿Somos parte de lo que fuimos? Las artes vivas y la memoria histórica, recurso para una vida comprometida'. «Utilizaremos el teatro como metodología de la investigación», explicó en euskera Alazne Corral. Esta disciplina artística guiará todo el proceso: «queremos que sea un proyecto participativo y formar un grupo de teatro con ciudadanos de Irun», para recoger y dar cabida a distintas voces de la ciudad. De este modo, quieren «incorporar el cuerpo, la creatividad artística y las emociones en la búsqueda y reflexión sobre nuestra memoria».