Orkaizagirre e Iparragirre acompañadas por algunos miembros del Txolarte de Irun en sus instalaciones de Palmera-Montero.
19 marzo 201708:55
Argoiak entregó su premio anual el pasado domingo. En la edición de este año, la asociación destacó con su galardón el trabajo de las voluntarias de Txolarte, un programa de Atzegi que sirve para ofrecer a personas con discapacidad intelectual de más de 16 años una alternativa de ocio para los fines de semana. Como tantas acciones de la Asociación Guipuzcoana en favor de las personas con discapacidad intelectual, ésta persigue el objetivo de la inclusión social de estas personas en su entorno más cercano.
ATZEGI EN LA COMARCA
Socios. Están inscritas 217 familias para un total de 229 participantes. De ellos, 65 están apuntados al Txolarte.
Colaboradores. Cuarenta voluntarios participan en el Txolarte y en otras actividades del Servicio de Ocio de Atzegi. Hay apuntados también 627 atzegizales, personas con actitud positiva comprometidas a colaborar si se encuentran con una persona con alguna discapacidad que necesita ayuda.
Arantxa Iparragirre, coordinadora de uno de los cuatro grupos del Txolarte de Irun, estuvo presente en el reconocimiento. «Viví el momento con una mezcla de agradecimiento y alegría pero también de sorpresa. Es precioso que reconozcan lo que hacemos, pero nosotros lo tenemos tan normalizado que no le damos la importancia que en este caso le han dado viéndolo desde fuera». También matizó que aunque en la entrega se hizo referencia al trabajo voluntario de 'estas chicas' uno de los 40 voluntarios con los que Txolarte cuenta en Irun «es un chico. Y ojalá haya cada vez más. Es importante que exista esa figura en los grupos».
El acto del domingo «fue súper emotivo. Estuvieron muchos de los participantes y sus familiares. Creo que incluso para Argoiak fue especial». A raíz de la concesión de este premio «queremos abrir vías de colaboración. Durante muchos años, el Txolarte ha trabajado de forma interna, hacíamos actividades entre nosotros. De un tiempo a esta parte, tratamos de hacernos más visibles y colaborar con otras entidades. Hace poco hicimos una visita a la heladería Papperino. También hacemos actividades y talleres con AA VV como las de Arbes y Larreaundi. Vamos a reunirnos con Argoiak para ver de qué manera podemos colaborar».
La visibilización es importante, pero no debe de hacer perder de vista el objetivo principal. «Los txolartes son cuadrillas de amigos. Cada grupo define sus actividades que tienen lugar sábado o domingo por la tarde», explica Oiane Orkaizagirre, técnico del Servicio de Ocio de Atzegi en el que se inscribe el programa. «Monitoras, participantes y familiares nos reunimos para hacer un programa trimestral. Las ideas que salen casi siempre son parecidas, así que nosotras les damos unas vueltas para hacer cosas distintas», detalla Iparragirre. Cocina, manualidades, juegos... «Pero es muy importante salir a la calle. Ir al cine, a tomar algo a una cafetería, bajar al supermercado juntos a comprar la merienda. No hace tanto, cuando hacíamos esas cosas, la gente se giraba a mirarnos. Ahora ya no. Ése es un objetivo que vamos alcanzando».
«Esto te aporta muchísimo»
Txolarte lleva más de 40 años en la ciudad. «Yo empecé como voluntaria cuando tenía 17 años», cuenta Iparragirre. «Fui un día a colaborar en un taller de manualidades que habían organizado y ya no salí». «Se produce un cambio de chip muy importante en los voluntarios», asegura Orkaizagirre. «La gente se acerca pensando en 'echar una mano a esta gente'... En solo unas semanas te confiesan que tenían una idea equivocada, que pensaban que venían a dar pero reciben más de lo que aportan».
«Quito tiempo de mi pareja y mis hijos para estar con el grupo», admite Iparragirre. «Me aporta muchísimo. Llegar donde ellos te cura de un mal día al instante y te da energía para toda la semana. A mí, que soy muy exigente conmigo, me hacen la vida más fácil porque me demuestran continuamente que son las cosas básicas las que te hacen feliz».