Euskaratzeko lanean ari gara.
Noticia publicada en Diario Vasco , el martes día 5 de Diciembre de 2017.
Su curriculum luce intachable. LIcenciado en Medicina por la Universidad de Navarra, posgrado en Dietética y Nutrición, entrenador titulado por la UNED, preparador de deportistas de competición... Una trayectoria profesional que le ha valido a Diego Yllanes un puesto de trabajo en una clínica de psiquiatría madrileña pero que omite un importante detalle: su condena a doce años de prisión por asesinar a Nagore Lafagge durante los sanfermines de 2008 y que, además, le inhabilitó a ejercer su profesión durante la pena que aún cumple en régimen de tercer grado.
La polémica suscitada al filtrarse la información a la opinión pública ha obligado al responsable de la clínica, el psiquiatra Carlos Chiclana, a matizar que el asesino confeso y condenado de la joven de Irun «no atiende pacientes, colabora en la empresa en tareas de ayuda a la investigación». También ha borrado todo rastro suyo del staff del centro médico, donde hasta hace unas horas aparecía con su foto, nombre y apellido y su currículum vitae...algo incompleto, eso sí.
Desde el 5 junio, tras cumplir 8 años y 11 meses de pena de carcel, Yllanes se encuentra en régimen de semilibertad y sólo acude ya para dormir a la cárcel de máxima seguridad de Zuera. La medida fue concedida por un juzgado de vigilancia penitenciaria de Aragón tras serle negado en anteriores ocasiones atendiendo a las características del crimen por el que fue condenado.
Yllanes fue condenado por un delito de homicidio en noviembre de 2009 y ha cumplido gran parte de la pena en la cárcel zaragozana. En noviembre de este año alcanzaba las tres cuartas partes de la condena, lo que le abría las puertas a obtener el tercer grado. Tras serle concedido el nuevo régimen –que anteriormente le había sido negado atendiendo a las características del crimen por el que fue condenado–, fue dado de alta el 5 de junio en un centro de inserción social de Aragón, del que salió el pasado día 12. Hace dos años, llegó a pedir el indulto al Gobierno, lo que le fue denegado.
Asfixió a su víctima
El crimen tuvo lugar el 7 de julio de 2008, en el arranque de las fiestas de San Fermín. A primera hora de la mañana, José Diego Yllanes, de regreso a su domicilio, se encontró con Nagore Laffage, que tenía 20 años. Ambos se conocían de la Clínica Universitaria de Navarra, donde el trabajaba como MIR de psiquiatría y ella era enfermera.
Ambos se fueron a casa de él y, según consta en la sentencia, comenzaron en el ascensor a besarse y abrazarse. El jurado concluyó que José Diego Yllanes pensó «erróneamente» que Nagore Laffage quería mantener una relación apasionada, por lo que, una vez en la vivienda comenzó a desnudarla de forma brusca. Según la sentencia, Nagore interpretó «erróneamente la actuación violenta del acusado como un intento de agresión sexual y como reacción amenazó a José Diego con destruir su carrera y denunciarle». El acusado propinó entonces una brutal paliza a la joven, a quien terminó por asfixiar con sus propias manos. Tras intentar descuartizar el cuerpo, finalmente lo llevó hasta un paraje boscoso, alejado de Pamplona, donde lo abandonó.
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