Desde el año 2019 existe en la comarca una asociación cuyo fin reside en concienciar a la ciudadanía desde una perspectiva positiva y amigable. Recicla-Birziklatu surgió en la primavera de aquel año, cuando Laida Rodríguez, Gorka Alcantarilla y Rober Serna unieron fuerzas para continuar haciendo juntos lo que cada uno ya realizaba anteriormente: cuidar el entorno natural en el que vivimos y fomentar un modelo de vida más sostenible.

Su primera iniciativa fue organizar una gran limpieza de la bahía y la playa. El éxito de aquella convocatoria, que reunió a alrededor de 150 personas, les animó a constituir la Asociación para poder seguir trabajando en la misma línea.

Desde entonces, y bajo el paraguas de Recicla-Birziklatu, han organizado frecuentemente recogidas de basura y también otros proyectos, como la colocación de placas en las alcantarillas de la comarca, que recuerdan a la ciudadanía que El mar empieza aquí. Pero, sin duda, Bidasoa Ibaia Garbi fue la iniciativa más ambiciosa que han llevado a cabo. Consistió en limpiar la ribera del Bidasoa y su entorno en siete municipios de forma simultánea, desde Lesaka hasta Hondarribia, pasando por Bera, Urrugne, Biriatou, Hendaia e Irun.

Celebrada el pasado mes de octubre, aquella gran limpieza del río supuso un hito para los integrantes de la entidad. “El mayor reto fue lograr que los siete ayuntamientos se comprometieran con el proyecto, y también la Diputación Foral. Pero lo logramos y la recogida fue muy potente”, señalan.

Los miembros de la asociación inciden en que resulta necesario mejorar el sistema de recogida de residuos de las empresas en las zonas industriales

Los resultados de Bidasoa Ibaia Garbi no constituyeron, sin embargo, un motivo de alegría. Desde Recicla-Birziklatu relatan que aquel día recogieron entre todos “más de una tonelada de basura”, lo que les ha llevado a una profunda reflexión.

De la misma han concluido lo que ya sabían con anterioridad: resulta necesario mejorar el sistema de recogida de residuos de las empresas en las zonas industriales. “Creemos que uno de los principales problemas de la comarca en términos medioambientales está en las zonas industriales, principalmente Zaisa y las que están más arriba, como la de Bera, ya que el río también trae mucha basura. En estos entornos se juntan muchos residuos cuya gestión no es correcta”, cuentan. Por este motivo la Asociación recurrió hace tiempo al Ayuntamiento de Irun, pero relatan que la respuesta que recibieron es que se Zaisa es una zona privada.

Los integrantes de Recicla-Birziklatu también lamentan que en ese mismo entorno apenas hay contenedores en los que poder depositar la basura, y recuerdan que en Zaisa pernoctan muchos camioneros. “Esas personas viven en sus camiones, no pueden llevarse los residuos con ellos”.

Tratando de encontrar soluciones, Serna asegura que su deseo es “poder mostrarle los datos de la recogida a la empresa que gestiona los residuos en Zaisa, pero nosotros somos una asociación pequeña, probablemente no nos hagan caso, debería ser la institución competente la que hiciera algo”. Además, también ponen el foco en la inexistencia de una barrera entre el polígono y el río, y ofrecen el ejemplo de la zona industrial Joncaux de Hendaia, separada del río por una valla que impide que la basura acabe en él.

Concienciación ciudadana

Otro de los grandes retos relacionados con la sostenibilidad que señalan desde Recicla-Birziklatu es la concienciación de la ciudadanía, un ámbito en el que el camino por recorrer resulta todavía muy largo. “No sirve de nada que entidades como la nuestra intenten generar conciencia si cada uno no hace un ejercicio de reflexión”, cuentan. En este sentido resaltan la necesidad de consumir menos, de recuperar la costumbre de acudir al comercio local, de adquirir los productos a granel en bolsas de tela y de optar por la compra de artículos de segunda mano.

Lamentan que "no sirve de nada que entidades como la nuestra intenten generar conciencia si cada uno no hace un ejercicio de reflexión”

También ponen el foco en la normalización del hecho de tirar residuos al suelo, como las colillas. “Una colilla, por pequeña que parezca, contamina muchísimo, y sin embargo los fumadores no se lo piensan dos veces a la hora de tirarlas”.

Falta de red

Más allá de Recicla-Birziklatu y de el grupo irundarra de Ekopatruilak, Rodríguez explica que en la comarca no existe una red de asociaciones que trabajen en pro de la sostenibilidad. “A menudo nos dicen que falta más gente como nosotros. Pero para nosotros eso no es lo importante, sino que lo que necesitamos es que la gente se implique más, que empiece a desarrollar esas sensibilidad por cuidar el medioambiente. Las personas que vienen a nuestras iniciativas se involucran mucho, pero son pocas”.

Respecto a las nuevas generaciones, lamentan que siempre que reciben propuestas de colaboración por parte de jóvenes son siempre ”para algún trabajo de clase”, aunque asumen que ello no significa que este colectivo no esté concienciado.

Donde sí ven una conciencia generalizada es en los niños y niñas, pero se muestran totalmente contrarios a dejar en sus manos toda la responsabilidad. “No nos sirve eso de ‘como yo no lo voy a ver, no hago nada’. La responsabilidad es nuestra, de los adultos”.

Y aunque les encantaría acceder a los colegios para desarrollar proyectos con los más pequeños, les resulta “muy difícil”, ya que no cuentan con tiempo suficiente para ello. Por este motivo, de momento centrarán sus esfuerzos en los talleres de cosmética natural que ofrece Rodríguez de forma mensual (el próximo será el 23 de marzo en Ficoba), así como en su participación en la feria Bioterra en junio.