Noticia publicada en Diario Vasco sección Bidasoa,el domingo día 1 de Junio de 2014.
1 junio 201401:40
En los últimos días han despertado la curiosidad de los viandantes que pasean por el entorno de la Isla de los Faisanes. Son una familia de cisnes, una pareja y seis polluelos, que se han dejado ver por esta zona. Aunque siempre llamativos, la presencia de estos animales en aguas de la comarca ya no es tan sorprendente: desde hace unos años, tal y como confirma SEO Bird Life, «algunas parejas de cisnes han elegido la zona de Txingudi para reproducirse».
Xabier Garate, miembro de SEO Bird Life, explica que también en Jaizubia «hay una pareja que tuvo siete polluelos, aunque ahora quedan cuatro. La mortandad entre los pequeños es bastante alta. Lo habitual es que pongan entre cinco y siete huevos, aunque tampoco es raro que algune se malogre». No obstante, los cuatro polluelos de Jaizubia «ya tienen buen tamaño y parece que están a punto de superar la adolescencia». Asimismo, el experto en aves recuerda que también hay un ejemplar de cisne negro por la zona: «se le ha solido ver también cerca de la Isla de los Faisanes. Es un animal precioso».
Sobre los factores que han motivado esta mayor presencia de cisnes en la zona, Xabier Garate señala que «no es que haya más que antes; la población de cisnes en Europa no ha crecido de forma sustancial. Lo que sí ocurre es que en ningún país de Europa occidental se permite ya la caza de cisnes. Está prohibido. Eso hace que, generación tras generación, sean cada vez más confiados hacia la gente. Por lo tanto, ya no temen reproducirse en una zona en la que haya tránsito de personas. Se habitúan, como otras aves».
«Es mejor no darles de comer, porque tienen recursos suficientes para alimentarse por sí mismos»
Intimidan, pero no atacan
«Aunque -matiza Garate- una mínima distancia hay que mantener. Son muy territoriales y celosos respecto a los polluelos, sobre todo los machos». Lógicamente, «reaccionan ante cualquier cosa que sientan como una amenaza hacia sus crías». En estos casos, el cisne «intenta intimidar»; pero se trata, como subraya Xabier Garate «de pautas de intimidación, más que agresividad; ahuecan las alas, se hinchan y pueden llegar a bufar».
Al ser aves «de gran tamaño y envergadura, hasta dos metros y medio de ancho y quince kilos de peso», esta actitud puede asustar o interpretarse como agresiva por parte de las personas. No obstante, la realidad es que los ataques de cisnes son un fenómeno muy poco habitual. El experto aconseja a los ciudadanos «que no tengan miedo. Los cisnes defienden su espacio, pero es más la impresión que provocan que una amenaza real. Ellos mismos tienden a guardar las distancias».
Y además de impresionar por su tamaño, los cisnes siempre llaman la atención por su belleza: «por muchas especies que hayas visto, ninguno dejamos de asombrarnos ante la hermosura que tiene un cisne. Y son animales totalmente salvajes, muy libres».
Otra recomendación para los ciudadanos que los vean: «no conviene darles de comer», indica Garate. Los cisnes «tienen recursos suficientes para alimentarse y es mejor que los consigan por sí mismos». El experto apunta también a la conveniencia de que estas aves «no pierdan del todo el recelo hacia los humanos», algo que podría suceder si se acostumbran a que éstos les proporcionen alimento.