El grupo municipal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Irun anunció ayer que no firmará el Código de Buenas Prácticas y Transparencia de Eudel que, según dijo la portavoz Juana de Bengoechea, el alcalde, José Antonio Santano, quiere aplicar en el consistorio irunés. «Sabemos que no es fácil explicar por qué no, pero lo vamos a intentar».

Las razones para no adherirse son varias, pero Bengoechea quiso aclarar que ella y el resto de su grupo tienen intención de «cumplir con todo». Precisamente, y ésta es una de las razones por las que no firmarán el documento, «porque casi todas las cuestiones son de sentido común y el 90% ya se están cumpliendo. De hecho, lo que no se cumple corresponde fundamentalmente a cosas del Gobierno municipal». Para ella, este código es «la típica paja mental de los políticos, que andan siempre con sus planes y sus cosas guays para su mayor honor y gloria. La transparencia es una actitud, algo del día a día. Lo demás sobra». Por eso insiste en que el PP cumplirá, «e iremos más allá si hace falta. Pero no nos vamos a adherir a esa especie de foto que el alcalde quiere del profeta guiando al pueblo».

Pero además, la edil popular advirtió que se está tramitando «una Ley de Transparencia que nos obligará a todos los cargos electos. Deberíamos esperar a ver qué se deriva de esa ley de obligado cumplimiento, y si hay que ampliar después con compromisos ya lo haremos. Pero es que puede que esa ley vaya incluso más allá que este código».

Aunque la inminente llegada de una Ley de Transparencia es para el PP local «la principal razón» que le lleva a no adherirse al código de Eudel, la manera en la que éste se ha gestado tampoco convence en absoluto a los ediles irundarras del PP.

«Para empezar, ¿qué es Eudel?, ¿qué hace Eudel?, ¿Es una institución transparente? Te dicen enseguida que tiene una página web preciosa, pero hoy en día las webs se han convertido en las coartadas de quien no quiere comunicarse». Alegaba que es un modelo pasivo que obliga al receptor a ser activo, cuando «transparente es quien activamente proporciona información».

Como última razón, «igual la más difícil de explicar», Bengoechea expuso que «todo esto se nos presenta como una iniciativa vasca de común acuerdo con el Consejo de Europa, como si hubiera una relación privilegiada entre los vascos y el Consejo de Europa, y estamos ante una gran mentira. Ya vale de bailar el agua a quien cree que 'como nosotros, nadie'. Parece que el Consejo de Europa considere que los vascos han salido del testículo derecho de Adán y el resto de los españoles, del izquierdo».

A todo su argumentario, Juana de Bengoechea añadió un detalle más, casi anecdótico de no ser por lo que supone de fondo. «Resulta que en el código europeo pone que alcalde y concejales no aceptarán regalos. Y llegan unos y dicen que hay que adaptarlo a la realidad vasca y así, en el código de Eudel, se redacta 'no se aceptarán regalos más allá de los usos habituales, sociales y de cortesía'. Y eso ¿cómo se interpreta? Yo creo que los ciudadanos están hartos ya de éstas cosas».

Oinatz Mitxelena, portavoz de Bildu en el Ayuntamiento, manifestó ayer que «nos parece positiva» la participación del alcalde, José Antonio Santano, en la conferencia 'Construyendo la paz desde el ámbito local'. La cita, promovida por el consistorio donostiarra, se celebra hoy en la Casa de la Paz de la capital.

La invitación a participar en esta conferencia «se ha hecho a alcaldes de distintas ciudades, de distintos partidos», recordó en euskera Mitxelena. «No vamos a entrar en los tira y afloja que puedan tener dentro del partido», afirmó, en referencia al PSE; pero sí valoró «muy positivamente que el alcalde de Irun haya tomado esa decisión. No esperábamos menos, pero cuando lo hizo público, para nosotros fue una muy buena noticia», afirmó el portavoz.

Oinatz Mitxelena se pronunció también sobre la polémica surgida en torno al nombre que llevará la nueva biblioteca de San Juan.

Después de que el alcalde anunciase que ésta llevaría el nombre de Carlos Blanco Aguinaga, los grupos de la oposición pidieron mediante una nota de prensa conjunta que la denominación se decidiese de forma consensuada. «No tenemos nada en contra de la persona cuyo nombre ha sido propuesto, pero las formas no han sido adecuadas».

El portavoz de Bildu recordó que existe una comisión destinada a decidir los nombres de las calles, «y creemos que ése sería también el marco más adecuado para decidir los nombres de los edificios públicos».