- ¿La reforma ha sido más agresiva de lo que se esperaban?
- Ha sido una gran sorpresa porque ha sido durísima. La conversación que mantuvo la ministra el pasado viernes con los sindicatos antes del Consejo de Ministros, en la que les explicó la reforma, no tenía nada que ver con el decreto aprobado. Uno de los temas más importantes de esta reforma es que se carga prácticamente la negociación colectiva y el acuerdo alcanzado al respecto entre UGT, CC OO y la patronal hace varias semanas. Algunos de los temas son incluso incostitucionales. Es una reforma negativa, durísima, que nos quita prácticamente los derechos a todos los ciudadanos. Parece que se vuelve a la época de la dictadura, donde los trabajadores no teníamos ningún derecho. Se le ha dicho al Gobierno que o hay una rectificación en el Parlamento o vamos a pelear de una forma muy dura.
- ¿Se puede avanzar qué cuestiones del decreto son inconstitucionales?
- Todavía no, porque lo están estudiando los servicios jurídicos.
- ¿Además del ataque a la negociación colectiva qué otros aspectos regresivos destacaría?
- Siempre ha habido reformas, pero como ésta no se había producido nunca, ya que quita derechos. El que está trabajando ya no tendrá ningún derecho para seguir activo; los EREs se aprobarán sin autorización previa administrativa. Si a ello se añade que un convenio de empresa pueda estar por debajo en materia salarial del provincial hará que muchas empresas abusen de tal forma que al final el convenio quedará en una miseria. Era otra de las cuestiones que nunca pensábamos que iba a suceder. Los convenios sectoriales quedarán muy tocados.
- ¿Aunque el objetivo teórico era crear empleo, ha primado el abaratamiento del despido? ¿Cree que esta es la vía para incentivar la contratación?
- La clave más importante son los veinte días. Porque ahora cuaquier tipo de empresa que reduzca sus ventas, la producción o sus ingresos durante nueve meses seguidos puede despedir con 20 días por año y con un tope de 12 mensualidades. Se puede despedir además con la sola decisión del empresario. Y podrá contratar otras personas en situación más precaria que los que ha despedido.
- ¿Por lo tanto, en vez de acabar con la dualidad del mercado laboral lo que va a conllevar es más precarización?
- Sí, y para evitarlo tenemos que reunirnos con las patronales y llegar a acuerdos en cada sitio. Ese es uno de los temas que vamos a intentar. Las leyes habrá que cambiarlas en el Parlamento, pero la clave más importante es llegar a acuerdos con las patronales, en tema de convenios, de contratos y de la situación económica de las empresas. Todo ello en una dirección, que en Euskadi pasa también por un acuerdo con el Gobierno. De hecho, hoy vamos a firmar UGT y CC OO un acuerdo con el lehendakari y la patronal para crear empleo. El Gobierno Vasco va a destinar 300 millones de euros y será fundamentalmente para reciclar e incentivar a la gente para que empiecen a trabajar. También queremos desbloquear con la patronal los convenios sectoriales.
- ¿Se puede amortiguar desde Euskadi el impacto de la reforma?
- Vamos a intentarlo. Estamos en contacto con las patronales vascas para intentar pactar acuerdos y avanzar de forma que las leyes estatales estén por abajo.
- ¿Tratarán de retomar el acuerdo interconfederal de Negociación Colectiva, que descarriló?
- No pudo ser. Pero, por cierto, algunos aspectos del decreto son muchos peores que el acuerdo que intentamos avanzar. Esperamos que se pueda remover. Tenemos confianza en que LAB seguirá en las reuniones, que a partir de ahora serán en el Preco, para intentar avanzar en el desbloqueo de los convenios.
- ¿Sería deseable que estuviera ELA?
- En el llamamiento que hemos realizado para la manifestación del domingo contra el decreto de la reforma en las tres capitales vascas se incluye a todos los sindicatos. Es fundamental no estar divididos, porque perjudica a los trabajadores. Vamos a intentar sumar. La unidad sindical es necesaria. Queremos movilizar al conjunto de la sociedad -trabajadores activos, parados, jóvenes y jubilados-, ya que la reforma afecta a todos.
- Unai Sordo solicita que al menos haya sintonía sindical y no se produzcan contraprogramaciones.
- Nosotros estamos totalmente abiertos a que participen todos los sindicatos. Pero hay que empezar a moverse. Ahora no hay fecha para una huelga general. Si hay que hacerla se hará, pero hay que mover mucho a la gente previamente. Hasta ahora los sindicatos nacionalistas nunca han contado con nosotros cuando han convocado movilizaciones. A ver si se produce un giro ahora.
- ¿Y es optimista al respecto?
- Yo siempre quiero ser optimista. Los sindicatos tenemos que trabajar para la sociedad.
- La huelga parece, por lo tanto, inevitable.
- Si no hay una reforma del decreto ley en positivo para retirar parte de los contenidos regresivos la huelga será inevitable. Vamos a pelear mucho en movilizaciones antes, pero al final los trabajadores nos pedirán una huelga.
- ¿El trabajador se va a sentir indefenso ante la omnipotencia de las empresas?
- Podrán despedir cuando quieran y en cualquier momento. Hay empresas con muchas dificultades, pero otras muchas que están abusando, fundamentalmente las multinacionales. Muchas han cerrado y se han ido sin tener problemas económicos. El tema es que ahora el empresario puede hacer de todo. Tiene carta blanca.
- ¿La reforma traerá un aumento del paro?
- Eso seguro, porque todo lo que hemos peleado durante muchos años se queda en papel mojado y todos los derechos los tienen los empresarios.
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