El próximo viernes, día 4, a las siete de la tarde, se inaugurará en el Museo Oiasso la exposición del II Certamen Artístico Internacional Askatasunarte y se entregarán los premios a los ganadores. 'Los refugiados' ha sido el tema elegido para el certamen de 2016 por esta asociación sin ánimo de lucro, que trata temas sociales a través del arte. En la muestra, además de los trabajos de pintura, escultura, dibujo y fotografía seleccionados en el certamen, podrán verse varias obras de artistas invitados, como Susana Zaldivar, Iñaki Moreno Ruiz de Eguino y Frank Collin.

Otros refugiados, los que acabaron en el campo francés de Gurs, protagonizaron el certamen y posterior exposición de Askatasunarte, el año pasado. La inauguración de la muestra de 2015, que se instaló también en el Museo Oiasso, se convirtió en un emotivo acto, sobre todo por la asistencia de José Julián Olamusu, Ramón Ruiz y Ricardo Arruti, tres de los supervivientes iruneses de aquel campamento de refugiados de la guerra civil, que acabaría siendo un campo de concentración, tras la invasión de las tropas alemanas. La muestra de Askatasunarte sobre el campo de Gurs sirvió para sacar a la luz, a través del arte, una historia enterrada en el olvido. Más de 12.000 personas visitaron aquella exposición, que pudo verse, además de en Irun, en otras seis ciudades. El viernes, en el acto de inauguración de la nueva muestra, se proyectará un trailer del documental 'Gurs, un recuerdo desde el olvido'

La misma tragedia

Este año, AskatasunArte eligió los refugiados actuales como temática para su certamen artístico. «En 2015 nos quedamos asombrados al comprobar que 70 años después del final de la historia del campo de Gurs, el mundo estaba convulsionado por unos hechos parecidos, con distintos protagonistas, pero con la misma incapacidad para solventar una tragedia que se lleva por delante la vida de miles de personas», señala Alejandro Santos, presidente de Askatasunarte. «El año pasado trabajamos la memoria histórica de Gurs para hacer un poco de justicia, al menos moral, para sacar a la luz aquella historia silenciada. Cuando empezamos a preparar el certamen de este año, llegamos a la conclusión de que debíamos hacer algo sobre lo que está pasando ahora, debíamos aportar nuestro grano de arena para denunciar unos hechos similares a los de hace 70 años. Quién sabe si dentro de cien años volveremos a ser nosotros los refugiados».

Aunque las tragedias se repiten a lo largo de la historia de la humanidad, «queremos pensar que algo ha cambiado, que la respuesta social es diferente», añade Natalia Cambronero, vicepresidenta de la asociación. «Hay cantidad de gente, como los voluntarios de Zaporeak, que sin esperar a que las instituciones o los gobiernos hagan algo, se pone manos a la obra».

Además del trabajo de concienciación y sensibilización que Askatasunarte persigue con su certamen y exposición de este año, la asociación ha decidido colaborar con Zaporeak. En la exposición del Museo Oiasso, habrá un punto de recogida de alimentos que serán llevados a los campos de refugiados donde la ONG tiene sus cocinas. Aceite de oliva, garbanzos, alubias, curry, comino, orégano, pimienta negra y blanca y galletas son algunos de los alimentos que se demandan.

«Invitamos a todas las personas sensibles con esta problemática a colaborar y a visitar la exposición», concluye Alejandro Santos.

El Pleno ha aprobado esta semana el convenio para que Mondragon Unibertsitatea se pueda trasladar en enero al nuevo edificio de Palmera-Montero. Llevará allí las facultades de su campus en el Bidasoa (actualmente en Ducourau), ampliando y mejorando las instalaciones y los servicios, especialmente con la creación de Irun Berrikuntza Faktoria, un espacio desde el que impulsar la creación de empresas y coordinar respuestas a las necesidades de los mundos académico y empresarial. La cesión, inicialmente por diez años, otorga a la cooperativa universitaria el uso de 1.600 de los metros cuadrados de los que el Consistorio dispone en el edificio. MU asumirá el mantenimiento de ese espacio y la parte proporcional de los gastos comunes. El Pleno aprobó el convenio con discrepancias y un largo debate.

Izaskun Sorondo, para explicar el 'no' de EH Bildu, afeó al Gobierno los continuos cambios en los usos previstos, hasta el punto de que «la diferencia entre lo que se vendió al principio y lo que es al final, raya la falta de respeto a la ciudadanía». Criticó sobre todo el modelo de gestión de lo que «iba a ser un centro cívico pero que resulta que tiene un uso privado del 84% de su suelo y sólo un 13% público (el resto, zonas de servicio)». También mencionó partes del convenio de cesión «que nos generan dudas y miedos».

Sí se Puede Irun se alejó del discurso esgrimido públicamente hace unos meses para mostrar su rechazo por «cinco razones» concretas que presentó su portavoz, David Soto. «La finalidad de lo que iba a ser un centro cívico en su totalidad se desvirtúa con la cesión a MU. Se perpetúa el problema de Kostorbe al no trasladar las oficinas municipales. Ha faltado socializar el debate y una democracia participativa real para la toma de la decisión. Se cede el uso para 10 años hipotecando el futuro. Veremos si Irun Berrikuntza Faktoria consigue la utilidad de Bilbao Berrikuntza Faktoria porque allí MU trabaja con una empresa que aquí no estará y que se sustituye por Bidasoa Activa, que conoce el entramado empresarial de aquí pero, desde luego, no es la que dio origen al proyecto en Bilbao». El tercer grupo de la oposición, el PP, anunció una abstención amparada en que «no podemos votar en contra de ampliar la vertiente universitaria de Irun, pero lo cierto es que el Ayuntamiento no hace edificios porque sí. Si no trasladamos las oficinas que están en Kostorbe, seguiremos pagando un dineral de alquiler allí».

De los cambios que el proyecto ha sufrido en diez años, sobre todo del último golpe de timón para orientar el uso del edificio a la universidad, Miguel Ángel Páez se defendió reconociendo que «soy delegado de Hacienda. No soy adivino. Cuando planteábamos trasladar las oficinas de Kostorbe no sabíamos que iba a surgir la oportunidad de que MU ampliara su proyecto en Irun con un Berrikuntza Faktoria. Era una oportunidad y creo que, como ciudad, debíamos aprovecharla en el momento en el que se presentó. Hay ciudades guipuzcoanas que estaban interesadas en acoger este proyecto, ciudades más grandes que Irun. Que sólo hay una. ¿Había que dejar escapar esta oportunidad?».

En respuesta a lo escuchado, Páez alegó que «los metros cuadrados destinados a uso público siempre han sido los mismos. Incluso han salido alguno más que los previstos. Bildu suma como privado el parking, que son 7.000 m2, la mitad del total. Pero claro que apostamos desde el principio por usos y gestión mixta; si no, ahora no habría nada en ese solar. Si no es con esa fórmula, el Ayuntamiento no podría construir los 3.500 m2 que tenemos allí por tres millones de euros y además haber urbanizado una plaza de 7.800 m2 en el exterior para rematar la zona».