Con el objetivo de contribuir y progresar hacia un sistema de gestión más sostenible, innovador, bajo en emisiones de carbono y, al mismo tiempo, eficiente, Servicios de Txingudi ha puesto en marcha un sistema pionero en Euskadi que a través de una aplicación informática y de la llamada “tecnología inteligente” detecta fugas en la red de abastecimiento de agua con mucha más rapidez y precisión de lo que se venía haciendo hasta ahora, evitando el gasto de energía que supone producirla y disminuyendo con ello las emisiones de CO2 a la atmósfera.

“Incrementar la sostenibilidad del territorio no es solo una tarea de los grandes gobiernos y de las grandes empresas”, explica la gerente de Servicios de Txingudi, Leire Zubitur, “Todos, en la medida de nuestras posibilidades podemos y debemos contribuir a paliar las consecuencias de la emisión de gases de efecto invernadero, como el CO2, y a paliar las consecuencias del cambio climático al que ya estamos asistiendo y que a todos nos afectan”.

El sistema, denominado Smart Water Txingudi ha recibido el apoyo del programa “Ayudas a la promoción del desarrollo sostenible” del Gobierno Vasco y tiene un coste de 111.150 euros, con una subvención del Ejecutivo de 24.105 euros.

Según los datos recogidos en Udalsareak 21, en Euskadi se prevé una reducción anual de las precipitaciones entre un 15% y un 20% en el medio plazo debido al cambio climático. El efecto será un aumento de las precipitaciones en invierno y una disminución en verano. “El objetivo de Smart Water Txingudi”, añade Zubitur, “es doble: por un lado, mitigar los efectos de la sequía reduciendo las pérdidas de agua y, por otro, ahorrar la energía necesaria para producir este agua que se desperdicia”. Smart Water Txingudi ha podido desarrollarse gracias a la acumulación de datos que sobre el comportamiento de los consumos en domicilios y empresas de Irun y Hondarribia, se lleva realizando desde 2010 a través del sistema de telelectura.

Esta gran base de datos ha permitido configurar una pauta modelo de consumo para cada uno de los 43.525 contadores de agua que hay en la comarca, pauta sobre la que se comparan diariamente los consumos reales realizados. De este modo, cualquier anomalía, como un gasto excesivo y repentino de agua o un descenso brusco de los consumos, son detectados automáticamente por el sistema con mucha más precisión a la hora de ubicarlos geográficamente.