Bioterra fue una de las primeras apuestas de Ficoba, el recinto ferial de Gipuzkoa, ubicado en Irun, en tiempos en los que quizá, todavía, la cultura de lo ecológico y la sostenibilidad no estaban tan en boga como ahora. Pero los años han pasado y todo lo relacionado con la alimentación y el consumo sostenible, las energías renovables y las alternativas verdes en campos como la construcción es ya mucho más que una moda, una realidad palpable de la que los ciudadanos e instituciones son cada vez más conscientes.

El viernes abrió sus puertas Bioterra 2016, “con una cifra récord de expositores, hasta 190, un 13% más que el año pasado, y con el objetivo, si es posible, de marcar también un hito en el número de visitantes”, expresaba el alcalde de Irun y presidente de la Fundación Ficoba, José Antonio Santano, al inaugurar la feria en compañía de Bittor Oroz, viceconsejero de Agricultura, Pesca y Política Alimentaria; del diputado foral de Medio Ambiente y Obras Hidráulicas, José Ignacio Asensio y de Mikel Intxausti, director de Kutxa Ekogunea, patrocinadora de la feria.

NOVEDADES En la feria, que en su última jornada puede visitarse de 10.00 a 21.00 horas, con tres euros de entrada para los mayores de doce años y aparcamiento gratuito, son novedades la Bioterraza, que ha desplazado al exterior toda la oferta de restauración y alimentación para reponer fuerzas durante la visita; Biobeauty Gunea, un espacio de charlas sobre secretos y trucos de belleza bio, que se suma al variado programa de charlas y demostraciones; y la Ekokarpa de la Diputación Foral de Gipuzkoa, en la que se ha dado también un espacio a entidades que contribuyen a la sostenibilidad, como la escuela de FP de Usurbil, Emaús y el Banco de Alimentos, entre otras.

Entre los visitantes, los hay nuevos y muchos que repiten, de uno y otro lado de la muga, como el caso de la urruñatarra Maria Jesus Aramendi, que se confiesa “una fiel seguidora de Bioterra, todos los años”
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