El vivero Municipal se prepara para su nueva temporada |
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Asteartea, 2016(e)ko maiatza(r)en 24-(e)an 10:45etan |
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Noticia publicada en Txingudisportfmtv.com,el lunes día 23 de Mayo de 2016.
EL VIVERO MUNICIPAL SE PREPARA PARA SU NUEVA TEMPORADA
MAYO 23, 2016 TXINGUDISPORTFMTV
En sus instalaciones del barrio de Meaka puede llegar a producir 35.000 plantas que se reparten por toda la ciudad
El Ayto. de Irun destina 1.510.886,40 euros al mantenimiento, conservación y mejora de zonas verdes y arbolado de la ciudad, una superficie total de 818.124,52 m².
La delegada de Vía Pública y Mantenimiento Cristina Laborda se ha acercado este lunes a las instalaciones que el vivero municipal dispone en el barrio de Meaka. “Entramos en la época probablemente de más actividad en el vivero municipal. Metidos de lleno en la temporada primavera-verano es el momento en el que salen de aquí las miles de plantas que veremos en rotondas, avenidas y parques de la ciudad durante los próximos meses”, explicaba Cristina Laborda.
Además de su zona de plantación, el vivero es el punto en el que servicio de Jardinería guarda todos los materiales necesarios para la ejecución de sus tareas, como el abono, los fertilizantes, las jardineras, las instalaciones de riego, etc. así como todo el material vegetal: arboles, arbustos y plantas de flor. Esta instalación está dedicada a la producción de plantas, especialmente herbáceas florales. Además, el vivero dispone de otra instalación en Siutz más preparada para tratar el arbolado, plantas arbustivas y vivaces.
Los arboles y arbustos, en general se adquieren a otros viveros y se aviveran hasta su colocación en los diferentes destinos. Las plantas de flor se producen aquí, tanto las de temporada como las vivaces. Las de temporada concretamente se plantan dos veces al año, en primavera y en otoño garantizando color en nuestros principales jardines casi permanentemente. Se producen unas 35.000 plantas por temporada que se reparten por toda la ciudad; sus principales destinos son San Juan, Luis Mariano, Zubi Muxu, Larreaundi o las rotondas de las principales avenidas.
En detalle, las especies cultivadas en esta temporada de primavera – verano son salvias, begonias, alegrias, tagetes, ageratums, vervenas, geranios, cosmos, o petunias. En otoño-invierno por su parte se cultivan miosotis, violas, alhelíes, cyclamenes, o amapolas.
Reservado a centros especiales de empleo La delegada aprovechaba esta visita para repasar los datos del contrato de jardinería. El Ayuntamiento de Irun destina 1.510.886,40 euros al mantenimiento, conservación y mejora de zonas verdes, parques y arbolado de la ciudad. “Es una cantidad importante para cuidar nuestros parques y jardines. Son muchas personas trabajando todos los meses del año para que las zonas verdes de la ciudad presenten su mejor cara, pero esto no tiene porqué impedir que como ciudadanos contribuyamos a cuidar espacios que en definitiva son de todos”.
Como ocurre con otros servicios del Ayuntamiento, la delegada recordaba que las condiciones del contrato de jardinería disponen de clausula social y están reservados a centros especiales de empleo. Actualmente, el contrato está adjudicado la empresa Goroldi del grupo Gureak y cuenta con 35 trabajadores, de los cuales 28 presentan algún tipo de discapacidad. Además el servicio dispone de 13 trabajadores más para los meses de mayor actividad, de abril a septiembre.
La superficie total a mantener en Irun es a día de hoy de 810.124,52 m2, el equivalente aproximadamente a cien campos de fútbol.
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La ermita de Santa Elena, redescubierta |
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Astelehena, 2016(e)ko maiatza(r)en 23-(e)an 11:38etan |
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Noticia publicada en Diario Vasco sección Bidasoa, el lunes día 23 de Mayo de 2016.
La ermita de Santa Elena, redescubierta
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LA RENOVACIÓN DEL MUSEO QUE SE ENCUENTRA EN SU INTERIOR ATRAJO AYER A CIENTOS DE VISITANTES
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DESDE LA NECRÓPOLIS ROMANA, DURANTE 2.000 AÑOS SE HA MANTENIDO EL CULTO EN ESTE LUGAR, DONDE SE ALZÓ LA PRIMERA IGLESIA CRISTIANA DE GIPUZKOA
23 mayo 201608:19
La ermita de Santa Elena, emblemático templo de la Parte Vieja irundarra, recibió ayer cientos de visitantes interesados en conocer la renovación del museo que se encuentra en su interior. Aunque el espacio es reducido, son grandes los tesoros que guarda, ya que fueron depositados allí hace más de 2.000 años. El contenido de la exposición se ha actualizado, se han reorganizado las vitrinas que guardan urnas y ajuares funerarios y se han renovado los paneles informativos.
El peso de la historia y la espiritualidad del lugar se dejan sentir nada más subir las escaleras de la ermita y asomarse desde el coro a los restos de la necrópolis romana. «Teníamos programadas dos visitas, pero acabamos de terminar la cuarta y sigue llegando gente», decía Mertxe Urteaga, directora del Museo Oiasso y guía de lujo en la jornada de ayer.
Con motivo de la celebración del Día Mundial de los Museos, el Ayuntamiento de Irun había programado dos visitas guiadas, que acabaron siendo cinco, así como una pequeña fiesta en el exterior de la ermita, con música del quinteto Daxelbrass y un caldo servido por la sociedad Kurpil Kirolak. Su presidente, Juanjo Aldako, se sorprendía por la afluencia de público. «Con el agua que ha caído, pensábamos que la gente se iba a quedar en casa, pero se han animado y han venido».
«Es un tesoro que tenemos y que es muy difícil que se pueda repetir en otro sitio»
Tras la contemplación de las vitrinas, la lectura de los paneles y las explicaciones de Mertxe Urteaga, los visitantes iban abandonando la ermita con la conciencia clara de su valor y «con una idea básica de lo que ha pasado aquí desde hace 2.000 años», comentaba Marilys, una visitante nacida en la cercana calle Uranzu y para la que la ermita de Santa Elena «es un lugar muy entrañable. Hacía muchos años que no había venido y está muy bonita. Merece la pena verla».
Según puede leerse en el propio museo, la necrópolis de Santa Elena se organizó a ambos lados de la vía romana que salía de Oiasso (Irun) hacia Pompelo (Pamplona) y fue utilizada entre los siglos I y IV de nuestra era. Tiempo después, en el siglo X, se aprovecharon las ruinas de uno de sus mausoleos y se construyó una pequeña iglesia cristiana, «la primera de la que tenemos noticia en Gipuzkoa», dijo Urteaga. Esta iglesia sería ampliada por primera vez en el siglo XIV y luego, en el XVI.
El descubrimiento de la necrópolis romana, realizado por Jaime Rodríguez Salís a principios de los 70 y la posterior excavación del equipo de Ignacio Barandiarán rompieron con la idea tradicional de la resistencia del territorio frente al imperio romano. En total, se recuperaron 106 urnas funerarias y se localizaron los restos de tres mausoleos. La excavación se dejó a la vista, se instaló el museo y los feligreses pudieron seguir los oficios religiosos desde el coro. «Es de un valor excepcional que se mantenga el culto aquí desde hace 2.000 años», decía Mertxe Urteaga. «Es un tesoro que tenemos y que es muy difícil que se pueda repetir en otro sitio».
Visita guiada, con Mertxe Urtega, directora del Museo Oiasso. / DE LA HERA |
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Igandea, 2016(e)ko maiatza(r)en 22-(e)an 21:37etan |
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Noticia publicada en Diario Vasco sección Bidasoa,el domingo día 22 de Mayo de 2016.
Los CSI de las termitas
Maider Arana comprueba el estado de la madera con el punzón, que de hundirse unos centímetros no sería buena señal. / FOTOS: F. DE LA HERA
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REHABITE Y TECNALIA HAN HALLADO RESTOS EN ALGUNOS INMUEBLES, PERO ESTÁ POR DETERMINAR SI SON DE FOCOS ACTIVOS
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DURANTE TRES DÍAS DOS EQUIPOS HAN INSPECCIONADO 110 CASAS DE LA PARTE VIEJA
22 mayo 201609:07
Plaza Urdanibia, 9.00 horas. Josu Laguardia y Aritz Berastegui, de Rehabite, y Maider Arana y José Miguel Abascal, de Tecnalia, observan un plano con las viviendas y zonas verdes de la Parte Vieja. «¿Revisasteis los pisos de la calle Papinea y Pelegrín de Uranzu?», pregunta Laguardia. Arana le responde afirmativamente y el técnico tacha dos casas. Acto seguido organizan la mañana de trabajo y se reparten los inmuebles a visitar. Durante tres días maratonianos y divididos en dos equipos han inspeccionado visualmente bajos y sótanos de cerca de 110 edificios con estructura de madera de la Parte Vieja en busca de signos de la acción de termitas.
Mientras los investigadores de CSI usan luminol, láseres o polvos para extraer huellas para 'procesar' la escena del crimen, estos dos equipos se valen de «una linterna, piquetas, un punzón corto, una cámara de fotos y una caja con celulosa -para atrapar termitas-», explica Abascal. Además, cuentan con un plano con la zona a investigar y fichas por cada uno de los inmuebles.
La aparición de termitas en el número 9 de la calle Korrokoitz hace unos meses ha llevado al Ayuntamiento a realizar esta investigación de campo. Estos insectos construyen sus «autopistas» comiendo la madera, van en fila y como «no les gusta ni la luz ni el aire, tapan sus caminitos con 'churritos', que es la madera digerida», comenta Abascal. Pero a estos vecinos indeseables no hay que confundirlos con la carcoma, que «solo come la madera más blanda, que suele ser la zona exterior de las vigas y pilares, mientras que la interior, la más dura, no la tocan». Algo que sí hacen las termitas.
Mientras Laguardia y Abascal se dirigen a un solar sin edificar, la primera parada de Berastegui y Arana es la sociedad Aldabe. «¿Han visto salir hormigas voladoras?», pregunta la técnico. Si salen de una zona cercana a la madera «puede ser una pista». El socio que les recibe responde que no y les muestra el lugar, diciéndoles qué vigas y pilares son de madera y cuáles de «poliespan». Primero, Arana tantea el marco de la ventana pegando pequeños golpecitos con los nudillos, para acto seguido comenzar a 'pinchar' con el punzón esa zona y continúa por otros elementos de madera: zócalos, jambas, pilares, vigas... Si se hunde, mala señal. Mientras ella revisa la planta baja y el sótano, Aritz la sigue y, además de anotar sus observaciones en la correspondiente ficha, chequea por encima el local. «No hacemos una revisión de la estructura, pero si vemos grietas en el interior o en la fachada o vigas deformadas lo apuntamos», explica.
Láminas de libro
En la visita a Aldabe no hay indicios de termitas, y el equipo camina hacia su próximo destino en un bajo, donde les espera el dueño, «preocupado por si encuentran algo». El antiguo almacén está vacío y su propietario explica que lleva unos años cerrado. La luz exterior no llega a iluminar toda la estancia y Arana saca la linterna. En uno de los pilares el punzón se hunde un poco y al sacarlo se desprende un trozo de madera. La técnico lo observa detenidamente. «Es carcoma», asegura. Su compañero lo anota y ella continúa.
A punto de finalizar la inspección, una bajante muy pegada a uno de los pilares llama la atención de Berastegui: «Es problemático porque si gotea se empieza a pudrir». Arana sube a un taburete e hinca el punzón en lo alto del pilar. «Está duro», dice, al tiempo que hace lo mismo en la viga y la punta se hunde. Coge unos pequeños trozos de madera del interior de la viga, baja y busca la luz. «¡Qué puñeteras son!», exclama. Sostiene en la palma de su mano unas «láminas de libro» que no dejan lugar a dudas: «Son restos de termita». Berastegui lo apunta.
Concluidos los tres días, ahora toca realizar un mapa de la Parte Vieja basado en los datos recopilados, donde los puntos rojos señalarán zonas donde se han encontrado restos de termita. Al mapa lo acompañarán las fichas de todas las casas visitadas, con lo observado y algunas recomendaciones. Los resultados se demorarán «más o menos un mes», explica Laguardia, y hace hincapié en «no sembrar la alarma» porque «hallar restos no significa que exista una plaga, pueden ser restos viejos».
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La calle San Marcial busca la imagen de su futuro |
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Igandea, 2016(e)ko maiatza(r)en 22-(e)an 21:27etan |
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Noticia publicada en Diario Vasco sección Bidasoa,el día 22 de Mayo de 2016.
La calle San Marcial busca la imagen de su futuro
Paneles instalados en la sala Menchu Gal, sobre el proyecto de reurbanización. / FOTOS F. DE LA HERA
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EL PROYECTO DE PARTIDA SE EXPONE HASTA FIN DE MES EN LA SALA MENCHU GAL PARA DARLO A CONOCER Y QUE LOS CIUDADANOS REALICEN SUS APORTACIONES
22 mayo 201601:06
La calle San Marcial es un 'invento' de los irundarras del siglo XVIII que tenía por objetivo hacer más recto el Camino Real que culebreaba por las calles de la Parte Vieja. Se construyó bastante más tarde y es de las pocas calles que, en casi 200 años, no ha visto alterado su nombre. Sí han cambiado otras muchas cosas a lo largo de tantos años, muchas de las cuales se cuentan el primer panel de la exposición que desde ayer luce la sala Menchu Gal.
No es una muestra de carácter artístico, como las que son habituales en esta sala, sino que recuerda necesariamente a la que sirvió para socializar el proyecto de reurbanización de la plaza Urdanibia hace tres años. El objetivo es el mismo: presentar como punto de partida el proyecto para renovar la calle y recoger aportaciones ciudadanas.
Lo primero que pretende la exposición es contextualizar las obras que se pretenden llevar a cabo. Para ello se habla de la historia, pero se reserva otro panel para mostrar 'La calle hoy'. Se cita ahí el reto de que esta cuesta sea lo que debe, «una conexión atractiva entre las plazas de San Juan y Urdanibia». Hoy no lo es. El propio panel admite que las líneas de aparcamiento a ambos lados «crean 'muros'» que hacen invisibles las aceras y, mirando desde arriba, «sólo parece haber coches».
Otro problema que también se recoge es la separación entre la calle y el parque de la Sargía con un pretil de piedra que aleja los dos espacios.
Aceras anchas y despejadas
No hay grandes sorpresas, por tanto en los dos paneles que resumen el proyecto, uno de forma gráfica y el otro más descriptivo. Se dibujan aceras anchas a costa de eliminar aparcamiento (que será, seguro, el aspecto más polémico) en una apuesta por recuperar socialmente no sólo la calle como lugar de paso sino el propio parque como espacio de disfrute. Ayuda a esto la eliminación del muro, sustituido por verdes pendientes y nuevos accesos. Se propone un pavimento acorde a las urbanizaciones recientes de San Juan y plaza Urdanibia. El resultado pretendido es una calle «más amable y segura».
La siguiente parada reivindica que este proyecto es «más que obras» y que trata de recuperar espacios para la vida social y comercial. La información sobre el programa de apoyo a las nuevas iniciativas comerciales K-Biziak se completa con la realidad actual: entre los veinte locales (sin contar viviendas y garajes) de la calle San Marcial hay empresas de servicios (7), comercios (6) y establecimientos hosteleros (4). Tres están vacíos.
Al final aguarda el aviso de que esta obra no es el principio ni el final para transformar la Parte Vieja. Ya se actuó en la plaza Urdanibia y se avanzan futuras intervenciones en la calle Juncal y en el frontón Uranzu. De esta última, que se prevé desarrollar casi en paralelo a la de San Marcial, se habla poco en la muestra, pero el panel de los gráficos ya refleja que el frontón tendrá su entrada desde el parque Sargía con un nuevo elemento arquitectónico, una pequeña 'ampliación' de la estructura actual, que será la clave para la mejora de la accesibilidad, la seguridad y los servicios del nuevo Uranzu. No se omiten los degradados ámbitos de Korrokoitz y Papinea, que son privados, se recuerda, aunque se informa de que, a petición de los propietarios, se está trabajando en un convenio.
Ésta es la base, pero ya se han abierto los cauces para la participación. Ayer mismo, el equipo técnico que ha diseñado el proyecto admitía que los cambios pueden ser notables. Quien quiera proponerlos, puede hacerlo en la propia sala o a través de irun.org hasta el 31 de este mes. Está previsto que a comienzos del mes de junio se detalle en una reunión pública qué propuestas se han aceptado y cuáles no y por qué.
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