El ayuntamiento quiere optar a finaciación europea a través de los fondos europeos de desarrollo que se gestionan desde el programa Feder. Para hacerlo con posibilidades de éxito, la Unión Europea exige a los solicitantes un diagnóstico que, además, exprese con claridad los objetivos de futuro que persigue la ciudad. Debe tratarse de proyectos reales que se llevarán a cabo tanto si hay ayuda europea como si no, aunque, evidentemente, el apoyo de una financiación externa facilita y anticipa su desarrollo.

Recuperación de la ribera del río: Favorecer la conexión entre la ciudad y el Bidasoa y sus espacios naturales. 2,4 millones.

Patrimonio cultural de la ribera: Recuperar elementos patrimoniales (Cuerpo de Guardia de Behobia, puente Avenida...) para nuevos usos sociales y turísticos. 0,8 millones.

Eficiencia energética: En edificios municipales y alumbrado público. 0,9 millones.

Movilidad sostenible: Fomento y desarrollo de ejes peatonales y ciclistas. 2,4 millones.

Comercio y producción locales: Hacer crecer el turismo y reforzar el comercio urbano. 2,2 millones.

Desarrollo digital: Incorporar nuevas tecnologías al desarrollo de las pymes y a los servicios municipales. 1,5 millones.

Cohesión social: Mejorar el acceso a los servicios públicos a los grupos más vulnerables. 2,15 millones.

Hace seis meses, desde el consistorio se activó el proceso para elaborar el documento en cuestión que se ha terminado y remitido, bajo la denominación Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible de Irun (Edusi), al Ministerio de Hacienda para que desde allí llegue a las instancias correspondientes de la UE.

Este informe se ha elaborado durante seis meses en los que «se ha hecho un enorme esfuerzo para contar con todas las opiniones políticas, técnicas y sociales, dentro y fuera del ayuntamiento», decía el alcalde, José Antonio Santano, que enumeró sucesivos borradores, Juntas de Portavoces, reuniones del Consejo Asesor de Urbanismo, del Consejo Irun 21... «Además, se han incluido las conclusiones de los procesos participativos que ha habido en los últimos tiempos como el Plan Estratégico Irun 2020, el Mapa de la Ciudad Prohibida, El alcalde en los barrios», así como aportaciones del Plan General y otras herramientas de planeamiento.

«El resultado», valoraba el alcalde, «es una radiografía de nuestra ciudad desde diferentes ángulos con un amplio abanico de opiniones y visiones y que condensa el trabajo realizado en la última década». Desde ayer, se encuentra disponible en la web municipal irun.org.

Tras un diagnóstico exhaustivo de la situación actual, el documento establece las principales fortalezas y debilidades de Irun, así como las amenazas y oportunidades en el futuro próximo. Partiendo de esa información, se establecen dos retos para el periodo 2017-2022. Por un lado, mejorar la calidad y sostenibilidad del entorno urbano, al que este documento se refiere como un «área urbana, densa, fragmentada por las infraestructuras y aislada de la red natural». Por otro, mejorar un tejido económico «poco diversificado, muy dependiente de pequeñas empresas del sector comercial y el transporte y con un sector industrial maduro». En ambos casos, se aprecia el papel que deben jugar otras instituciones (para reordenar el espacio ferroviario o para desarrollar el parque tecnológico de Urdanibia-Zubieta, por ejemplo), se cita como requerimiento «un enfoque integrado» y se solicita el liderazgo del consistorio.

En su parte final, el documento incluye una serie de fichas que se corresponden con algunas líneas de actuación que responden a esos dos retos y para las que el consistorio solicita apoyo financiero a la UE. Cada una incorpora una estimación económica que sitúa el total de la inversión prevista en 13 millones de euros de los que los fondos Feder podrían llegar a subvencionar un 50%. «Hacia mediados de año esperamos tener una respuesta de la UE que nos dirá en qué de lo que le hemos presentado pueden ayudar y, a partir de ahí, comenzaremos a negociar las acciones concretas y las ayudas para cada una». Esas acciones no se recogen detalladas en el documento, «porque hay que presentarlas en esa fase posterior. Nosotros sí las tenemos, eran necesarias para poder calcular el coste total». A final de año podría haber noticias ya concretas aunque, en cualquier caso, «nuestra intención es que las líneas de acción se empiecen a desarrollar en 2017 y lleguemos a 2021 teniendo ejecutado prácticamente todo lo que se recoge en este documento».