Quienes más, quienes menos, muchos irundarras han seguido a lo largo del último año las obras llevadas a cabo para remodelar y reurbanizar la plaza Urdanibia y sus aledaños. Pasados doce meses, este emblemático lugar de la Parte Vieja, centro de actividad social y festiva de la ciudad, se reestrenó ayer de forma oficial con la vuelta, a este que es su emplazamiento natural, del tradicional mercadillo de los sábados.
Fue una mañana dura en lo climatológico, con la lluvia castigando fuerte a vendedores y clientes, pero una jornada de sensaciones positivas para la mayoría. La plaza luce nueva, con un pavimento de tipo adoquinado, con nuevo mobiliario urbano o zonas ajardinadas, pero también con elementos que le son históricamente propios y que se han mantenido, como la fuente y el pretil que rodea todo el contorno de la plaza, además, cómo no, de sus característicos árboles.
ESTRENO DISCRETO La lluvia, que por momentos cayó con fuerza, deslucío en parte la vuelta del mercadillo a la plaza Urdanibia, y aunque el estreno fue discreto en cuanto a las ventas, los vendedores se mostraban contentos de volver a su lugar.
Guadalupe Etxebeste, baserritarra del caserío Oiartzabaleko Borda, del barrio irundarra de Bidasoa, confesaba que tenía “ganas de volver a la plaza Urdanibia”, porque aunque en el vial de Dolores Salís, donde se ha celebrado el mercadillo este último año “la gente te veía bien”, los vendedores estaban “demasiado a la intemperie, y en cuanto llovía o hacía viento, resultaba bastante problemático”.
Aunque la lluvia deslució un tanto el evento, vendedores y clientes acogieron con agrado a la vuelta del mercadillo a su lugar habitual
“Parece que la plaza ha quedado bien pero ahora hay que hacer que la gente vuelva otra vez a Urdanibia, que retomen la costumbre. Y que nos ubiquen dentro de la plaza, porque el reparto de los espacios no es exactamente igual que hace dos años”, explicaba Etxebeste, de 68 años de edad.
En su puesto de ropa para niños, la errenteriarra Naiara Otaño, de 37 años, se lamentaba ayer del mal tiempo. “Entre la lluvia y el Carnaval, no hemos empezado de la mejor forma en cuanto a ventas, pero es lo que toca en esta época”, decía la joven, que lleva “unos diez años en el mercadillo de Irun”.
Esta vendedora decía que “la plaza Urdanibia ha quedado muy bonita” y confirmaba que el último año “no ha sido fácil” para los vendedores del mercadillo como ella, pero en su opinión “se ha podido vender menos por la situación económica en general, y no tanto por el hecho de estar en Dolores Salís”.
OPINIONES DIVERSAS Entre las personas que acuden a comprar en el mercadillo de los sábados, las sensaciones con la plaza y con la vuelta a la misma eran diversas. “Me alegra que vuelva el mercadillo a la plaza Urdanibia, aunque el aparcamiento siempre está más complicado aquí”, decía Elena Pérez, una irundarra de 57 años que suele comprar “sobre todo fruta y verdura”.
En cambio, Vicente Amador, de 55 años, señalaba que ya se había acostumbrado “al mercadillo de Dolores Salís, con más amplitud y con los puestos más accesibles”. “La plaza ha quedado bien y ahora toca volver a acostumbrarse al mercadillo de siempre”, concluía este vecino de Irun.
