Dos establecimientos emblemáticos de Irun han tomado la difícil decisión de cerrar sus puertas. No es ningún secreto que estos son tiempos muy complicados para el pequeño comercio: distintas circunstancias han motivado que dos establecimientos 'de los de siempre' y que aportaban a la ciudad algo más que sus productos comerciales, se ven obligados a cerrar.

En el caso del comercio de calzado Solca, en el paseo Colón desde hace 65 años, la gota que colmó el vaso ha sido la ley de arrendamientos urbanos. Esta norma, que entró en vigor en 1994, establecía el 1 de enero de 2015 como fecha límite para los contratos de renta antigua. No es una circunstancia que afecte sólo a este comercio, porque como recuerda su dueño, Santiago Moreno Solas, «muchos tenemos rentas antiguas, y en diciembre eso se acaba». Antes que él, al frente de Calzados Solca estuvieron su padre y su abuelo. María José, dependienta del establecimiento desde hace 44 años, ha coincidido con las tres generaciones y no puede ocultar la tristeza ante la situación: «aunque aún no tenemos notificación oficial de los dueños del local, pero ya nos comentaron que lo quieren vender. Y en este momento, las cosas no están como para echar a correr y comprarlo».

Y es que el tema del alquiler ha sido la gota que ha colmado el vaso, porque las dificultades por las que atraviesa el pequeño comercio son algo que viene de lejos. «No nos planteamos un traspaso porque no se saca para pagar el alquiler», explican. Tal y como resume María José, «el pequeño comercio lo está pasando muy mal. La crisis nos ha pegado una torta impresionante, el sistema de compra de los consumidores ha cambiado totalmente...». «Qué más quisiera yo que seguir», reconoce Santiago, «pero 'quita y no pon, se acaba el montón'... Llevo mucho tiempo poniendo, y ya no se puede».

María José afirma que «el cambio se ha notado desde hace unos cinco años. 2008, 2009... La crisis se empezó a notar más tarde, pero ahora no remontamos. No se ve solución, por mucho que digan que la cosa está mejor. A pie de calle no se nota para nada». La dependienta afirma que «anteriormente nunca hemos tenido problemas, ha sido cosa de los últimos años. Antes», rememora, «el pequeño comercio de Irun tenía una clientela fija, también venía mucha gente de Francia... Pero también el público francés ha bajado mucho. Se suelen quejar del tema del aparcamiento. Y luego está el tema de las grandes superficies...».

La rumorología sobre posibles cierres de establecimientos del centro se extiende con rapidez y, durante la última semana -según recuerda María José- «mucha gente ha venido a preguntarnos si es verdad que vamos a cerrar. Son tantos años...».

Unión Radio Irun cerrará el próximo 14 de junio. Fernando Amunarriz, su responsable, explica que «el consumo ha descendido brutalmente y se lanza, sobre todo, hacia empresas de ubicación exterior. No somos conscientes de cómo funciona realmente nuestra sociedad: se está venga a hablar de consumo sostenible, y realmente no sabemos lo que es. Es el consumo que va a sostener la sociedad en la que vives, y si compramos en puntos de venta ubicados fuera de nuestro territorio, ese IVA no se recauda aquí. Si a su vez las ventas decrecen, las tiendas se tendrán que reajustar en cuanto a personal... Hay una falta de conocimiento de cómo funciona nuestra propia sociedad. Las entidades públicas no están trasladando esa información como debieran. Quizás», aventura Amunarriz, «vivimos todos en una sociedad frenética, que no nos deja reflexionar».

El responsable de Unión Radio señala que desde el establecimiento se ha luchado hasta el final: «el año pasado, por estas fechas, hicimos unas inversiones importantes, tres contratos laborales... La moneda de pago fueron comentarios simples diciendo que íbamos a cerrar. Si lo hicimos fue porque creíamos en el esfuerzo y en nuestro proyecto», afirma Amunarriz. «Pero ese tipo de comentarios han hecho mucho daño, porque provocan desosiego y una pérdida de confianza».

Fueron el padre y el tío de Fernando Amunarriz quienes pusieron en marcha Unión Radio en 1947. «Entonces aún no estaba ubicado aquí», en el paseo Colón, donde este comercio se estableció en los años 60. «Luego les sucedimos mi hermano y yo». Fernando Amunarriz destaca «la responsabilidad social» del comercio local, «y en el caso de Unión Radio hay una historia muy curiosa: nosotros hemos ido actualizándonos continuamente y, cuando empezaron a llegar las televisiones, nos encontramos con un problema: la señal llegaba desde un repetidor de Bizkaia. Eso nos obligaba a que, si queríamos ver la TV, teníamos que instalar por cada aparato una antena, con lo que los tejados eran como bosques de hierro. Lo que hicieron, Ángel Iglesias y mi padre, fue poner el repetidor de Jaizkibel, costeado por Unión Radio. Lo manteníamos nosotros, gracias a lo que la señal podía llegar mejor a todo el Bajo Bidasoa». Posteriormente, «lo cedimos a Televisión Española». Por todo ello, la reflexión de Fernando Amunarriz es que «la sociedad debe ser más consciente de cómo consume. Es muy triste que seamos tan irracionales en la forma de consumir».