El Ayuntamiento de Irun está realizando mejoras en diferentes puntos de los ejes peatonales de la ciudad, con el fin de incentivar los desplazamientos a pie y evitar el uso del vehículo particular en trayectos cortos. La delegada de Movilidad y Vía Pública, Cristina Laborda, repasó el viernes algunas de las últimas actuaciones ejecutadas por su departamento para mejorar las vías peatonales y avanzó otros proyectos que, con idéntico fin, se desarrollarán próximamente.

Gain-Gainean. Conexión peatonal entre el barrio de Lapice y la calle Prudencia Arbide-Plaza de San Juan. La obra está en marcha.

Calle Jesús-Plaza San Juan. Se instalará un ascensor junto al inmueble del número 3 de la calle Jesús.

Oinaurre-Alai Txoko. La conexión peatonal entre Ventas y el centro tiene un tramo pendiente entre Oinaurre y Alai-Txoko. El proyecto está prácticamente finalizado. La ejecución de la obra exige algunas expropiaciones.

Azken Portu-Behobia. El paseo peatonal y de carril-bici junto al río es un proyecto estratégico para la ciudad. Está en estudio.

«Incentivar los desplazamientos a pie es un objetivo fundamental y prioritario de este departamento», dijo Cristina Laborda. «En el diagnóstico previo al Plan de Movilidad vimos que más de un 50% de los desplazamientos que se realizan en la ciudad se hacen para cubrir trayectos de menos de 1 kilómetro. Son distancias que, a menos que exista algún problema de movilidad, se pueden realizar a pie».

Conseguir que las personas que utilizan el coche para cubrir trayectos cortos se decidan a caminar pasa por mejorar las conexiones peatonales y hacer cómodos los desplazamientos. Para ello, se ha marcado una red de itinerarios, los más utilizados por los iruneses, a tres niveles: los que cruzan la ciudad , los que conectan barrios, y los más habituales dentro de cada barrio. «Hemos trabajado esos itinerarios en la Mesa de Movilidad y hemos visto los principales problemas que hay, sobre todo en los ejes estructurantes, los que van de punta a punta de la ciudad, para resolverlos y conseguir que cumplan unas condiciones mínimas que faciliten a los ciudadanos los movimientos a pie».

Eliminar barreras arquitectónicas, suavizar pendientes, dotar de una anchura mínima de 3 metros a algunas aceras demasiado estrechas o construir aceras donde los peatones se ven obligados a caminar por el arcén son algunas de las iniciativas emprendidas por el área de Movilidad. Hay obras ya realizadas, otras se encuentran en ejecución y algunas están todavía en fase de proyecto. Hay que tener en cuenta que el proceso del actual Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) se extiende hasta 2020.

«Tomando como referencia el PMUS, defendemos las conductas de movilidad que pueden resultar más beneficiosas para la ciudad en general. Creemos que esto pasa por priorizar los movimientos de los peatones y para garantizar y organizar estos desplazamientos a pie hemos ido mejorando aquellas calles que necesitaban algún tipo de arreglo para hacer unos ejes adecuados», explicó Cristina Laborda.

La delegada repasó una serie de actuaciones, algunas de las cuales ya han comenzado su fase de ejecución o incluso han finalizado. «Está prácticamente finalizado el proyecto de acera entre Oinaurre y el parque de Alai Txoko, aunque para ejecutar la obra hay que realizar, previamente, algunas expropiaciones», dijo. Cuando esta conexión concluya, Ventas quedará unido con el centro de la ciudad por una vía peatonal y los vecinos del barrio verán realizada una vieja reivindicación.

Otra actuación que Cristina Laborda consideró clave dentro de los «itinerarios principales» es la urbanización del parque de Gain-Gainean en su segunda fase, «una obra que ya ha comenzado y que va a permitir unir la zona alta del barrio de Lapice con el centro de la ciudad, a través de una vía peatonal y de un bidegorri. Lo que era cubrir una distancia grande y en cuesta, será, una vez terminada la obra, una conexión en línea recta. Eso va a suponer un cambio fundamental en los desplazamientos al centro para uno de los barrios más poblados de la ciudad».

Otra obra que próximamente se sacará a concurso es «el proyecto de ascensor que conectará la calle Jesús con la Casa Consistorial y que unirá la parte antigua de la ciudad con la plaza de San Juan», añadió la delegada de Movilidad. El ascensor, que se instalará junto al inmueble del número 3 de la calle Jesús, «tendrá dos niveles: uno para alcanzar la plaza de San Juan y otro para cumplir con la accesibilidad al Ayuntamiento», una reivindicación que también es histórica.

Dentro del presupuesto de este año, figura, igualmente, una actuación para realizar una ampliación de un tramo de la acera de la calle Juan Thalamas Labandibar, la que va desde Artiga ibilbidea hasta las escaleras mecánicas situadas frente al polideportivo Azken Portu. «Este paso es utilizado por mucha gente que se mueve del centro al barrio de Artia y es una calle que no cumple unas condiciones mínimas como eje peatonal. Se va a reordenar el espacio y se va a ensanchar la acera», añadió Cristina Laborda.

También se mejorará el acceso desde el barrio de Artia hasta el colegio Gaztelu Zahar, «una zona muy frecuentada por escolares y que tampoco cumple con las condiciones mínimas para un desplazamiento peatonal cómodo».

Todas las actuaciones citadas están ya presupuestadas y se van a realizar. Pero hay otro proyecto muy esperado que, por ser mucho más complejo, está todavía «en estudio». Se trata de la conexión peatonal y de carril bici desde el paseo de Azken Portu hasta Behobia. «Estamos realizando un estudio para llevar a cabo este proyecto, que consideramos un eje fundamental de la ciudad», señaló Cristina Laborda. «Es un proyecto estratégico para Irun. Hubo una propuesta anterior, pero de un coste muy elevado que lo hacía inviable. Hablábamos de 5 millones de euros y de conseguir unos permisos muy especiales por sobrevolar el río. Ahora estamos trabajando en un proyecto más sencillo, pero que nos permita, en cualquier caso, realizar la conexión peatonal y por carril-bici».

«En definitiva, queremos hacer de Irun una ciudad amable para el peatón. Se trata de actuaciones puntuales en la trama urbana, u otras más generales, allí donde hemos detectado alguna necesidad. Son generalmente puntos muy señalados, con el paso de un número de ciudadanos importante», apuntó Cristina Laborda.

La delegada de Movilidad se refirió, también, al desarrollo del Irun 30, y a las calles de prioridad peatonal (calles 20) como otro de los elementos importantes para garantizar los ejes peatonales en la ciudad. «Planteamos recuperar el espacio urbano para el peatón en las zonas centrales y residenciales de Irun. Siempre en base a criterios de sostenibilidad y seguridad vial, se ha definido una tipología de calles de prioridad peatonal, en función del grado de restricción en el acceso, de la velocidad máxima de circulación permitida, y de la configuración de la calle».

En este sentido, destacan las zonas de la ciudad más próximas a la plaza Urdanibia y a las calles Escuelas, Leguia, Fueros, Señor de Aranzate, en todos los casos vías que permiten conectar con otros puntos peatonales importantes de la ciudad. La delegada de Movilidad destacó, igualmente, las actuaciones realizadas en el barrio de Ventas con el puente de Aranibar o en los accesos al colegio de Elatzeta, como ejemplos para introducir elementos de prioridad peatonal en otros puntos de la ciudad.

No será la única zona de trabajo ya que, simultáneamente, se sigue trabajando en el interior de la propia plaza con la sustitución de las infraestructuras generales subterráneas y se mantienen aún activos los trabajos sobre la complicada arqueta soterrada en el encuentro de la calle Santa Elena con los aledaños de la plaza. Se trata de una complicada obra de ingeniería para solucionar, pese al escaso margen de altura que el subsuelo deja en ese punto, el encuentro de tuberías de saneamiento y de recogida de pluviales que confluyen allí provenientes de diversos puntos del entorno inmediato.

Mientras no finalice esa parte, no se modificará la actual ordenación del tráfico: la circulación desde Larreaundi sigue por el vial habilitado en el interior de la alameda; la calle Santa Elena permanece cortada para el tráfico que procede de Arbes y Dolores Salís, salvo para residentes; los vehículos que se dirigen desde la zona de calle Uranzu en sentido a Larreaundi, tienen que rodear la plaza para salir a Vega de Eguzkiza por detrás del Euskaltegi Municipal. Al acabar los trabajos del cruce de Santa Elena esta ordenación variará porque la obra avanzará hasta el cruce con Virgen Milgrosa, pero se avisará con antelación.