La previsión de llegada de la alta velocidad al País Vasco sigue apuntando a 2016, aunque de lo expuesto ayer por Luis Castillo, director de Proyectos Estratégicos de Eusko Trenbide Sarea (ETS), se puede inferir que quizá no llegue a toda Euskadi a la vez.

Su departamento tiene la encomienda de la construcción de la plataforma para los 21 tramos en los que se ha dividido el trazado en Gipuzkoa de la Y vasca. Ayer, en el contexto de las jornadas ferroviarias organizadas por la asociación Bidasotarra 7301 Amigos del Ferrocarril, Castillo aseguró que «el 70% del total estará en obra este año». Un tramo está finalizado y 16 adjudicados, de los cuales 14 están en obra y dos apunto de empezar.

En Bizkaia y Araba, donde gestiona la obra directamente el Adif, «van un poco más adelantados porque pudieron empezar un poco antes». Castillo señaló que estima que el final de los trabajos en Gipuzkoa se alcance «a principios de 2016». En ningún momento habló de que eso signifique que ese mismo año no vayan a circular los trenes, pero sí matizó cuál es el trabajo que ETS acabará en ese plazo. «Nosotros tenemos encomendado construir la plataforma para las vías de alta velocidad; eso no incluye ni las traviesas, ni las vías, ni la catenaria...». El Adif tendrá que ir instalándolas a medida que vaya recibiendo tramos con la plataforma construida y tendrá que ir muy rápido en los últimos para que circulen trenes en ese 2016.

Tampoco está en la mano de ETS la solución por la que el ministerio de Fomento y el Adif parecen haberse decidido en el tramo Astigarraga-Irun, la del tercer hilo. La pretensión es que el trazado actual (incluida la entrada a Donostia), en lugar de dos líneas paralelas, disponga tres, de manera que puedan transitar los trenes de ancho ibérico y los de ancho europeo.

«No es algo tan fácil como parece», señaló ayer Castillo. «Hay que cambiar las traviesas para colocar unas aptas para tres hilos. Y hay intercambiadores de hasta tres vías... Tampoco la catenaria que vale para unos trenes vale para otros, así que hace falta una 'doble catenaria'». A esta solución transitoria, que debería estar aplicada para 2016, se sumarán posteriormente nuevos tramos de alta velocidad, destinados fundamentalmente a ejercer labores de pasantes de mercancías. Se trataría de que trenes con destino a la plataforma logística de Lezo, ya sea desde el sur o desde el norte, no tengan que atravesar Donostia o Irun, según el caso. «Y para más adelante, hay que acordar con Francia la conexión internacional». A esa misma se había referido también el alcalde de Irun, José Antonio Santano, en la intervención que abrió la jornada. Santano advirtió que «por mucho que quieran correr, será difícil que llegue antes de 2025».

El alcalde actualizó también la situación del proyecto de reordenación del espacio ferroviario de la ciudad. «Queremos avanzar en dos cosas: terminar el planeamiento», mediante el Plan General de Irun, y «constituir la sociedad que gestionará el proyecto». Para eso, propone usar «la parte pública de Zaisa y que se incorpore Fomento con una aportación de un millón de euros, que no es un derroche y serviría para poner en marcha el proceso, incluso iniciar derribos».

El Gobierno Vasco mantiene intacta su apuesta por el Metro de Donostialdea. «Es un proyecto estratégico para Gipuzkoa que hemos impulsado, impulsamos e impulsaremos», aseguró ayer el consejero de Transportes Iñaki Arriola. Eso sí, el ritmo de ejecución de esta infraestructura no será el previsto hace ahora un año.

La falta de apoyo de la Diputación foral, que rechaza cofinanciar el proyecto al 50%, junto a las estrecheces en las arcas públicas que provoca la crisis, harán que el desarrollo del proyecto se ralentice. «Avanzaremos con mayor o menor ritmo en la medida en que los consensos institucionales funcionen», aseguró ayer Arriola, que volvió a tender la mano a la Diputación de Gipuzkoa, para «hacer posible que este proyecto sea una realidad cuanto antes». En la actualidad, una cuarta parte del proyecto ya está en obras, según los datos del Gobierno Vasco, si bien la intervención 'estrella', la pasante soterrada por el centro de Donostia, sigue estando en fase de proyecto constructivo.

El consejero de Vivienda, Obras Públicas y Transportes compareció ayer en comisión del Parlamento Vasco, a petición del PNV, para dar cuenta del estado de la ejecución del Metro de Donostialdea. Un proyecto que persigue convertir la actual línea de Euskotren en un moderno metropolitano con más frecuencia de trenes, que incluye una pasante soterrada por el centro de Donostia -con parada en la universidad, entre otras- y que llevará el tren hasta Hondarribia.

La comparecencia de Arriola fue solicitada por el grupo nacionalista después de los cambios provocados por las elecciones municipales y forales en el Ayuntamiento de Donostia y la Diputación, y la incertidumbre que estos provocaban sobre el futuro Metro. En ambas instituciones, los gobiernos de Bildu son contrarios al proyecto que impulsa el Ejecutivo vasco. En el caso de la Diputación, la postura conlleva además la negativa a cofinanciar al 50% la infraestructura, de la misma forma que se hizo en Bilbao con el Metro, tal y como se había acordado con el Gobierno foral saliente.

Durante su comparecencia, el consejero quiso dejar claro que el Gobierno Vasco mantiene su apuesta por el desarrollo del Metro de Donostialdea. Y defendió su impulso, más allá de cambios de gobierno en las instituciones. «Los grandes proyectos no deberían depender de coyunturas económicas y políticas. En la medida en que se consideren estratégicos, se deberían sostener en el tiempo por las autoridades públicas que creen en los mismos para que puedan salir adelante», señaló Arriola.

Pero la realidad manda y, como reconoció el propio consejero, a día de hoy el Gobierno Vasco está «solo» al frente de este proyecto, después de que la Diputación de Gipuzkoa declinara confinanciarlo. «Merece la pena hacer el esfuerzo por culminar una infraestructura que supondrá uno de los proyectos ferroviarios más importantes de Euskadi», aseguró el consejero.

La coyuntura actual provoca que el desarrollo de la infraestructura, cuyo coste total asciende a 727 millones de euros, dependa únicamente de la disponibilidad de recursos del Gobierno Vasco, que menguan día a día por la crisis económica. «Tendremos que adaptar los ritmos (de ejecución) en función de la capacidad presupuestaria derivada de la coyuntura económica, y de la inexistencia de acuerdo con la Diputación», añadió.

Al abordar la financiación de esta infraestructura, ni Arriola, ni los parlamentarios presentes en la comisión, hicieron referencia a las soluciones planteadas por el consejero en los medios de comunicación para hacer frente a la financiación del Metro. En las últimas fechas, Arriola apuntó a la posibilidad de pedir préstamos al Banco Europeo de Inversiones o a establecer un modelo de financiación público-privado para hacer frente a la obra.

Para este año, la inversión que el Ejecutivo vasco destinará al Metro asciende a 35,5 millones de euros, una cantidad menor que la destinada el año pasado. «Si hubiéramos llegado a un acuerdo con la Diputación, las cantidades serían otras, porque habríamos sumado esfuerzos», dijo el consejero, que tiende de nuevo la mano a la institución foral para hacerla partícipe del proyecto.

A pesar de las reiteradas negativas, Arriola no pierde «la esperanza» en lograr ahora o en el futuro el apoyo de la Diputación. «Tengo la confianza de que esa mayoría de guipuzcoanos que están a favor del Metro, y que así los han manifestado en el Pleno del Ayuntamiento de Donostia y en Juntas Generales, tenga la capacidad de ejercitar políticamente esa postura para que la Diputación, gobernada por Bildu o no, asuma ese proyecto como propio y lo impulse», asegurEó Iñaki Arriola.

Visto el panorama, el Gobierno Vasco quiere ir fase a fase en el desarrollo del Metro. De momento, el paso siguiente es «llegar a Altza». A tal fin, ya está licitado el desdoblamiento del tramo Herrera-Altza, por un importe de 45 millones de euros. La estación de Altza funcionará en 2015.

Según explicó el consejero, el Gobierno Vasco ha licitado ya 200 millones de euros, de los cuáles se habían certificado 147,7 a finales de 2011. En concreto, el tramo Fandería-Oiartzun está ya finalizado y se encuentran en obras los tramos Loyola-Herrera -con la puesta en servicios de nuevas estaciones de Herrera e Intxaurrondo-; el tramo Lasarte-Oria-Errekalde, el de Añorga-Errekalde -que incluye una estación en Añorga-, y las cocheras de Araso en Irun. Esta ejecución supone que el 25% del metro de Donostialdea «es una realidad» y está en obras, aseguró el consejero. El resto de tramos del proyecto siguen con su tramitación adelante. En este sentido, los tamos Lugaritz-La Concha, La Concha-Morlans y Morlans-Anoeta -que conforman la pasante soterrada de Donostia- y las subcentrales de Lasarte y Loyola y la nueva estación de Loyola se encuentran en fase de proyecto constructivo.

Por último, los tramos Altza-Galtzaraborda, Irun-Hondarribia y los soterramientos de Errenteria y Lasarte-Oria están en fase de estudio informativo, según detalló el consejero. Paralelamente, se ha impulsado la modificación del Plan Territorial Sectorial (PTS) ferroviario de Gipuzkoa, en el que, según Arriola, «el Ayuntamiento de Donostia ha formulado alegación alguna». Este PTS será aprobado a lo largo de 2012.

Tras escuchar a Arriola, en el turno de los parlamentarios, Maribel Vaquero (PNV), instó al Gobierno Vasco a tratar de llegar a acuerdos con la Diputación para cofinanciar parte del trazado y solicitó «por escrito» una previsión de la ejecución por fases del proyecto y de las «modificaciones» que se incorpore, ante la coyuntura económica de crisis. Además, echó en cara al consejero que al final, en el caso de Altza, se haya optado por una lanzadera con una estación en el barrio, como ya propuso el anterior ejecutivo. Al respecto, Arriola concretó que el tramo Herrera-Altza, en licitación, tendrá su continuación en el futuro con la conexión Altza-Galtzaraborda.

Por su parte, Manuel Mitxelena, parlamentario del PP, mostró su apoyo al Metro y se comprometió a portar esa bandera porque «es uno de los proyectos más importantes de Gipuzkoa».

Por último, Daniel Maeztu (Aralar) defendió mejoras en la línea de Euskotren, como desdoblamientos y nuevas estaciones, pero no consideró necesaria la ejecución de la pasante soterrada por el centro de Donostia «teniendo en cuenta el buen funcionamiento del transporte público en autobús y las distancias entre nuevas estaciones que se plantean».