La delegada de Movilidad Cristina Laborda ha dado a conocer los datos más significativos del balance que dejó en la ciudad a lo largo de 2015 el ‘Irun 30’, la iniciativa que limita a 30 km/h la velocidad máxima en prácticamente todos los viales urbanos. Esta medida entró en vigor en las principales calles y avenidas del centro en agosto de 2011, y se extendió por casi toda la ciudad en el verano de 2013.

“Desde entonces”, -apuntaba Cristina Laborda- “hemos venido haciendo un seguimiento al grado de cumplimiento y puesta en marcha de esta iniciativa. Comprobamos que desde la ampliación de la medida, los datos han ido arrojando conclusiones muy positivas, y a cierre de 2015, en su segundo año completo, las indicadores que manejamos confirman objetivos fundamentales como la práctica desaparición de las velocidades más altas que facilita la convivencia de la bicicleta con el coche en la calzada”.

La delegada repasaba una serie de datos que ya fueron presentados en la Mesa de Movilidad, celebrada en febrero y en la que se encuentran representados grupos políticos de la Corporación Municipal, así como asociaciones y entidades locales. Como ya ocurrió el año anterior, se ha llevado a cabo un estudio que ha permitido controlar las velocidad de alrededor de un millón de vehículos en la ciudad.

Esto ha sido posible gracias a un plan de aforos, es decir, la instalación de un elemento estático (aforador) que durante los últimos meses ha medido las velocidades de los vehículos en varios puntos de la ciudad. En base a los cálculos realizados por el aforador, se desprende que sigue existiendo un alto grado de cumplimiento, ya que la gran mayoría del millón de vehículos que ha podido ser analizado respetaba la normativa.

En detalle, el 51,5% de los vehículos supera la velocidad de los 30 km/h, pero sólo el 18% pasa de los 40%, un porcentaje aún más pequeño entre quienes circulan a 50 km/h o más (3,5%). La media de las velocidades se situó en los 30,38 km/h. “Hemos detectado que en prácticamente todos los puntos en los que se ha medido la velocidad, la mayoría de coches circulaba a 30-35 km/h o menos. Existen no obstante algunas vías que registran todavía unas cifras más elevadas, sobre las que ya desde el año pasado vamos probando una serie de medidas de sensibilización con elementos visuales u otras actuaciones para calmar el tráfico como reductores de velocidad”, añadía Cristina Laborda.
Asimismo, el aforador ha permitido confirmar la tendencia de los primeros meses de la iniciativa en cuanto al descenso de las grandes velocidades. En algunos tramos no se ha detectado ningún caso en este límite, y en otros el dato es muy pequeño. “La reducción de puntos en los que transitaban los coches a 50 km/h es uno de los retos que busca el Irun 30 en busca de ralentizar los tráficos y garantizar mayor seguridad para facilitar la convivencia entre el vehículo y la bicicleta en la calzada. Son en definitiva datos objetivos que indican que la idea está asentada y que una inmensa mayoría de conductores lo respeta, pero se necesita seguir controlando y tomando medidas para que se respete el Irun 30″.

El estudio permite igualmente calcular la evolución de la medida en puntos concretos. Por ejemplo, en el Paseo Colón en julio de 2011 el 43% de los vehículos circulaba a más de 35 km/h, mientras que a finales de 2015 ese porcentaje se había reducido a un 16% en el sentido Ayuntamiento y 8% en dirección C/Hondarribia. Si se atienden las velocidades más altas, aquellas que superan los 50 km/h, los datos confirman que estos registros han desaparecido prácticamente en el Paseo Colón.

Asimismo, y tal como explicaba la delegada de Movilidad, “en otros puntos de la ciudad en los que se actuó el año pasado al detectarse velocidades más altas, se ha conseguido ralentizar los tráficos bien por la colocación de paneles o reductores de velocidad por ejemplo en Darío de Regoyos o en la Avda. Euskal Herria. En otros sin embargo no, y es en esos puntos en los que reforzaremos este tipo de actuaciones”. Cristina Laborda ponía como ejemplos la avenida de Navarra sentido subida y calle Anaka donde se plantea colocar paneles 30 y reductores de velocidad tipo ‘cojín’.

Con respecto al número de accidentes en viales del Irun 30, Movilidad maneja los datos de siniestralidad de 2014, que si bien subieron un poco con respecto a los de 2013 (de 262 a 283) siguen siendo muy inferiores a los 400 accidentes de 2011. La delegada destacaba no obstante que “si entramos al detalle por calles estamos viendo que allí donde se reduce la velocidad y donde se toman medidas como reductores de velocidad, baja el número de accidentes, por lo que vamos a intentar trasladar este efecto a otros puntos donde cuesta más ralentizar estos tráficos”.