Ficoba vuelve a destapar el baúl de los recuerdos. Desde esta tarde y hasta el domingo, la Feria de Antigüedades organizada por Curiosity Antic ocupará el ferial irundarra con su oferta variada de objetos del pasado. La primera experiencia de esta propuesta tuvo lugar el pasado mes de marzo, con tan buen resultado de público y ventas que se repite seis meses después con incremento, además, en el número de expositores presentes. Si para aquella primera cita de la primavera se montaron en el Pabellón Tres 38 puestos, la que arranca esta tarde prevé llegar a los 45.

Curiosity Antic es una empresa especializada en la organización de ferias de antigüedades que en poco más de dos años de existencia ha promocionado más de una veintena en hasta 10 municipios de toda España. Su objetivo es celebrar un encuentro mensual con un máximo de dos citas al año en una misma localidad. Y no en todas, porque «no todas disponen de un mercado de antigüedades y coleccionismo suficiente para una feria cada seis meses».

No es ése el caso de Irun. Curiosity Antic eligió Ficoba como nuevo emplazamiento para una de sus ferias con la idea de convertirla «en el principal referente del sector para todo el País Vasco», apuntaban desde la empresa. La tradición de este mercado en la zona, tanto en la vertiente guipuzcoana y Navarra como al otro lado del Bidasoa, lo hacía un emplazamiento de especial interés, reforzado además por ese carácter transfronterizo. El resultado en marzo fue mejor que bueno. Las previsiones iniciales de la empresa organizadora apuntaban a entre 2.000 y 3.000 visitantes. La mejor de las cifras prevista se superó en un 30% para llegar hasta los 4.000. Los propios expositores valoraron positivamente su participación, tanto por el tipo de visitantes y el volumen de ventas realizadas, como por las propias características del recinto ferial y su ubicación.

En el balance de esa primera edición, Curiosity Antic «satisfecha» con el resultado, ya anunció que el mes de marzo de 2014 regresaría a la ciudad. También añadió que no descartaba que el otoño de 2013 pudiera acoger una edición intermedia como finalmente ha ocurrido.

Esta segunda edición que se abre esta tarde tiene la virtud de superar a su predecesora en objetos y expositores. Con 45 stands que provienen de toda España y de países como Francia, Inglaterra y Holanda, se pondrán a la venta más de 30.000 objetos con una antigüedad mínima de 30 años. Ese criterio de obligado cumplimiento abre, sin embargo, un espectro lo bastante amplio como para que los visitantes, ya sean profesionales del sector, expertos aficionados, amantes de lo 'vintage' o curiosos con interés, puedan hallar aquello que buscan o tropezarse con algún inesperado tesoro.

Desde juguetes y objetos de decoración de los años 70, el tipo de objetos que se repartirán por la feria se remonta hasta hace varios siglos. El visitante se puede encontrar con monedas y joyas; pequeños objetos como pipas de fumar o cámaras de fotos; obras de arte (pictóricas o escultóricas) de diversas épocas, territorios y tamaños; orfebrería de mayor o menor volumen; mobiliario de estilo pop o llegado desde el siglo XVIII; libros y cómics; cerámicas; textiles; lámparas... Un listado interminable. «Animamos a todo el mundo a acudir, porque cualquiera puede disfrutar de este viaje por el 'túnel del tiempo' y seguro que encontrara ese objeto exclusivo para decoración o regalo», explica uno de los responsables de la empresa organizadora, Joaquín Muniagorria.

El precio de la entrada a este salón de las antigüedades es de tres euros por día. Hoy la apertura es desde las cinco hasta las nueve de la noche. Mañana y pasado, el horario se extenderá a la mañana y será ininterrumpido, desde las once hasta, igualmente, las nueve de la noche.