El área de Cultura y Deportes tiene nuevo director. Se trata de Josean Ruiz de Azua, licenciado en Historia del Arte y con una trayectoria laboral que le ha llevado a trabajar para el Gobierno Vasco, para la Diputación Foral de Gipuzkoa y en el Ayuntamiento de Errenteria hasta que llegó al Consistorio irundarra, hace diez años. Esta última década ha desarrollado su trabajo como técnico de Programación del área de Cultura. «Es una tarea que compartía con Javier García, aunque hay que aclarar que un técnico del área hace más cosas que programar».

-Uno siempre busca avanzar en su carrera y hubo gente en el área que me animó a dar el paso. Eso fue muy importante. Teniendo un equipo francamente bueno como el que hay aquí, no es un salto al vacío. Cuando Patxi (Presa) o Ainara vinieron a dirigir el área arriesgaron más. Yo tengo la ventaja de saber que detrás hay gente que responde y que hay una delegada con la que ya se que las cosas funcionan. Después de diez años voy conociendo la ciudad y además vi que me adecuaba al perfil de la convocatoria que lanzó el Ayuntamiento. Todo confluyó.

-De momento, estoy haciendo un poco de las dos labores, mientras llega alguien a cubrir mi plaza. Pero la primera diferencia es que este director lo es de Cultura y Deportes. A veces se olvida lo de 'Deportes'.

-En Deportes se pueden hacer actividades diferentes e interesantes. Ahí está el Igande Sasoi, un programa desarrollado íntegramente desde el área. Y hay más ideas en colaboración con otros departamentos municipales que esperamos poder sacar adelante. Siempre hay mucha más labor interna, burocrática, pero pasa también en Cultura. Este trabajo es como un iceberg: para que una pequeña cosa luzca, hay una montaña bajo el agua.

-Las ideas están claras y eso es muy bueno. En cuanto a organización de personal tenemos que reestructurar un poco la cosas porque la actividad es cada vez mayor y eso multiplica los procedimientos. Para ayudarnos con los aspectos más técnicos de régimen jurídico, vamos a buscar una asesoría. Pero tiene que ver con que se hacen más cosas, no con los cambios en la dirección.

-Sí, pero a las cosas que lanzó Patxi (Irun Zuzenean, Irun Faktory...), Ainara les dio continuidad. Ella le ha dado mucho impulso al arte, a la creación (Festival Ribera, Becas Ribera, Soinu Labor, Kontemporanea...) Mi idea es dar continuidad a todas esas líneas. Hay muchos frentes abiertos y en algunos apenas hemos dado unos pasos. Tenemos que desarrollarlos y ver cómo funcionan.

-El principal es el CBA. El Gobierno nos ha encomendado que tenga más recorrido, que trabajemos sobre ese espacio. Es un centro cultural con uso de biblioteca, pero hay que buscarle todas sus capacidades, explotarlas al máximo, ver todo lo que puede dar. Lo inauguramos hace dos años y al poco hicimos Kontemporanea, moviendo todas las estanterías. Este año volverá a haber Kontemporanea, tratando de darle una vuelta más. Vamos a seguir explorándolo. Lo mismo con la Sala Menchu Gal, que ha cerrado un ciclo con los artistas del grupo Gaur y estamos trabajando en una línea más contemporánea, haciendo cosas como pintar las paredes de rosa, como hemos hecho en esta última exposición de Rosa Valverde. Queremos atrevernos, asumir riesgos, aunque sea de forma controlada. Y hay en mente algún nuevo equipamiento.

-No hay mucho que decir aún, pero trabajamos en lo que será el museo en Ikust-Alaia. Tendrá como base la colección de Luis Mariano pero queremos recoger también la memoria industrial (Porcelanas, fosforera, vidrieros, Elgorriaga...) y aspectos cruciales como la Aduana o el ferrocarril, que sea un museo de la ciudad. Y que esté vivo: que genere actividad, que genere debate. Es un bonito reto.

-Muchas, pero a medio plazo. Primero debemos desarrollar los programas más recientes y consolidarlos y explorar las posibilidades de los espacios que tenemos hasta ver dónde nos llevan. Pero somos conscientes de algunas carencias. Sabemos que nos falta una sala de conciertos de tamaño medio. El pequeño formato lo estamos resolviendo bien (las experiencias en Oiasso y en el óvalo del CBA están siendo muy buenas), pero hace falta una sala polivalente. Incorporar esa sala al CBA, en el espacio que queda por desarrollar, sería una oportunidad interesante.