7 junio 201609:24
Veinticuatro horas después del ascenso del Bidasoa-Irun a la Liga Asobal, logrado en la final a cuatro que se disputó en Irun durante el fin de semana, el presidente José Ángel Sodupe levantó el teléfono. Se encontraba camino a Galicia por motivos laborales y no había tenido ni tiempo para digerir lo acontecido en Artaleku. El pabellón lleno, la ciudad entregada y el Bidasoa en la máxima categoría del balonmano estatal tras ganarle la semifinal al Alarcos Ciudad Real y la final al Zamora. Ahora es tiempo para disfrutar, pero también para empezar a mirar al futuro. Un futuro que será en la Liga Asobal, la categoría que le corresponde al club irundarra.
-En los últimos minutos de la final no pudo contener las lágrimas. ¿Ya está más tranquilo?
-Sí, estoy un poco más tranquilo, pero me va a costar digerir todo lo que ha pasado porque han sido muchas emociones juntas. No he podido disfrutar del día después en Irun, aunque todavía no he bajado de la nube de nervios y alegría en la que he estado. Supongo que según vayan pasando los días empezaré a ser consciente de lo que hemos conseguido.
-Y lo que han conseguido es volver a la Liga Asobal...
-Era mi gran objetivo, por lo que he estado peleando durante muchos años. Siempre digo que soy el presidente que bajó al Bidasoa y siempre he dicho que mi ilusión era dejarlo en la máxima categoría. Hace tres temporadas subimos en los despachos y solo nos mantuvimos un año en la Asobal, pero ahora lo hemos logrado como más gusta, en la cancha y con nuestros aficionados.
-Contemos la historia cronológicamente. Para que todo saliera tan bien tocó mucho trabajo previo...
-Creo que la gente no sabe lo que cuesta organizar un play off así. Han sido muchos días de trabajo sin descanso y lo primero que me gustaría hacer es dar las gracias a toda esa gente que nos ha ayudado por amor al club. Han sido días de tensión constante porque queríamos quedar como el club señor que somos. Afortunadamente todo ha tenido su recompensa. Primero en lo organizativo, porque todo salió muy bien, y también en lo deportivo.
-Llegó el sábado y la semifinal contra el Ciudad Real. ¿Fue el día de más tensión?
-Yo le tenía mucho miedo al primer partido. El Ciudad Real era el equipo que llegaba de tapado, y aunque en liga le habíamos sacado diecinueve puntos, sabíamos que no tenía ninguna presión. En el último partido que jugamos contra ellos solo les habíamos ganado por uno y la losa de estar obligados a ganar nos podía pesar. Aun así, y tras un partido precioso que me recordó a los de antaño por lo corto que fue el resultado (19-15), conseguimos la victoria y el pase a la final.
-Supongo que en la noche del sábado al domingo no pudo ni dormir...
-Fue una noche de nervios en la que se me pasó de todo por la cabeza. Primero pensaba en que todo iba a salir bien y en lo bonita que iba a ser la celebración, pero también me llegaban pensamientos de todo lo contrario. Que perdíamos la final, que nos dábamos un tremendo batacazo... Hasta que llegó la hora del partido no dejé de pensar en todas esas posibilidades.
-Llegó la final, llegó la victoria contra el Zamora y el ascenso a la Liga Asobal. ¿Cómo lo vivió?
-La final estuvo controlada en casi todo momento. En la primera parte tuvimos cinco goles de ventaja y pensé que podíamos romper de manera definitiva el partido, pero luego se complicó la cosa y llegaron los nervios. Cuando nos empataron me temí lo peor, pero en el tramo final del partido se notó nuestra mayor fortaleza física y los últimos minutos fueran para disfrutar.
-Se le vio muy emocionado.
-Estaba muy contento por mi familia, que es la que me aguanta cada día y me ha apoyado muchísimo. Fueron momentos tan emotivos que no pude aguantar las lágrimas. En los dos últimos minutos, en los que el partido ya estaba sentenciado, solo quería que todo acabara para poder reventar de alegría. En Artaleku, durante la celebración, vivimos momentos que no voy a olvidar en la vida. No tengo calificativos para describir lo que se me pasaba por la cabeza.
-El trabajo del club y el equipo fue de diez, pero mención a parte merece la afición...
-Artaleku estuvo espectacular durante todo el fin de semana. La afición supo leer el partido, animar cuando era necesario y presionar al rival cuando así lo requería el partido. Son los jugadores los que marcan los goles y defienden, pero sin la afición no hubiera sido posible. No recuerdo un Artaleku tan enchufado desde la final de la Copa de Europa.
FINAL
«Los minutos finales fueron tan emotivos que no pude contener las lágrimas»
AFICIÓN
«Los jugadores marcan los goles y defienden, pero sin la afición de Artaleku no habría sido posible»
ASOBAL
«Tenemos un proyecto ilusionante, pero el primer objetivo tiene que ser el de lograr la permanencia»
-Y después de Artaleku tocó kalejira y recibimiento en el Ayuntamiento.
-Todo lo montamos al momento. La bajada del equipo por la calle Mayor con todas las aceras llenas me recordó al día de San Marcial, pero lo más grande fue salir al balcón del Ayuntamiento y ver cómo estaba la plaza San Juan, fue impresionante.
-Toca mirar al futuro. ¿Cómo está la economía del club de cara al salto a la Asobal?
-Tenemos que trabajar mucho en ese sentido y vamos a necesitar más ayudas porque tenemos que pagar un canon, hay que colocar la pista azul cada vez que nos retransmitan los partidos... Los gastos van a ser superiores a los de la División de Honor Plata, pero eso es algo que sabíamos y que asumiremos. Deportivamente hemos cumplido y me iría a mi casa si no somos capaces de cumplir en lo económico. Vamos a cumplir con el presupuesto que sea necesario y seremos transparentes.
-Y en lo deportivo, ¿cómo será el salto? ¿Están confeccionando la nueva plantilla?
-Como presidente he delegado todo lo que tiene que ver con la confección de la plantilla en mis vicepresidentes deportivos y yo me voy a encargar de buscar ayudas económicas. Lo que sí puedo decir es que estamos dándole forma a un proyecto ilusionante. Tenemos claro que el objetivo va a ser el de la permanencia, pero queremos conseguirla sin pasar apuros y poder disfrutar del balonmano.
José Ángel Sodupe, en la celebración del domingo.
/ DE LA HERA