Un fotocromo de Pulp Fiction, una guitarra eléctrica de los 60, una colección de películas de Truffaut, un cómic de Batman, un LP de Sinatra, los éxitos de los Pop Tops, una novela de Jane Austen y una postal de La Concha en blanco y negro son sólo algunos de los miles y variados objetos de colección que pudieron verse ayer en la plaza del Ensanche. Con tiempo agradable y una selección de los mejores grupos y solistas de ayer y de hoy como banda sonora, la octava edición de la Feria de Coleccionismo de Irun proporcionó a los paseantes del centro urbano una animada jornada de sábado. Curiosos y compradores acudieron a esta feria, que se ha convertido en una de las citas más esperadas del mes de agosto en Irun.

Alberto Vázquez, un joven padre que acudió con sus hijos Asier e Iker, es uno de los asiduos de la sección de cómics. «Traigo a los niños conmigo para que se vayan aficionando», decía Alberto mirando a los chavales. «A mí me gusta mucho el cómic y siempre vengo a esta feria a coger algo. Suelo comprar 'Conan', '1984' o alguno de superhéroes. No es que haya mucha cantidad. A mí me gustaría que trajeran más, pero sí hay mucha variedad, más que en alguna feria de San Sebastián a la que he solido ir», decía. Al cabo de un rato, Asier e Iker se decidieron y se acercaron a su padre con un 'Superman' de los gordos cada uno. «¡Vaya! ¡Qué casualidad! Habéis ido a elegir el más caro», se quejaba Alberto.

Detrás del mostrador, el coleccionista Josema Martínez se mostraba satisfecho por el desarrollo de la feria. «El tiempo se está portando bien. ¡Ojalá aguante sin llover hasta la noche! Ha venido bastante gente y hay movimiento. Hasta ahora, he vendido bastantes cómics, cochecitos de colección y, por supuesto, discos».

Dispuesto en ángulo recto, con el largo tablero de vinilos de Josema Martínez, otro stand, novedoso en la feria, llamaba la atención. Cinco brillantes guitarras eléctricas puestas en pie en sus respectivos soportes se exhibían para su venta. José Antonio Roa estaba al frente de este stand y respondía a la curiosidad del público que se acercaba. «Hay cuatro guitarras de segunda mano y una nueva. Son guitarras bonitas, algunas más modernas y otras de los años 60, apetecibles para el que aprecia la antigüedad. Hay una 'Taylor', una 'Hofmer', una 'Epsilon'...»

En el lado opuesto de la plaza, en el stand dedicado al cine, se encontraba Iñigo Martínez, otro de los reyes del coleccionismo irunés. Sobre un largo tablero, tenía abiertos varios álbumes con programas de mano. En uno de ellos, Luis Mariano saludaba en el papel de 'El cantor de México'. A su lado, Robert Taylor encabezaba el reparto de 'Caravana de mujeres', y debajo, Alberto Sordi anunciaba 'La cárcel de los líos'. En otro programa con forma de sombrero mexicano, Dolores del Río y Pedro Armendáriz se miraban para publicitar 'La Malquerida'.

«Son bonitos ¿verdad?», decía el coleccionista. «Si hay gente que tiene programas de mano en casa y piensa tirarlos, por favor, que no los tire. Hay mucha gente que los compra». Este año, Iñigo Martínez trajo a la feria «lo de siempre: programas de cine, fotocromos, películas, libros... La gente compra un poco de todo. Ha habido bastante movimiento y estamos contentos».

Arantxa y María Jesús acababan de comprar un par de libros. «Hemos venido a Irun a tomar un pincho, ella desde Zarautz y yo desde Hendaya, donde vivo», contaba Arantxa. «No conocía esta feria. Es la primera vez que he coincidido con ella y me ha gustado. Está muy bien montada y tiene una música muy agradable».

Girabira supera el ecuador de su programa con una jornada que no defraudó a nadie. Durante la tarde del viernes los asistentes que se animaron a ir al parque Alai Txoko pudieron disfrutar de la variada oferta de actividades que habían organizado los diferentes colectivos iruneses.

Antes de llegar al parque ya se podían apreciar los primeros acordes de las propuestas del Dj Fribotik. Se escucharon canciones variadas en estilos y procedencias, ya que no todo lo que sonó era nacional ni mucho menos en inglés, también se pudieron escuchar canciones en francés y en italiano.

El buen tiempo también acompañó la jornada por lo que los más pequeños pudieron disfrutar del lugar jugando, corriendo y bailando en la hierba o por el parque. A las 20.30 horas comenzó el concierto de The Big Band Theory que presentó una oferta especial para la tarde. El grupo animó el lugar a través de diferentes bandas sonoras que, a lo largo de los años, han marcado más de una memoria. Recuerdos de grandes películas como Rocky con 'Eye of the Tyger' del grupo Survivor, o incluso con canciones de películas más actuales como Bob Esponja. La banda también interpretó canciones emblemáticas como 'Feeling good', con uno de los integrantes del grupo cantándola en solitario. Las dedicatorias y referencias a grandes artistas internacionales tampoco faltaron durante más de una hora que duró el concierto. «Es una pasada», declaraba Marina, una joven del público, y añadía que «es una gozada poder escuchar algunas de las canciones que más me gustan de esta manera. Motiva muchísimo». A lo largo de la jornada el público pudo disfrutar también de los dos puestos de comida, 'Food truck chez Valoche' y 'Mary berry candy lounge', que tentaron con sabrosas hamburguesas y dulces a todos todos los asistentes.

Una vez más, el séptimo arte demostró su papel en la sociedad como espejo de la misma. A través de los nueve cortos presentados en el parque Alai Txoko los guionistas, directores y productores mostraron problemas y situaciones actuales que podrían darse en cualquier lugar. Trataron temas como el suicidio, la pobreza en el mundo, el hambre o incluso la violencia juvenil. Todo, a través de una serie de cortometrajes muy diferentes entre ellos y con una amplia variedad de estilos y géneros. «Hemos intentado que fuese una propuesta variada y atractiva, desde animación a películas de serie B, para todos los públicos y creo que lo hemos conseguido», aseguraba Nausika Sánchez, colaboradora de Ezmugak. Otra de las particularidades de la noche fue que dos de los cortos visionados estaban en euskera y en francés. Sin duda, un ejemplo de la riqueza linguística y cultural del Bidasoa.

La proyección comenzó a la hora estipulada, diez de la noche, pero se alargó hasta casi media noche. «Sabíamos que iba a ser largo pero hemos querido enseñar todos los trabajos a los valientes que se quedasen a verlos», explicaba Pía Alzaga, representante de Txikis del Bidasoa.

Los videos fueron presentados por Carlos Sánchez, representante de Ezmugak, que también tuvo la oportunidad de hablar con algunos de los directores o actores implicados en los cortos que estaban presentes durante la proyección de los mismos. El público pudo interactuar y formular sus preguntas, durante las pausas, con los artistas.