El alcalde de Irun, José Antonio Santano, ha presentado la nueva exposición temporal que acogerá el museo Oiasso durante los próximos meses, “Historias de tocador”. Junto al primer edil han estado presentes la comisaria de la muestra, Teresa Carreras, la directora del museo Oiasso, Mertxe Urteaga, y la gerente, Cristina Aguirre.

“Julio es probablemente el mes con más movimiento en Oiasso, y si cabe este año a todas las actividades programadas hay que sumarle esta potente exposición, que no está al alcance de cualquier museo. Nunca antes se habían podido ver en la ciudad colecciones de arqueología y escultura clásica de esta talla, por lo que para Irun, con su conexión tan permanente a su pasado romano, es un auténtico privilegio”, destacaba Santano.

El título completa de la muestra es “Historias de tocador: cosmética y belleza en la Antigüedad”, con piezas que llegan en su mayoría en procedencia del Museo Arqueológico de Cataluña y podrá verse en Irun del 10 de julio al 30 de noviembre. Desde la Antigüedad, hombres y mujeres han tratado de mejorar su imagen personal haciéndose servir de todos los recursos que la naturaleza les proporcionaba. El uso de cosméticos y aceites perfumados, de tintes o mascarillas, de postizos y pelucas era habitual. Ahora estos secretos se desvelan en esta exposición.

La muestra busca ser una invitación a viajar, a descubrir el concepto de la belleza en la Antigüedad y las técnicas cosméticas de las que se servían para alcanzar la belleza física del cuerpo humano que trascendía a lo más espiritual. Enseña cómo el cuidado del aspecto personal es común a todas las épocas, invitando al visitante a establecer vínculos con la Antigüedad mediante los pequeños gestos cotidianos relacionados con la belleza, en los que todos nos reconocemos.

A diferencia de otras exposiciones temporales que ha albergado el museo, ésta se extiende por diversas estancias del museo y se divide en cuatro ámbitos: 1) ungüentos y perfumes: los romanos contaban con muchos tipos de perfumes, desde el simple aceite de rosa a los más costosos y exóticos llegados de Egipto, como el Metopion, el Megalium o el Myrobalana. 2) Cosmética y Joyería: en Grecia y Roma era costumbre pintarse con maquillaje muy vivo y contrastando colores. En Roma se apreciaba tener la piel lo más blanca posible. 3) Los peinados: griegos y romanos iban siempre bien peinados, ya que se consideraba un signo decivilitas. Las mujeres de clase acomodada siempre llevaban el cabello bien recogido, y aumentaban su volumen con postizos y gruesas trenzas. 4) El cuidado del cuerpo: la higiene era algo cotidiano en la vida social de Roma. Las termas y baños públicos albergaban también hermosas bibliotecas y gimnasios. En ellos se cultivaba el cuerpo pero también la mente y como no, las relaciones sociales.

El cruce constante de miradas al pasado y al presente es un concepto que se traduce en un montaje expositivo en el que las imágenes que envuelven las colecciones permiten contrastar el ideal de belleza contemporánea con el ideal de belleza de una época pasada y que ahora nos permite descubrir que nuestros cánones son similares a los de la época clásica.

El recorrido se inicia con el mosaico de las Tres Gracias, una de las mejores piezas conservadas en el Museo Arqueológico de Barcelona. Representa las tres divinidades que formaban parte del séquito de Afrodita, la diosa del Amor. Simbolizan la Belleza, la Castidad y el Entusiasmo y es una representación muy utilizada por los artistas a lo largo del tiempo. Dos piezas magistrales presiden el espacio “El Cuidado del Cuerpo”. Una mujer vestida con una túnica chitón y un mantohimation que le envuelve el cuerpo, y un hombre togado que representa un magistrado con la capsa para contener los volumina. Presidiendo el espacio se dispone el busto femenino conocido como Dama Flavia, la imagen de la exposición. La Dama del último cuarto del siglo I sigue fielmente los dictados de la moda impuestos por Flavia Julia, hija de Titus, en la Roma Imperial.

Siempre con el objetivo de establecer vínculos con el visitante y su cotidianeidad, la exposición establece paralelismos modernos con elementos reconocibles como un tocador modernista, una escena de baño de principios del siglo XX, una magnífica colección de frascos de perfume diseñados por René Jules Lalique y un sillón de barbero infantil de la peluquería César de Irun.

“Historias de Tocador” muestra también algunas curiosidades, como el hecho de que los antiguos no conocían el jabón sólido, que depilarse era algo habitual tanto para las mujeres como para los hombres y que teñirse el pelo era común entre los antiguos. Además, el público que visita la muestra podrá conocer algunas recetas de mascarillas que utilizaban las damas griegas para embellecer la cara o para eliminar la caspa.

“Historias de Tocador” ha contado con la colaboración, del Museo del Perfume- Fundación Júlia Bonet de Andorra, del Museo Bellas Artes de Bilbao y de la peluquería César de Irun. La inauguración tendrá lugar el viernes y podrá verse hasta el 30 de noviembre.