«Nuestras propuestas son claras, contundentes y, sobre todo, viables»

Javier Álvarez es el candidato de Ciudadanos a la Alcaldía. El nuevo partido concurrirá a las elecciones municipales con una candidatura que aúna a personas diversas pero unidas por Irun.

Perfil. Nació en Irun hace 41 años, tiene un hijo y una hija y actualmente vive en Anaka.

Trayectoria profesional. Ha estudiado dos FP, un curso de cocina «y me quedan cuatro asignaturas de Derecho». Ha estado siempre muy ligado a la música.

Cine y televisión. Se confiesa «teleadicto». Entre las series que sigue están Juego de Tronos, Breaking Bad, Better Call Saul... «La mejor que he visto, Fargo».

¿Qué libro tiene en la mesilla? «Me está gustando mucho el libro sobre testamentos de Hondarribia, de Iñaki Garrido».

-Nací en la calle López de Becerra, al lado del topo y del cine Amaia. Son dos recuerdos muy llamativos, el topo pasando todo el día y el Amaia, nuestro sitio, donde íbamos a pasar los domingos. Mi colegio de toda la vida era Mártires de Guadalupe, luego Jaizkibel; aunque para nosotros siempre será La Alhóndiga.

-A los siete años y medio ya estudiaba música y entré en Bidasoako Txaranga. Fue una locura: recorrimos Europa, recuperamos el cancionero popular y el Carnaval Euskaldun... Luego montamos el grupo Rhune: 250 conciertos, todos los festivales habidos y por haber... Recorrimos toda España y sacamos dos discos, con una compañía a nivel estatal, una promoción como Dios manda... Todavía hay gente que me escribe y me cuenta que se le caen los lagrimones cuando escucha 'Irun años 80'. Al final... Haber hecho el himno de una generación suena fuerte, pero es una responsabilidad muy grande.

-Hice BUP y COU en el Pío Baroja. Estaba en una etapa en la que no sabía muy bien qué hacer con mi vida, y me hice una FP 2 de Imagen y Sonido y otra de Fotografía. Luego me dio la venada y me fui a estudiar Derecho. Cuando estaba en el último año y me quedaban cuatro asignaturas, nos llevaron a un juicio y vi cómo un tío que la había liado parda se libraba. ¿Me quiero dedicar a esto?, me pregunté. Empecé un curso de cocina y fui el primero de la promoción. Hice las prácticas en el Mikel y, al final, me quedé cuatro años. A partir de ahí, he compaginado música y cocina.

-Es increíble irte a la otra punta de España a dar un concierto, o haber sido profeta en tu tierra: meter 5.000 o 6.000 personas en la plaza Urdanibia en su momento, o un concierto en Sagüés en el que las cifras hablaban de 15.000 personas. Que me quiten lo bailao, es brutal.

-La cuenta de Twitter me la acabo de hacer, pero fui uno de los primeros 'facebooklaris' que hubo en España. De hecho, cuando Facebook se popularizó me llamaron de varias emisoras de radio y medios de comunicación para hablar de ello. Cuando yo me creé un perfil sólo se podía por invitación, y pude hacerlo a través de un amigo de Estados Unidos. Así que del tema de las redes sociales algo ya controlo.

-Esta no es, en absoluto, una lista de políticos. Es una lista de gente que se une para aunar esfuerzos y para mejorar la ciudad. No nos unen las siglas, nos unen las ganas de mejorar Irun y nuestras propuestas, que son claras, contundentes y, sobre todo, viables. Hay dos modos de entender la nueva política: una, chocarse contra un muro y pretender romperlo; y otra, la nuestra, es llegar al Ayuntamiento y hacer como en las reformas de las casas: dejar las paredes y reformar desde los cimientos hasta el tejado.

-Había cosas que me escamaban. Yo siempre he dicho que una persona, un cargo; mandatos máximos de 8 años... Y sobre todo, el tema de la participación. Te hartas de predicar en el desierto y lo dejas. Pero encontré una opción que defiende mis mismas ideas que, a fin de cuentas, no han cambiado.

-Yo puedo ser la cara visible, pero sin mi equipo no soy nada. Por poner un símil futbolístico: un jugador puede hacer una jugada magnífica y ganar el partido, pero sin equipo no ganas una liga. Desde el Gobierno o desde la oposición, vamos a dar guerra. Y quien quiera hacer cosas por la ciudad, sea del color que sea, me va a tener al lado.

-Lo fundamental es la cercanía. La política, al final, son relaciones sociales. No concibo un político que se tire cuatro horas en su despacho, porque la única manera de conocer la ciudad es andar por la calle.

-Lo primero sería hacer una mesa sectorial con comercio y hostelería. Hay que dar ayudas a las empresas de nueva creación, y también con las que llevan muchos años en la ciudad y lo están pasando muy mal. Eliminar tasas a las empresas que hagan nuevas contrataciones, agilizar trámites... También proponemos organizar un programa de fomento del empleo juvenil de carácter estival, y crear una ciudad del transporte.