Noticia publicada en Diario Vasco,el miércoles día 9 de Marzo de 2022.

La Delegación del Gobierno en el País Vasco y Renfe han establecido un dispositivo en Irun para gestionar los movimientos de refugiados ucranianos que huyen de la guerra en su país y acaban llegando a España a través de Francia. La compañía ferroviaria ofrece la gratuidad del billete para estos ciudadanos, que se dirigen hacia diferentes puntos de la península, así como, en sentido contrario, para la salida de ucranianos hacia Francia y, de ahí, a otros puntos de Europa.

Este miércoles, nueve de estas personas en tránsito hacia Sevilla, Oporto y Lisboa fueron las primeras beneficiadas de la medida. Se trata de parte de un grupo de 19 trasladados que el martes por la tarde llegaron en tren a Hendaia procedentes de París, pasaron la noche albergados en la sala de deportes de la localidad vascofrancesa, y cruzaron la muga en un microbús fletado por el Ayuntamiento hendaiarra, que les trasladó hasta la estación de Adif en Irun. Se trataba de siete adultos, la mayoría mujeres, y dos niños. La decena de refugiados restante prosiguió su viaje por sus propios medios.

La Delegación del Gobierno en Euskadi y la Subdelegación de Gipuzkoa trabajan en coordinación con las instituciones galas y con la Cruz Roja para facilitar a los refugiados ucranianos la llegada a sus destinos finales y para que el tránsito entre países se haga de manera «ordenada, segura y fluida», según destacó este miércoles el delegado del Gobierno, Denis Itxaso. De igual modo, Renfe y su homóloga francesa SNCF han acordado establecer un «cauce de coordinación permanente que permita trabajar los operativos en frontera con la mayor previsión posible».

Y es que ese pequeño contingente no fue sino el primero de una oleada continua de personas que se espera a diario durante las próximas semanas. Este mismo miércoles estaba previsto que llegasen a Hendaia otro centenar de refugiados. El alcalde la de la localidad, Kotte Ezenarro, anticipó que, según sus informaciones, solo en París «ya se han registrado más de mil ucranianos que desean llegar a la Península Ibérica». Aunque una parte cruzará a través de Cataluña, ese flujo va a convertir al entorno de la bahía de Txingudi en un centro neurálgico para la gestión del tránsito y acogimiento de estas personas.

El primer grupo que arribó este miércoles a Irun estaba compuesto por una mujer y dos niños que se dirigían a Sevilla, donde vive la madre de ella; cuatro mujeres camino de Oporto; y un hombre joven y una mujer que tenían como destino Lisboa.

La presencia masculina llamaba la atención, habida cuenta de la llamada a filas que ha realizado Ucrania entre los varones para formar su milicia defensiva ante el ataque de las tropas rusas. De nombre Daniel, explicaba que «vivo desde hace tiempo en un pequeño pueblo de la región de Kiev, pero soy ruso de nacimiento. Cuando el Gobierno pidió que los hombres se sumaran a la defensa del país, yo me presenté», recalcó.

«Sin embargo -añadió- había muchísimos voluntarios y me dijeron que de momento no era necesario que me quedara, que me podía ir. Mi mujer y mis hijos salieron en cuanto pudieron y están en Lisboa con la hermana de mi mujer. Yo me quedé esperando a ver si me llamaban para alistarme, porque quería defender Ucrania. Pero pasaban los días, no me llamaban, y con mi familia a miles de kilómetros al final he decidido marcharme para estar con mi mujer y mis hijos», narraba visiblemente afectado. En todo caso, afronta su salida del país como una situación circunstancial. «Volveré para ayudar a reconstruir mi país». señaló categórico.

Cuatro de las mujeres se suben al tren para llegar hasta Sevilla. morondo

Daniel coincidió en la estación irunesa con el alcalde de Irun, José Antonio Santano, y el subdelegado del Gobierno en Gipuzkoa, Guillermo Echenique, quienes acudieron al lugar a comprobar el correcto funcionamiento del dispositivo. También estaba presente Fred Tranche, concejal de Hendaia que acompañó al grupo.

Al personal de Adif y Renfe que ha sido asignado a este dispositivo se va a sumar un traductor, a la vista de que la mayoría de desplazados solo habla ucraniano. «A medida que vayamos detectando las necesidades iremos adaptando los recursos», señalaron los responsables institucionales.