1 octubre 201508:12
Es maestra y traductora de la Fundación Vicente Ferrer, en la oficina principal de Anantapur. Habla seis idiomas y ha viajado por primera vez a España para dar a conocer la realidad de las mujeres de las aldeas de su país, «una realidad muy dura, que va cambiando poco a poco». Las propias mujeres de la India son la fuerza de ese cambio y Bhavani Marella es el mejor ejemplo. Tras la conferencia de ayer, mañana viernes, a las 19.30, se proyectará la película 'Vicente Ferrer', protagonizada por Imanol Arias.
- ¿Cómo entró en contacto con la Fundación?
- A través de mi marido, que era fotógrafo de la Oficina de Apadrinamientos. Primero trabajé como maestra en una de las escuelas de la Fundación. Después, fui maestra en una escuela pública y luego volví a la Fundación, donde trabajo como traductora desde hace 17 años.
«Las familias van tomando conciencia de que la educación de las niñas es importante» «Muchos padres no mandan a sus hijas a la Secundaria por miedo a las violaciones»
- En este viaje recorrerá distintas ciudades para dar a conocer la realidad de las mujeres de las aldeas de su país. ¿Cómo es esa realidad?
- Es una realidad muy dura, que va cambiando poco a poco y la fuerza de ese cambio son las mujeres. Falta mucha concienciación, escolarización y sanidad. Las mujeres están metidas en casa y trabajan todo el día. No descansan, no disfrutan. Esta es la vida que queremos cambiar.
- ¿Cuál es el trabajo que realiza la Fundación Vicente Ferrer con las mujeres de las aldeas?
- En los pueblos de Anantapur, al sur de la India, tenemos los 'shangam', que son asociaciones de mujeres. Se trata de grupos de entre 15 y 20 mujeres. En cada pueblo hay de 5 a 7 grupos y cada grupo tiene dos lideresas, que forman una red. Los grupos se reúnen una vez al mes para detectar los problemas que tienen las mujeres y entre ellas mismas intentan gestionarlos y arreglarlos. También van a las oficinas públicas para pedir soluciones.
- Uno de los problemas son las bodas concertadas. ¿Se mantienen o se van reduciendo?
- Se van reduciendo, pero hay muchas bodas concertadas todavía. A las niñas las casan a los 14 o 15 años, porque piensan que son una carga. Una vez casadas, las niñas se quedan pronto embarazadas y repiten la vida de sus madres. Nosotros tenemos talleres de concienciación para las niñas y para las madres e intentamos retrasar esas bodas.
- En cuanto a la escolarización de las niñas, la Fundación Vicente Ferrer ha hecho un gran trabajo.
- Sí, en los 45 años que la Fundación lleva en el distrito de Anantapur, ha mejorado mucho el nivel de escolarización. Antes, los padres sólo mandaban a los chicos a la escuela. Ahora, hay escuelas de Primaria en todas las aldeas, pero los colegios de Secundaria están a cinco o diez kilómetros de muchos pueblos y a partir de cuando las niñas tienen la menstruación, muchos padres no las mandan por miedo a las violaciones. Si a la niña le pasa algo, quedará marcada para toda la vida y para la familia será devastador.
- ¿La escolarización es el acelerador del cambio?
- Sin duda. Yo soy de un pequeño pueblo y cuando tenía 17 años me casé en una boda concertada. Mi madre apenas tenía estudios de Primaria. La mayoría de las mujeres mayores son analfabetas. Yo hice un graduado y mi hija está haciendo un doctorado. Nunca pensé que un día vendría a España y estaría hablando delante de la gente. Los padres están tomando conciencia de la importancia de la educación para las niñas. Vamos poco a poco, pero la mujer india está luchando mucho para hacer el cambio. Hay que mantener la lucha y no dar pasos atrás.
Bhavani Marella, portavoz de la Fundación VIcente Ferrer.
/ DE LA HERA