La Semana De Artia

Entre talleres, actuaciones, charlas, paelladas y concursos, los vecinos de Artia, tanto adultos como niños, han vivido una muy animada e intensa Semana Cultural. Ha sido esta la decimoprimera edición que organiza la junta directiva de la Asociación de Vecinos, cuyos integrantes reconocen que, cuando empezaron a hacerlo en 2006 no esperaban que estas jornadas cobraran la importancia que hoy día tienen para sus vecinos, siendo este un hecho que les enorgullece y les anima a seguir trabajando en mejorar cada año.

Su principal objetivo, cuentan, es que la gente del barrio disfrute con cada cita, en un ambiente en el que reine la alegría, la diversión y el respeto mutuo. Para ello, la Asociación de Vecinos procura añadir nuevos eventos en cada edición, como el Concurso de Marmitako que se realizó por primera vez el año pasado y que la mañana de este último sábado se volvió a celebrar.

Delantales y cazuelas en mano, se presentaron puntuales para participar en el campeonato Javier Anuarbe y Jesús Cordero, de la Sociedad Kateko;Ignacio y Maite Mitxelena, de la Sociedad Irungo Mendizaleak; Kaito y Kuko Iglesias, que competían por separado; Inma González con Juan Beneitez;Joaquín Arzadun, de la Sociedad Ixkulin de Lezo; Pedro Baraona, de Kurpil Kirolak; Elvira Esteban, de Ogi Berri Artia, que participaba con Sebastián Luque;Pedro Criado, que contó con la ayuda de Antonio González; Javier Oyerequi 'Aitona' y Javi Carrasco con Marijose Pablos.

Los participantes contaron con una hora y media para preparar sus marmitakos con ingredientes cedidos por la Asociación de Vecinos, ante la mirada de un numeroso grupo de gente del barrio. Se encontraban igualmente en el campeonato algunos organizadores de la Semana Cultural, como Juan Cornejo, Carlos Espiño, Alejandro Madrid y José Barreiro, que se encargaron de montar y preparar todo lo necesario para la cita.

Una vez agotado el tiempo, los participantes llevaron sus cazuelas hasta la mesa del jurado, que estuvo compuesto por Antton Alzaga, cocinero jubilado, y Agapito 'Tito' Carballo, presidente de la Asociación de Vecinos del Pinar y ex arrantzale. Tras degustar los once marmitakos, decidieron que el mejor y, por tanto, merecedor del primer premio, era el de la Javier Anuarbey Jesús Cordero, que se llevaron como trofeo una txapela.

El segundo puesto fue para el equipo formado por Elvira Esteban ySebastián Luque, mientras que Joaquín Arzadun se hizo con el tercer premio, haciéndose ambos con un trofeo conmemorativo.

El sábado fue un día completo en Artia, ya que por la tarde, a las cinco, tuvo lugar el primer Concurso de Tortilla de Patata exclusivamente femenino, organizado a raíz de la propuesta realizada por varias mujeres del barrio, que, junto a otras chicas, se presentaron al campeonato. Así lo hicieron Leire Yubero con Lorena Carrión; Soledad Paniagua; Inma González; Isabel Fernández; Natalia Estrada; Marijose Pablos, que también participó en el concurso de marmitako; Coro García; Juli Moncalbillo; Mariángeles Iglesias; África Cortés; Anabel Álvarez; Loli Martos; María Bragado; Mónica Rodríguez;Estibaliz González, cantinera de Uranzu de este año, que concursó junto aMarijose Ariztimuño; Helena Fernándes y el equipo formado por Aisha Kadiriy Cristina Arnedo.

Las chicas tuvieron algo más de una hora para cocinar las tortillas y aunque los resultados fueron exquisitos, solo podían ganar tres. El jurado, compuesto por David Rodríguez, del restaurante Danako, Ana Prol, hija deMiguel Prol, antiguo dueño del restaurante Gure Etxea, y Elvira Esteban, segunda ganadora del Concurso de Marmitako, se decantaron finalmente por otorgar el primer premio a África Cortés, que ganó dos menús en el restaurante Atalaia.

El segundo premio, que incluía dos cocidos gallegos en el Gure Etxea, fue para Aisha Kadiri y Cristina Arnedo, mientras que Coro García se alzó con el tercer puesto, cuyo premio consistía en dos desayunos completos en la cafetería Ogi Berri del barrio.

La entrega de premios dio paso a la actuación de varios grupos de danza del vientre, bailes de salón y sevillanas, que la gente del barrio disfrutó mientras saboreaban las tortillas cocinadas por sus vecinas.