5 marzo 201709:02
Cuánta culpa cabe echar a Bidassoa Basque Brewery. Montaron su fábrica cervecera en la ciudad cuando por estos lares conceptos como cerveza artesana o IPA no se manejaban y cuando el amargor de una caña se comparaba sólo con el dulzor de los refrescos carbonatados. Desde entonces, no hace ni tres años aún, la cultura cervecera se ha multiplicado en la ciudad, coincidiendo, es cierto, con una expansión brutal del modelo artesano en todo el estado.
Si en el contexto de 2014 una feria de cerveza artesanal fue un éxito, no hace falta decir mucho más sobre la que ayer empezó en Ficoba como colofón de la Txingudi Beer Week y que continua hoy, abriendo sus puertas de 11.00 a 21.00 horas. Las entradas cuestan 5 euros e incluyen vaso. «Hay unas cien cervezas diferentes, con precios a partir de los 2,5 euros», explica Mikel Llucia, de la Cervecería Boulevard, responsable de este evento en alianza con Estebenea Jatetxea, Bidassoa Basque Brewery, Mala Gissona (cervecera artesanal de Oiartzun) y la propia Ficoba.
De lo local a lo internacional
Para asesorar a novatos y expertos, los propios productores son quienes atienden sus stands
Los cañeros de cada empresa participante los atienden los propios productores; en la que se sirven las cuatro marcas internacionales invitadas están los responsables de Boulevard y Estebenea, verdaderos especialistas. Es fácil así que el menos ducho encuentre orientación para adentrarse en este mundo de la mejor manera y que el que se tiene por experto encuentre lo que busca o, si prefiere, algo que le sorprenda.
Ante la abrumadora variedad de productores y productos, entre tanta sigla y tanto vocablo anglosajón para definir y clasificar las bebidas, es difícil elegir una en concreto. Hay algo que sí merece mención especial. La Pirata, una productora catalana, se ha presentado en la feria con la versión sin gluten de Suria, una cerveza de las denominadas American Pale Ale. «Usamos una encima en el proceso que precipita el gluten mecánicamente y lo elimina. Es un poquito más caro, pero permite que llevemos nuestra cerveza a un público que normalmente no puede acceder a las artesanas», explica Ramiro, ayudante del maestro cervecero de La Pirata. «Cada tirada que hacemos, la certifica un laboratorio como producto sin gluten. Estamos contentos por el resultado y porque la respuesta del público ha sido francamente mejor que la que esperábamos. Se ha convertido ya en la segunda cerveza que más sacamos».
Irun contará pronto también con su primera cerveza gluten-free. «La tenemos terminada y la estamos embotellando. En cosa de un par de semanas o tres estará a la venta», anuncia Christian Ekisoain, de Bidassoa Basque Brewery. Su 'apta para celíacos' no ha llegado para la feria, pero sí han llevado Brasil, una cerveza negra «diferente de lo habitual. Es un pequeño homenaje a la bombonería Brasil que había en Irun», de ahí que el cacao se presente con claridad en la descripción y en el paladar. «También lleva pimiento de Espelette y nuez pecana», que refuerzan su carácter especial. «Es adecuada para quien piensa que las cervezas negras son demasiado fuertes, porque es más baja en alcohol y algo más 'golosa'; también para los más habituados que quieran descubrir una cosa nueva».
Pero no sólo de la generosa producción local se alimenta esta feria. Cuatro marcas internacionales, todas artesanales por supuesto, han sido invitadas a acudir. No sólo han aceptado, sino que sus maestros cerveceros se han acercado hasta Irun y ayer no salieron de Ficoba, charlando con los visitantes y compartiendo con ellos barra y cañas.
Andrea Fralleoni es el responsable de Free Lions, una productora que empezó en 2011 a unos 80 kilómetros al norte de Roma. «Italia fue, junto con Inglaterra, uno de los primeros países de Europa en vivir este boom de la cerveza artesana, hacia 2009. Cuando el fenómeno llegó a España, en 2014-2015, muchos cerveceros buscaron su referencia en Italia». Así conoció él a las buenas gentes de Mala Gissona, que admiten la inestimable ayuda que Fralleoni les prestó. Free Lions, con tantos años en este ámbito, ha perfeccionado sus productos como muestran sus cervezas presentes en la feria.
La mejor forma de acompañar tanto líquido es la variada oferta gastronómica de las ocho food trucks. Como no todo es comer y beber, charlas sobre nuevos productos y proyectos se van sucediendo en la zona de conferencias. Una feria de la cerveza es algo bueno de por sí. La que hay este fin de semana en Ficoba es algo aún mejor.