Noticia publicada en Diario Vasco,el viernes día 12 de Febrero de 2021.

Naiara Alonso y David Tiemblo: «Aquí se aprende porque nos gusta más enseñar que hacer la actividad»

ENSEÑANDO SALUD Y BIENESTAR

Bollywood, pilates o Tai Chi son solo algunas de las herramientas que ofrecen en Sol de Loto para nuestro bienestar

Sol de loto está en Poxpologile kalea y ahí Naiara y David están dispuestos a enseñar y aportar bienestar. / F. DE LA HERA

YLENIA BENITOViernes, 12 febrero 2021, 09:38

La flor de loto es la flor de 'nelumbo nucifera'. En ocasiones, recibe también el nombre de loto sagrado, loto indio o rosa del Nilo. Es una flor preciosa que, además, es famosa por la longevidad de sus semillas, que pueden germinar después de diez siglos. Casi nada. En algunas culturas, el loto significa sabiduría y conocimiento. Y eso que es una flor que pocas veces revela su interior porque casi siempre está cerrada. En Irun, en el barrio de Dumboa, hay un loto. Sol de loto. Así se llama el nuevo estudio en el que poder florecer, en el que poder entrar y aprender de Naiara y David. Ellos son algo así como un loto, llenos de sabiduría y conocimiento. Y entusiasmados con poder compartir y enseñar a la gente. Sol de loto no es un centro, es una escuela. Es una academia en la que aprender bienestar a través de disciplinas como el yoga o la danza. En el interior de Sol de loto hay danza oriental, podemos viajar a Bollywood, entrenar nuestro cuerpo a través del pilates o relajarnos con el yoga nidra. Es increíble la sabiduría o el conocimiento que puede albergar el loto, una flor tan pequeña. En Irun ha florecido una y la podemos compartir.

–Naiara, no se ven muchos lotos por aquí...

–(Risas) No, no es una planta muy común, pero es que nuestro centro tampoco lo es. Aquí ofrecemos cosas diferentes y, sobre todo, queremos hacerlas de forma diferente.

–¿A qué te refieres?

–David y yo hemos trabajado muchos años en el mundo del deporte y los gimnasios. Hemos impartido clases de pilates, spinning, tonificación, baile en academias... Estamos muy acostumbrados a trabajar el cuerpo, vaya, pero siempre habíamos querido hacerlo a nuestra forma.

–¿Cuál es esa forma, David?

–Yo creo que tenemos una vocación docente muy fuerte. En nuestros trabajos anteriores hemos dado clase en grupos muy grande y ahí, por mucho que te organices, no puedes enseñar. A nosotros nos gusta el trato más personalizado. Nos gusta acompañar en el proceso a nuestros alumnos. Nos gusta más enseñar que hacer la propia actividad. Por eso creo que teníamos el espíritu de hacerlo a nuestro modo.

–¿Ahora más que nunca necesitamos aprender a cuidarnos?

–Creo que ahora somos más conscientes de todo, incluso de la inestabilidad. Eso de 'mens sana in corpore sano' se ha convertido en algo real. Hay que trabajar la mente, pero no solo como una gran base de datos. Hay que entrenar otras cuestiones. Y el cuerpo igual porque está unido. Todo influye y todo importa, por eso nos gusta enseñar técnicas o herramientas que puedan servir en el día a día. ¿Sabes cuál es una de nuestras mayores satisfacciones?

–¿Cuál?

–Cuando un alumno después de preguntarnos por qué le duele, al tiempo, nos dice que ya no le duele. Nos gusta que aprendan y puedan hacer ejercicios para su bienestar sin monitor. Aquí ejercitamos el cuerpo, pero no somos un gimnasio. Este es un lugar para aprender y entrenamos cuerpo y mente. Mira, la danza, por ejemplo, es una terapia maravillosa que une los dos trabajos, el del cuerpo y el de la mente.

–¿Bailar es terapéutico, Naiara?

–La danza oriental o del tipo Bollywood que estamos haciendo aquí aporta muchos beneficios. Somos el primer centro que ofrece clases así y te aseguro que la gente, cuando se suelta, se siente mejor. Tenemos que romper con nuestros miedos y vergüenzas, pero cuando lo conseguimos... ¡es maravilloso! Y muchos ejercicios, por ejemplo, son estupendos para embarazadas. La danza tiene su trabajo interno, pero luego también tiene mucho de técnica y de físico.

–Lo bueno es que en Sol de loto, además, cada uno puede encontrar su forma de 'florecer'...

–Eso es. Tenemos yoga nidra, que es un relajación muy profunda. También se conoce como el yoga de los sueños. Ofrecimos una primera experiencia y se apuntaron 26 personas. Tuvimos que hacer dos grupos y cada vez que lo hacemos funciona genial. Tenemos entrenamiento funcional, pilates, Wing Chung o actividades para niños también. Nos gusta cuidar de la gente, por eso estamos ofreciendo también diferentes talleres temáticos. Son clases económicas y si vemos que el mejor momento es el domingo, pues lo hacemos el domingo. Nuestro objetivo es aportar herramientas de salud y bienestar.

–Habéis abierto este loto en plena pandemia, os habrán dicho que estáis locos. ¿Verdad, David?

–Nos lo han dicho, sí. Pero todo depende cómo se mire o cómo quieras afrontarlo. También estamos viviendo el momento más sencillo para estar conectados. Tenemos todas las herramientas a nuestro alcance. Eso es un regalo, por eso nos vamos adaptando y también ofrecemos clases online. Así podemos estar en contacto con alumnos de Francia, Donostia o Bera. Por eso también estamos ofreciendo diferentes talleres y clases, para que la gente pueda encontrar lo que le haga bien o lo que necesite en este momento.

–Vosotros también estáis aprendiendo con Sol de loto...

–Sin duda. Y otra idea importante es no tener miedo al error. No es malo, es parte del aprendizaje. Aquí invitamos a la gente a probar disciplinas nuevas y a experimentar. Nosotros estamos disfrutando mucho de esta experiencia, aprendiendo y conociendo a gente estupenda.