Encuesta

¿Que hacer con el aeropuerto?
 
Mª Ángeles Zapirain: «No vendemos por vender y los consejos siempre los regalamos» PDF Imprimir E-mail
Escrito por Administrator   
Viernes, 16 de Abril de 2021 17:06

Noticia publicada en Diario Vasco,el viernes día 16 de Abril de 2021.

En el escaparate hay un cuadro precioso. No es muy grande, tiene forma de óvalo, pero se intuyen muchas horas de trabajo. Y es que el punto de cruz no puede hacerse de otra manera, invirtiendo muchas horas. La imagen es la de una niña con un gatito. Algo sencillo, pero laborioso. Seguro que así son las cortinas que tiene ahora entre manos Mª Ángeles. Ha dejado la vainica por un momento para recordar el abril de 1993. El mes en el que esta irunesa empezó la mayor de sus labores. En la que más horas ha invertido, pero también su preferida. Ditare. Esa mercería sencilla, pero llena de labores, consejos e ilusión. Después de muchas horas y años, Mª Ángeles deja ese bonito cuadro de punto de cruz una semana en San Miguel y otra en la Avendia de Navarra porque Ditare es una labor viva y que se hace en equipo. Después habrá tiempo para continuar con esas cortinas, ahora todas las puntadas e hilos están en la historia de Ditare.

–¿Qué fue primero, las labores o la mercería?

–Las labores. Sin duda. Ha sido mi hobbie desde siempre y no me canso. Mira, me has pillado haciendo unas cortinas con vainica. Luego seguiré, pero es que a mí todas estas cosas me encantan. No me aburro.

–¿Cuándo decides convertir esta pasión en profesión?

–Fue al cerrar la aduana. Si no recuerdo mal, fue en diciembre de 1992. En un principio pensé en meterme en algo que tuviera que ver con el transporte, pero...

–¿Te pudo la afición?

–(Risas) Algo así. Se me ocurrió que podría abrir una mercería. En aquel entonces, recuerdo que en San Miguel había una tienda de telas a la que yo solía ir. Les pregunté si les parecería bien que abriese una mercería al lado y me dijeron que encantadas. En abril de 1993 abrí Ditare.

–El punto de cruz no es tan rápido...

–Tenía tres hijas y había que moverse. No podíamos estar parados, había que trabajar. En cualquier caso, solo tengo buenos recuerdos porque fue un éxito desde el principio.

–¿Fue fácil?

–Tuve mucha suerte. Las chicas que tenían la tienda de telas me ayudaron mucho dándome el nombre de buenas empresas. Localicé a un viajante maravilloso que me ha aconsejado siempre estupendamente. Eso fue clave porque yo tenía claro que quería productos de primerísima calidad. Al principio no conocía a nadie, pero poco a poco fui haciendo contactos y hasta día de hoy. Ahora podemos decir que si algo existe, lo tenemos en Ditare. Y si no, lo conseguimos. Este es y ha sido siempre nuestro lema.

«Un lema siempre ha sido: si existe, lo tenemos en Ditare, y si no, lo conseguimos» PRODUCTOS

«Cuando cerró la Aduana pensé seguir con el transporte, pero abrí la mercería en abril de 1993» HISTORIA

–Se nota que también siempre has tenido buen ojo...

–Es que también nos hemos movido mucho. Íbamos mucho a Burdeos, por ejemplo. Siempre me ha gustado estar al tanto de lo nuevo. Veía las cosas que salían a nivel europeo y las intentaba traer. Ditare también ha evolucionado mucho escuchando a la clientela. Así también he aprendido mucho. ¿Sabes otro lema que también siempre he tenido presente?

–¿Cuál?

–No vender hoy.

–¿Cómo?

–Sí, sí. A mí me ha gustado siempre escuchar lo que pide la clienta. Si la he visto con dudas, yo misma le he dicho: «vete y piénsalo». Vender por vender no va conmigo. Nunca he querido vender algo si la clienta no está convencida y mucho menos engañar a la gente. Prefiero explicar y que lo piensen bien en casa.

–En Ditare vendéis muchos consejos...

–No, no. Los consejos los regalamos. Siempre. Esto también lo tengo clarísimo. Incluso ahora que estoy jubilada, si va alguien con una duda que saben que yo la puedo resolver, le dicen: «ven mañana, que vendrá la ama y ella te lo explica». (Risas)

–Habrás hecho muchas y buenas amigas en Ditare, ¿verdad?

–Ay, no sabes lo que me ha enriquecido conocer a tanta gente. Las que más, esas abuelitas que parece que no existen para nadie, que pasan por la vida silenciosamente. Qué sabiduría tienen, cuánto he aprendido.

–¿Y en todos estos años han cambiado mucho las modas?

–Las cosas van y vienen. Recuerdo esa época de los inicios como el auge del punto de cruz. Luego ha pasado unos años de bajo y ahora yo creo que otra vez está pegando fuerte. A mí es que me gusta todo, no puedo elegir.

–Lo difícil también es elegir en Ditare, ¡hay de todo!

–Lo intentamos, sí. Para las labores tenemos casi de todo, la bandera de Irun para engalanar los balcones, txapelas Elosegui, pañuelos, corbatas, fajas y ahora hasta mascarillas, claro.

–¿Cómo ha sido el confinamiento para Ditare?

–No nos podemos quejar. Con la página web y los pedidos por teléfono hemos trabajado muchísimo. Date cuenta de que las labores han sido una gran compañía. Mira, sé que recomiendan mucho el punto de cruz en casos de estrés o depresión. Y no me extraña porque no te deja pensar en otra cosa. Cuatro de aquí, tres de allí... ¡no hay más!

–Y tú no paras...

–En realidad nunca me he llegado a jubilar. Siempre estoy pendiente de Ditare, de las dos tiendas. ¡Ah! Se me ha olvidado decirte, también hacemos bordados profesionales y personalizados. Hacemos txapelas, batas de colegio y bandas de cantinera. ¿Ves? Parece que estoy allí en la mercería. (Risas)

 
Foro Ciudadano Irunes - Irungo Hiritar Foroa, Powered by Joomla!; Joomla templates by SG web hosting