«La sensación de estar en una parrilla rodeado de cincuenta motos...»

Este irundarra ya sabe lo que es ganar, fue campeón en 2019, y después de una lesión vuelve aún más rápidoAlex Zuzaya Un irundarra en la Copa R1

Después de una lesión, Alex está preparado para competir y su moto también está lista para ser la más rápida. / F. DE LA HERA

YLENIA BENITO* Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla Martes, 20 abril 2021, 07:38

Su número es el 81. Su color, el azul. Los neumáticos, made in Irun, son de Behobia. La gasolina, las ganas, el esfuerzo y la pasión también son de Irun. Se llama Alex y sobre el asfalto es el más rápido. Se mueve sobre dos ruedas desde que tiene memoria, pero recuerda que con 14 años empezó a ser algo habitual. Poca cosa y poca velocidad, unos recados y llegar a clase puntual. Con 20 años quiso probar la velocidad, pero el Paseo de Colón no está hecho para el rugir de una moto deportiva. Fue a un circuito y ahí sintió la llamada. La llamada de la competición, de la dedicación y del podio. En carrera subido en su increíble moto y ataviado con su caso, lo reconoceremos por el número 81 pero su posición es la del número uno. Alex está llevando Irun a toda velocidad y sobre dos ruedas al primer puesto. Pongan a enfriar el champán.

–Me cuentan, Alex, que es increíble lo que has conseguido en poco tiempo. La velocidad es lo tuyo, ¿no?

–(Risas) Bueno, eso creo. Pero sí, es cierto que desde que empecé en serio con esto de la moto he evolucionado y mejorado mucho. Es parte de la motivación y menos mal porque todo es muy duro y muy difícil.

–¿A qué te refieres?

–Competir en la R1 Cup es duro y económicamente difícil, sobre todo cuando eres un currela como yo. También te digo que la sensación de estar en una parrilla rodeado de motos, no la cambio por nada.

–Espera, no corramos. Cuéntame, ¿de dónde te viene a ti esta afición por las motos?

–La tengo desde siempre. Desde que tengo memoria veo a mi padre andando en moto, así que es algo que siempre ha estado ahí. Y con 14 años, en cuanto tengo la oportunidad, me subo yo a una moto. Ahí es cuando empecé a aprender a andar en moto.

–¿Y a competir?

–No, no. Para nada. Tenía la moto para disfrutar. A mí lo que me han enseñado en casa es que la moto es para disfrutar. Me gustaba ir en moto de un lado a otro y la usaba para hacer recados y cosas así. No pensaba en competir.

–Pero intuyo que la velocidad sí te gustaba...

–Sí, claro, pero sobre todo me gustaban las motos. Por eso, con 20 años, cambié de moto y me compré una deportiva. Esa sí que corría mucho... Uf.

–¿Lo dices sufriendo?

–Es que con una moto así por la ciudad no puedes ir y en carretera te la estas jugando todo el rato. Bordillos, señales, quitamiedos... Es jugársela cada segundo. Esas motos corren mucho y el entorno no está hecho para ellas. Hay que tener cuidado y a mí me apetecía correr un poco más...

–Y una moto en el garaje no sirve para nada, ¿verdad?

–Eso es, por eso por primera vez fui a un circuito con unos amigos que también querían correr un poco. Fuimos a Los Arcos y fue increíble. Ahí ya me terminé de enganchar a esto, vi que no se me daba mal y decidí apostar por ello.

–¿Qué hiciste?

–Vendí la moto que tenía y compré una más moderna, competitiva y potente. Necesitaba algo más de tecnología para competir. Y allí, en Los Arcos, nos hicimos socios del circuito para poder entrenar ajustando gastos y empecé en serio con esto.

–¿Lo tuviste claro?

–Sí, pero lo económico es primordial. Hay que pensarlo bien. Al final la gente tiene aficiones, pero yo soy un currela y para competir tengo que sacrificarlo todo. No solo el dinero de los patrocinadores, también mi sueldo.

–¿Cuándo llegó la primera competición?

–En el 2018, no hace mucho. Y la primera vez fue todo un desastre. (Risas) A nivel sensaciones, la verdad es que estar en una parrilla rodeado de cincuenta motos es increíble. Verte ahí en mitad del jaleo es muy difícil, son muchos nervios.

–¿En qué competición podemos intentar seguirte el ritmo?

–Ahora estamos corriendo con motos de 1.000 centímetros cúbicos, que están dando unos 205 caballos de potencia. Corremos a nivel nacional, vamos a todos los circuitos de España. He estado corriendo en 2019 la copa R1 de España. Las primeras dos carreras fueron un desastre, pero en 2019 hice mi primer campeonato completo y gané mi categoría e hice tercero en la general.

–El camino es duro, pero tú eres muy rápido.

–Sí, ahí las cosas empezaron a ir un poco hacia arriba. Los patrocinadores empezaron a apostar por mí y eso es importante. Así, el año pasado compramos la moto nueva y estuve con un entrenador personal trabajando, pero...

–¿Qué pasó?

–Después de Cartagena, que fue mi primera victoria, nunca había ganado una carrera, estando líder del campeonato, en Cheste tuve la mala suerte de tener un accidente fuerte y romperme el hombro. Se terminó el campeonato y empezó la rehabilitación.

–¿Y cómo estás ahora?

–Después de mucha rehabilitación y mucho trabajo en el 'poli' ya estoy bien y con muchísimas ganas de competir.

–¿Lo tienes todo organizado?

–Bueno, me voy organizando poco a poco. Trabajo en asistencia en carretera y las vacaciones las elijo según las carreras que tengo. Si coincide algún fin de semana, le cambio el turno a un compañero aunque luego me toque trabajar muchos días seguidos. Y siempre hay algo que hacer porque la moto me la hago yo, eso también es trabajo.

–Lo económico vuelve a ser imprescindible como la gasolina.

–Sí, mi patrocinador principal es Bimtrazer y estoy muy agradecido, pero siempre hace falta más para moverse y para tener una moto potente. Hay días que todo se pone cuesta arriba, pero yo pongo todo mi esfuerzo.