Noticia publicada en Diario Vasco, el martes día 4 de Enero de 2022.

Esther Cilla González: «La cosmética natural hay que hacerla despacio, con calma, a mano...»

Pole Pole Biocosmetics, de la naturaleza a la piel

Donostiarra afincada en Irun, Esther elabora desde hace años cremas totalmente naturales y ecológicas

En África la vida tiende a ser tranquila, pausada. Esa forma de vida se recoge en una expresión: 'pole pole', que en swahili significa 'despacio, sin prisas'. Es la misma filosofía que aplica Esther Cilla González cuando elabora las cremas naturales y ecológicas que desde hace un tiempo comercializa precisamente bajo el sello 'Pole Pole Biocosmetics': despacio, con calma y a mano.

–Esther, ¿cómo descubriste el mundo de la cosmética natural?

–Siempre me ha gustado mucho el tema de las plantas medicinales, desde pequeña era como una brujita haciendo mis fórmulas y potingues. Y hace unos años me apunté a una formación de Itziar Salegi sobre plantas medicinales y me encantó, así que después hice con ella otro curso de aromaterapia y otro de cosmética natural. Este me gustó todavía más y a raíz de ello empecé a hacer de todo: pasta de dientes, jabones, champús, cremas, aceites...

–¿Qué hacías con todas esas elaboraciones?

–Al final decidí que debía centrarme en algo, así que me dediqué a cosas de uso cotidiano, sobre todo cremas. Después se las daba a familiares, amigas... Y mucha gente me decía que se las vendiera; pero para mí esto era un hobby, mientras seguía trabajando en una empresa en la que estaba muy contenta.

–¿Cuál fue entonces el punto de inflexión?

–En septiembre de 2020 la empresa tuvo que cerrar de la noche a la mañana y me vi sin trabajo, cuando yo pensaba jubilarme allí.

–Imagino que te costaría asimilarlo.

–Sí. Pero en octubre tenía un viaje programado con mi familia al Masai Mara, en Kenia, donde ya habíamos estado dos años antes. Volvimos al mismo campamento, que está regentado por dos madrileños, Jorge y Mariola. La primera vez que fuimos ella me comentó que había dejado de utilizar cremas porque todas le irritaban los ojos. Así que le di una que me había hecho yo, y también un repelente de mosquitos. Al volver en 2020 me comentó que mis productos eran increíbles, que le habían encantado. Y me preguntó por qué no los vendía. Yo hasta el momento no me lo había planteado por falta de tiempo, pero claro, ahora estaba sin trabajo.

–Así que hiciste caso a Mariola.

–Sí. Cuando volvimos me dije a mí misma que por qué no intentarlo, si es algo que me encanta. Así que empecé a pensar qué productos haría, a formular y a contactar con proveedores.

–También decidiste dar a la marca un nombre africano.

–Es algo que tenía claro, porque es un continente que me encanta. 'Pole pole' es una expresión que utilizan mucho en Kenia y me gustó como nombre. Porque además yo soy muy activa y a veces necesito que me echen el freno de mano (ríe). Y porque la cosmética natural hay que hacerla despacio, con calma, a mano...

–¿Cuáles son los productos que has lanzado al mercado?

–De momento tengo un apartado de cremas faciales y otro de corporales. En el primero hay cuatro cremas, tres hidratantes y una nutritiva antiarrugas. También un limpiador, una bruma facial, un concentrado facial antiedad, que es una mezcla de 17 aceites, y un elixir con acido hialurónico y vitamina C súper fresquito.

–¿Y en la gama de corporales?

–Una crema hidratante fluida con coco; un aceite circulatorio para las piernas, que también es nutritivo; una fórmula que hice cuando estaba embarazada para prevenir estrías y, por último, un aceite antinflamatorio. También tenía el repelente para mosquitos, pero ahora en invierno no lo produzco.

–¿Todos los productos están elaborados con ingredientes ecológicos?

–Sí. La materia prima es lo más importante, así que todo es ecológico. Además, en la medida de lo posible intento comprar directamente al productor. Por ejemplo, todo lo derivado de la lavanda se lo compro a unos chicos que la cultivan en Olite. Y solo pensar que eso que utilizo para elaborar ha estado en el campo hace muy poco tiempo, que va de la naturaleza prácticamente directo a tu piel, me parece increíble.

–¿Qué beneficios aporta el hecho de que todo sea natural?

–Que tu cuerpo no está absorbiendo químicos. Mucha gente me dice que por cuatro euros pueden comprar una crema. Pero ¿qué llevan esas cremas? Si la mayoría de los ingredientes son derivados del petróleo. Y todo eso el cuerpo lo absorbe, así que igual que cuidamos la alimentación y buscamos productos buenos para comer, en cosmética también es importante.

–Comprar los productos 'Pole Pole' es además una forma de ayudar a los leones de Kenia.

–Sí. Cuando fui al Masai Mara el año pasado Jorge Alesanco nos explicó que la última época de lluvias había sido muy dura porque los grandes herbívoros se habían ido y los depredadores, especialmente los leones, se habían quedado sin apenas caza. Así que empezaron a matar al ganado masai. Y claro, los masais, que son ganaderos, mataban a los leones. Por eso han puesto en marcha la fundación 'Save the lion Masai Mara', cuyo cometido es indemnizar a los masais cuando los leones matan a sus animales, para que puedan adquirir otros. Y un porcentaje de mis ventas lo destino a la fundación.

–¿Y cómo se pueden adquirir tus productos?

–Todavía no tengo la tienda online, así que por ahora a través de Instagram (@polepole_biocosmetics) o enviándome un email a Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla .