Noticia publicada en Diario Vasco,el sábado día 15 de Enero de 2022.

José León Susavila: «El teatro puede ser para cualquier persona que sea un poquito valiente»

Talleres de teatro 'EnEscEna21'

Desde hace unos meses imparte talleres en el centro Maia, ubicado en el número 22 de la calle Estación de Irun

A menudo escuchamos o leemos historias de personas que heredan de sus padres aficiones y habilidades, o que simplemente reciben de sus progenitores el apoyo necesario para emprender un camino u otro. En el caso de José León, sin embargo, fue su hija Paula la que le dio el empujón necesario para adentrarse por completo en un mundo que siempre le había atraído, pero del que hasta el momento había sido un mero espectador: el del teatro.

–José León, cuéntame más acerca del papel que desempeñó Paula en esta historia.

–Yo siempre he disfrutado mucho del teatro, del cine, del circo, de la danza... Pero nunca me había planteado ponerme encima de un escenario. Hasta que hace unos diez años empecé a interesarme un poco más sobre el trasfondo del teatro. Después Paula nos dijo que quería ser artista, así que se fue a Madrid a realizar estudios universitarios de artes escénicas. Y cuando la vi actuar noté una especie de vértigo y me dije a mí mismo que yo también necesitaba hacerlo. Así que hace cinco años empecé a formarme.

–¿En qué escuelas?

–Estuve con Marío Simancas en Ipso Facto y en talleres de clown con Peio Arnáez, todo ello en Irun. Después en Hondarribia, con Edu Galarza, de la escuela 'Farrandula'. Más tarde segui formándome con grandes maestros en Bilbao.

–¿Cuál fue el siguiente paso?

–Después me propusieron entrar en Irungo Kanka Antzerki Elkartea, de la mano de Ana Pérez. Esto fue la culminación, las prácticas necesarias después de la formación. Y ahí llevo ya cuatro años.

–De hecho, el día 30 de este mes estrenáis una obra en el Amaia.

–Sí, la comedia 'Veintitantos en cada pata'. La escribió 'ad hoc' para nosotros la hija de una de las actrices y Ana y yo realizamos una pequeña adaptación.

–Además de en el Amaia, ¿la representaréis en otros escenarios?

–Sí, después la moveremos por Hondarribia, Bera, Donostia... Pero también toreamos en pequeñas plazas, porque uno de nuestros objetivos es llevar el teatro a donde tiene que estar. Parece que hay que verlo en grandes teatros de Madrid, Bilbao, Barcelona... Pero hay muchos lugares donde puedes desarrollar la actividad teatral y la gente puede verlo. Sitios que son más humildes, pero el teatro es el mismo.

–Esa misma bandera es la que cogiste tú cuando decidiste poner en marcha tus talleres de iniciación.

–Así es. Lo que yo quiero es llevar el teatro a todas esas personas que creen que es una actividad reservada a los artistas, a esa gente que firma autógrafos. Porque no es así, el teatro puede ser para cualquier persona que sea un poquito valiente.

–¿Sueles encontrarte con muchas personas que piensan que hacer teatro no es para ellas?

–Sí. Mucha gente que me llama me dice que es muy tímida o, al contrario, muy dicharachera. A todos les digo que este es su sitio. La gente tímida no va a superar la timidez, porque el que es tímido siempre lo será, pero adquiere herramientas para pasar a ver la timidez de lejos. Y a la gente que es muy desinhibida el teatro le sirve para aprender a canalizar.

–¿Cómo trabajáis para lograr esos fines?

–En los talleres jugamos, nos divertimos, hacemos ejercicios... Y yo voy viendo, observando cómo se van moviendo, expresando, reaccionando, etc. Así descubro cuáles son sus bloqueos, para poder ir desbloqueando esas cosas que, en principio, como es normal, no quieren sacar.

–Para lograr una buena interpretación es necesario deshacerse de esas barreras, ¿no es así?

–Totalmente. Tendemos a pensar que el teatro es aprenderse un texto y salir a interpretar un personaje. Eso también es teatro, por supuesto, pero hay un camino más interior, más bonito y pleno, que es el descubrirse a uno mismo. Porque los actores, cuando salen al escenario, lo que hacen es desnudarse, tirar de sus propios recursos, buscar en su baúl de los recuerdos... Y para eso lo primero que tienes que hacer es descubrirte. Eso es lo que hacemos en los talleres de iniciación.

–Suena un poco a terapia...

–Ahí está, el teatro como terapia, como camino, es mucho más interesante que hacer simplemente interpretaciones teatrales.

–¿Qué sentiste tú cuando lograste quitarte esa coraza?

–Fue una sensación muy placentera. Yo lo descubrí con Edu Galarza. Ir a clase era como una terapia. Ya no importaba la interpretación, sino lo que hacíamos allí y lo bien que salía, satisfecho.

–Además de los ya citados, ¿qué otros beneficios destacarías de la actividad teatral?

–Hay muchos, pero en adultos destacaría que mejora la autoestima; en gente de más edad, que estimula la memoria, y en niños, que ayuda potenciar su imaginación.

–Quien tenga interés, ¿todavía puede inscribirse en los talleres?

–Sí, son de incorporación continúa, porque no hay grupos de nivel, por ahora al menos. Quien quiera puede contactar conmigo por redes sociales (@enescena21), a través del email Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla o en los teléfonos 619 231 995 y 943 61 22 28.

–Además de las clases, ¿qué planes tienes a corto plazo?

–Ahora mismo estoy dirigiendo uno de los proyectos de Kanka, en el que estamos ensayando una obra que he escrito yo. Mi sueño es poder llegar a representar esa obra que ha nacido de mí.