10 febrero 201600:05
La secretaria del PP en Gipuzkoa y portavoz del grupo popular en el Ayuntamiento de Irun, Juana de Bengoechea, calificó ayer de «dramática» la situación del GHK (Consorcio de Residuos de Gipuzkoa) «y, dentro de ella, de la Mancomunidad de Servicios de Txingudi. Contínuamente, aparecen declaraciones de responsables de la Diputación, que siempre intentan, no tanto edulcorar los datos como ofrecer posibles soluciones, sin decir cuál es el problema real».
Según señaló Juana de Bengoetxea, la Mancomunidad de Txingudi «va a subir un 7% la tasa de basuras. La Diputación nos sube un 20%, pero con recursos propios intentaremos cubrir la diferencia». Eso será «sólo el principio», advirtió De Bengoechea, de una serie de incrementos que irán sucediéndose «para hacer frente a un agujero de 40 millones largos de euros», que es el que se ha producido en el GHK, entre los ejercicios de 2012 , «primer año completo con gobierno de Bildu» y 2014. «Y faltan las cuentas de 2015, que no se han presentado», añadió la portavoz popular. «Ése es el déficit que tenemos, al que hay que añadir los numerosos procesos judiciales con las ingenierías que diseñaron aquella incineradora, con la UTE que la iba a construir, con el personal y con la Banca».
«Intereses partidistas»
La portavoz del PP en el Ayuntamiento de Irun recordó, por otra parte, «los 200 millones de euros del Banco Europeo de Inversiones que hemos perdido».
Además de criticar la gestión de EH Bildu, Juana de Bengoechea responsabilizó a PSE-EE , en el ámbito comarcal y a EAJ-PNV, en el territorial, del problema de los residuos que se está viviendo en Gipuzkoa. «Nuestro grupo intentó por activa y por pasiva que nos saliéramos del GHK. Lo teníamos muy fácil, porque no nos querían. Pero no fue posible, porque jugaron los intereses partidistas sobre los de los ciudadanos de Gipuzkoa».
La portavoz popular acusó al presidente de la Mancomunidad de Txingudi, José Antonio Santano, «de empeñarse en que siguiéramos en el Consorcio por echar una mano a Denis Itxaso, que era el presidente de la Mancomunidad de San Marcos y a sus compañeros de Debabarrena. Y también el PNV puso por delante sus intereses de partido, porque tras las elecciones de 2011 y teniendo los votos suficientes para hacerlo, no se atrevió a gobernar y cedió el paso a Bildu».